Pradoluengo: Pico Las Cabezas - La Piedra Luisito - Fuente la Berrugaña - El Necedero

Se sube en coche hasta el refugio de La Pasada (1.055 m). Por el camino nos encontramos con los vestigios de la historia industrial textil de la villa. Numerosos batanes se instalaron en la primera mitad del siglo XIX aprovechando la energía que les proporcionaba la bajada del rio Oropesa, y se tradujo en una floreciente industria que fue la base económica de Pradoluengo durante muchos años.

Comenzamos la ruta por un camino que asciende en zig-zag por la ladera que nos introduce en un bosque de pinos. Una vez arriba estamos en Majada Grande. Seguimos a la derecha, subiendo por el cortafuegos, hasta que nos encontramos con el Pico Anyuela (1.429 m). Las vistas del Valle de Fresneda, con Pradilla en su alto, a un lado y del Valle de Pradoluengo al otro resultan espectaculares.

Continuamos nuestra ruta y en el Collado de Turriaza cogemos a la izquierda el Camino del Collado que nos lleva a una fuente con pilón para el ganado en la zona de Anábiza. Un poco más adelante encontramos la desviación a la derecha que nos asciende al Pico Las Cabezas (1.461 m), y de nuevo se vuelve a disfrutar de unas vistas impresionantes.

Bajamos del pico por el mismo camino y continuamos nuestra ruta. En seguida nos topamos con La Choza de Campo Collao. Continuamos nuestra ruta para llegar a Cerro Estrecho, una vez que disfrutamos de la rica sombra de un pequeño hayedo por el que asciende nuestro camino. Un águila sorprendida por mi presencia deja la rama de un pino para cruzar el cielo.

Desde Cerro Estrecho, con un paisaje empedrado de alta montaña, tomamos el cortafuegos a la derecha que nos lleva, después de varias rampas, directamente a Remendía (1.830 m), nuestra cota más alta. Se sigue el cortafuegos que baja a la derecha, nada más pasar Remendía, y comenzamos una fuerte pendiente de bajada hasta La Piedra Luisito (Zelecua), donde se toma a la derecha el camino de Fuente La Berrugaña.

La ruta vuelve de nuevo al bosque y los robles, pinos, hayas y demás vegetación nos dará de nuevo agradecida sombra y frescor. A partir de aquí y hasta que el bosque se termine, conviene estar pendiente de las señales marcadas en los árboles para no perder la senda. Recuerda: El camino está en los árboles.

Después del camino recorrido, se agradece poder sentarse en una mesa con bancos perfectamente instalada. En Fuente La Berrugaña podemos disfrutar del agua limpia y cristalina que la tierra emana por unas tejas colocadas a tal fin. A partir de aquí encontraremos numerosas fuentes y manantiales que brotan a nuestro paso.

Un poco más adelante salimos a un camino por el que bajamos a la izquierda y en unos pocos metros nos encontramos a la derecha con la entrada a la Senda de La Muñeca, otra maravilla de bosque del que también brota agua de cualquier lugar. Estamos en un hayedo impresionante. Ascendemos un poco por la senda que recorre el hayedo hasta que nos encontramos con otra mesa, a la derecha, esta vez no hay bancos sino banquetas hechas con trozos de troncos. Aquí hay otra fuente que mana del suelo con la ayuda de una teja. Cada vez que paso por aquí no me resisto a cambiar el agua, siempre atento por si algún duende se deja ver.

Justo enfrente de la mesa, a nuestra izquierda, dejamos la Senda de La Muñeca y bajamos por el sendero que nos lleva al Nacedero del rio Oropesa. Cuidado con los resbalones en toda la bajada hasta el manantial que nos encontraremos junto al camino. No resulta extraño que de repente veamos salir corriendo entre las hayas y los arbustos algún corzo asustado por nuestra presencia.

Un poco más abajo nos encontramos a la izquierda, en un remanso del camino, con el Belén de El Nacedero que las gentes de Pradoluengo cuidan bien.

Continuamos nuestra bajada hasta llegar de nuevo a La Pasada.