PRC-BU 135. Cotero Quemado; altos de la Carrasquera, del Vasillo y de la Cuesta; Vallejo de Perex. Desde Gobantes.

Sendero de Medina de Pomar marcado como PRC-BU 135 con salida desde la localidad ya casi abandonada de Gobantes.

Un rincón idílico de Merindades con la iglesia románica de Nuestra Señora de las Nieves prácticamente en ruinas.
La silueta de la espadaña es imponente, las campanas has desaparecido y las paredes sólo sostienen un arco de medio punto muy atractivo con detalles de zig zag, arquillos ciegos y ajedrezados entre zarzas y hierbajos.

Un perro señala mi llegada y hace ponerme en guardia.
Salgo hacia el este entre casas silenciosas por un camino bien marcado hacia la Cueva de los Moros.
En un collado se llega a un collado donde coincido con una pista que desciende hasta llegar a un cruce, que a la izquierda comienza a ascender para enseguida girar a la derecha y seguir subiendo entre pinos por una senda sucia de brezos y argomas. Estoy en el alto de las Carrasquera.
Estas plantas bajas también se acompañan de zarzas y cabe decir que poseen un sentido sin igual para engancharte.

Después de una nueva intersección sigo a la derecha hasta encontrar una portilla de hierro.
La atravieso y rápidamente topó con el punto geodésico de la cima del Cotero Quemado con 903 metros de altitud.
Resulta curioso comprobar el perfil de este hito. Tiene escaleras de hierro en el hormigón, ya que la base tiene dos metros de altura hasta el cilindro característico de estos mojones.

Seguimos por el alto del Vasillo hacia el este y podemos disfrutar de los crestones del alto de los Buitres que custodian a Criales de Losa.

Desciendo hasta el pinar del Vallejo de Perex donde el ganado se guarece como buena tenada.
De ahí se sube y rápidamente se gira a la izquierda rodeando el alto de la Cuesta.
Comienza ya la ladera norte del monte y los manantiales escurren sus aguas sobre el camino y con las pisadas del ganado resulta penoso el itinerario.

Se desciende con dos cetas hasta ponerme en perpendicular al pueblo de Perex.
Se queda a la derecha, al otro lado del camino de la Miga.
Más adelante se localiza el depósito de agua.
El camino continúa sin dar facilidades. Arcilla y agua son mala combinación para el senderismo. Si se añade las irregularidades que el ganado provoca, pues la cosa se pone peor. Más incómodo. Pero no imposible.

La ladera de la Miga está muy sucia, con numerosos pinos caídos sobre el camino.
Poco después, se presenta un pequeño hayedo con motas en el suelo de las numerosas carboneras que en su tiempo se crearon en un hábitat ideal para llevar a cabo esta actividad ancestral.

Dejo el hayedo en la Cuesta del Val y subo hasta un collado para luego bajar y girar a la izquierda.
La cara sur es eminentemente de carácter Mediterráneo con bosque de encinas.
Nada que ver con lo que hemos dejado atrás.

Un fuerte desnivel hace que me acerque rápidamente a Gobantes, el punto de salida y llegada de esta maravillosa ruta.