Praia da Abrela - Fuciño do Porco - Porto do Val - Cova da Doncela - Insua/cargadoiro - Praia da Abrela

Salimos desde A Praia da Abrela.
Seguimos el tramo asfaltado hasta el desvío señalizado a derecha como O Fuciño do Porco.

Su nombre oficial es Punta Socastro pero es conocido como “O Fuciño do Porco”. Este singular nombre, significa hocico de cerdo en castellano, esconde el cabo donde se localiza una ruta impresionante. Transcurre por una pasarela peatonal de madera y ofrece un sorprendente paseo entre acantilados que miran al mar Cantábrico.

En la entrada de la ría de Viveiro, en O Vicedo, se alza este impresionante mirador sobre la playa de Pereira y Area Grande. Estamos ante una ruta que transcurre por pasarelas de madera con algunas escaleras y que permite gozar de un paisaje espectacular que abarca desde Xove hasta Bares, otorgando unas vistas que te dejarán sin palabras. La sensación de caminar sobre estas pasarelas es tremenda porque vas disfrutando de las vistas y, para terminar podrás ver el mar desde una situación privilegiada.
En estos momentos por el tema de Covid, se debe reservar hora para la visita.

De vuelta por el mismo camino de ida, tomaremos un desvío a la derecha para acercarnos hasta la Praia de Alegrin.
Llegamos hasta un antiguo embarcadero con una grúa pero no se intuye ningún camino de bajada hasta la playa.

Volvemos hacia atras un tramo hasta que sale a la derecha una senda de tala. La tomamos para ir directos al Porto do Val.

De aquí tomamos la pista asfaltada hacia el punto de partida. Al llegar a la playa, habíamos calculado bien la bajamar y atravesamos la playa hasta llegar al punto donde sale un sendero (estrecho, muy cerrado y con mucha maleza) por el que subimos hasta llegar a la pista más ancha. Es un tramo corto....pero muy cerrado.
Una vez en la pista, en poco recorrido llegamos a la Cova da Doncela.

Cuenta la LEYENDA que le da nombre, que en esta escondida y fría cueva, habita, retenida mediante el conjuro realizado por un rey moro, una hermosa doncella encantada. De rubios cabellos y vestido blanco, cada año, al romper el alba de la noche de San Juan, baja del acantilado para bañarse y peinar sus cabellos con un peine de oro y brillantes. Al rato, vuelve a la cueva de la que no vuelve a salir hasta el próximo año. La narración contiene elementos propios de mitos antiguos, como el uso del peine de oro, pero extraña que en vez del uso del término Moura, se emplea el de doncella, más propio de épocas modernas. Más creíble es la versión de que era una cueva donde piratas y contrabandistas escondían sus alijos, inventándose la leyenda para alejar a los curiosos.

La boca de entrada de la cueva presenta un agujero de unos 80 cm de diámetro excavado en la roca. Hay que entrar en la gruta casi a gatas (sólo los primeros metros porque es muy bajita la entrada) y avanzar unos 15 m en horizontal hasta llegar a una gran cavidad de unos 2 metros de altura máxima y unos 10 m², que se abre directamente a la pared del acantilado.....SUPER BONITO!!!!

Respecto al origen de esta cueva artificial, hay opiniones contradictorias. Unos indican que, por su estructura, ubicación y forma, se descarta una función minera y aunque los esquistos contienen vetas de hierro (como la inmensa mayoría de los depósitos de la costa), la excavación no muestra que fuesen explotadas. Creen que el verdadero motivo de su existencia, tiene que ver con una función militar/defensiva. Una cueva abierta al acantilado que domina el acceso de la ría de Viveiro para el control y vigilancia de la costa, y que cronologicamente pertenezca a la época Moderna, siglos XVI, XVII o XVIII. Otros en cambio, se inclinan por la actividad minera. 
Aun así, fue capaz de generar una leyenda en la que se mezclan elementos modernos con otros más antiguos.

De aquí, deshacemos un poco el camino andado y seguimos por la pista ancha hasta O Cargadeiro / Insua.

Este parque etnográfico alberga hoy los restos de un antiguo cargadero de mercancías, un punto de descarga del tren. Se trata de una pasarela que servía de cargadero en un complejo minero industrial basado en la extracción de hierro. Con la ayuda de una grúa se traspasaba la carga del tren a los barcos que se encontraban debajo, facilitando así el comercio con barcos de grande calado, al evitarles tener que entrar en la ría y depender de las subidas y bajadas de las mareas.
El mineral era transportado por ferrocarril hasta este lugar, llamado Puerto Estrecho, a través de una línea ferroviaria de unos 32 km de largo, que a comienzos del siglo XX conectaba Ribadeo con los hornos de la zona minera de Vilaodriz, en A Pontenova.

Desde aquí retomamos la pista asfaltada hasta el desvío por sendero a la Praia da Abrela. Cuidado porque en este track, me equivoqué de desvío y tomé uno anterior que no tiene salida.

En un breve paseo, pasaremos por el medio de una finca con un precioso hórreo, llegamos al tramo asfaltado y en poco al parquing.

Ruta muy bonita, con grandes vistas y mucha historia así como leyendas!!!