134. PRC-BU-204 Sendero del Collado de Neila

📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').

📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.


INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 51 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 438 metros (superior al que estima Wikiloc).

PREÁMBULO

En nuestra ‘sesión continua’ (dos días, dos rutas, un desplazamiento) por la Alta Sierra de Pinares, la segunda jornada le correspondía a Neila (la primera, ver debajo: *). Entre las múltiples excursiones posibles por estos pagos neilenses, el PRC-BU-204 es uno de los más representativos. Los parajes de las Lagunas de Neila constituyen un caso especial, aparte.

No fue fácil decidirse por esta excursión entre tantas, pero tampoco difícil. Para dos días seguidos, era apropiado elegir una ruta no muy demandante en longitud y desnivel. Y que, a la vez, tuviera notable interés paisajístico y también algo de cultura. Y que incluyera abundante sombra, como regalo veraniego. Anticipo que todas estas expectativas se cumplieron.

LA RUTA (y Posibles Dificultades)

El PRC-BU-204 comienza y termina en el pueblo de Neila. Puede hacerse indistintamente en un sentido u otro. Elegimos el sentido de las agujas del reloj, partiendo desde la Casa del Parque. Así abordamos primero los tramos más difíciles, entre el km 1,8 y el 3,0 (de nuestro recorrido). Supuestamente, esos puntos son más seguros subiendo que bajando.

Efectivamente, hay cierta dificultad en la trepada por taludes entre los km 2,0 y 2,7. No es peligroso, pero requiere precaución, bastón y un buen calzado. Asimismo, a trechos, en el descenso a partir del km 5,7, y entre el 9,0 y el 9,9, el terreno es bastante agreste, con piso irregular. A veces, el sendero utiliza vaguadas de escorrentía con el suelo muy erosionado. Nada de lo que uno deba quejarse. Esto es el monte. Sólo hay que ir preparado.

Hay dos tramos de carretera. Primero, entre los km 4,8 y 5,5, aunque sólo nos topamos con un vehículo (y parado; del servicio forestal). Teóricamente, podría evitarse subiendo por la ladera, pero sería algo complicado y no merece la pena. Segundo, también hay un corto segmento de asfalto del km 7,9 al 8,2; más solitario aún.

En lo que respecta a la orientación espacial, ésta es relativamente fácil. Hay abundantes puntos de señalización a lo largo del sendero. Pero, como siempre, conviene llevar consigo una guía.

DESTACADO

La primera parte, hasta llegar al collado de Neila/Quintanar, resulta muy novedosa y con múltiples contrastes en paisaje, tipo de terreno, y vegetación. La segunda, después del collado, siendo también atractiva, es algo más uniforme; destacan los bosques de pinos. Entre una y otra parte, el pueblo de Neila, con valor propio, añade un magnífico final.

(1) La primera mitad de la ruta:

Sobresalen en ella el valle y el arroyo de Fuente la Pila. El pequeño, pero farruco, riachuelo nos deleita entre los km 1,5 y 2,5: su rumor y canturreo en cambiantes tonalidades, sus pequeños saltos (en esta época del año no podemos esperar cascadas), las piedras recubiertas de musgo en su cauce, las hayas que lo arropan maternalmente, etc. Paisaje idílico.

Subiendo por ese valle, sorprende el aspecto alpino de las cañadas: caminos o sendas empradizadas, debido a la verde hierba que cubre el suelo (como un prado). Así se mantienen a pesar de encontrarnos al final del verano. Algo similar se reproduce también un poco después en la zona alta, por el pago de Sancho Viejo, antes de llegar al collado.

Entre Sancho Viejo y el collado (del km 3 al 5, aprox.) disponemos de un mirador entreverado de pequeñas ‘ventanas’ que dan al valle y a la sierra. Se exhiben las vistas del Cerro Garañón, el Piquillo, el pico Cabeza Herrera (2.002 m), y algunos retazos del propio pueblo de Neila, etc., por el norte-noreste. Y, por el oeste, los roquedos de la zona de las Lagunas de Neila y el pico Campiña (2.049 m). A lo largo de ese mirador, iremos inmersos en frondosos bosques de pinos, robles, y hayas.

(2) La segunda mitad:

Ya superado el collado, el paisaje a lo lejos pierde visibilidad, a causa de la altura de los árboles. El terreno se hace algo más montaraz y menos frondoso. Los pinos se vuelven predominantes, con hayas y robles entremezclados. Algunas muestras de acebo que, por su escasez, lo convierten en particularmente preciado y evocador.

La casa-refugio de La Tejera constituye un punto de interés en medio del bosque. Hay leña y fogones, mesa y sillas. Y estaba relativamente limpia. ‘Pero’ hay amplias ventanas enrejadas por todos los lados (menos por detrás). …¿He dicho ‘pero’? ¿Eso es malo? Bueno, las ventanas no tienen marco ni cristales. Como ‘refugio’ vendrá bien para protegerse del sol; y de la nieve o lluvia, si no vienen racheadas. Del frío ya no estoy tan seguro y, menos aún, con viento. Los ventanales no dejan un hueco donde resguardarse de las corrientes de aire, dentro.

Los bosques bien cuidados de pino silvestre se extienden hasta cerca del final de la ruta. Están alfombrados de helechos en pleno cambio de coloración del verde al amarillo. Un par de km antes del final de la ruta empiezan a verse claros, la vegetación se hace más arbustiva y de pastoreo. Volvemos a disponer de vistas panorámicas de la sierra.

(3) El pueblo de Neila:

Neila tiene múltiples atractivos. Como aperitivo, ya próximos a la entrada, unos caballos pastaban tranquilos al lado del camino asfaltado que lleva a la calle principal. Un potrillo estaba separado de su madre unos metros, al otro lado del camino. Cuando nos acercábamos, se apresuró a buscar el amparo maternal. Enternecedor. No quisimos alterar su sosiego con fotos; sólo una de pasada.

Neila es una villa con historia y ricas tradiciones desde tiempos inmemoriales. La llegada de los primeros pobladores está datada en el siglo I a.C. Desde entonces, diferentes pueblos y culturas se han asentado allí. Neila guarda esencias de pueblo antiguo, con arquitectura tradicional, dos puentes romanos, casas solariegas y palacios con fachadas blasonadas, y también casas de más sencilla factura, dos iglesias de origen románico (una reformada), etc.

…Y un precioso rincón en torno al nacimiento del río Neila, que luego se convertirá en el riojano Najerilla, afluente del Ebro. Junto al nacedero, las aguas cristalinas dejan ver el fondo con toda nitidez. Las finas plantas acuáticas ondean parsimoniosas bajo la superficie, dejándose mecer por el agua. Configuran un cuadro relajante. Agárrate a algo y déjate llevar contemplando su fluir.

ANÉCDOTA

La excursión había sido placentera, pero sin sobresaltos. Estábamos ya de regreso en Neila. Y ‘nada’… (sin sorpresas inesperadas). El pueblo es bonito. Pero lo que nos ofrecía era ‘más de lo mismo’: esplendor natural antes en los montes, que ahora se convertía en lustre cultural.

‘¿No nos bastaba y sobraba con eso?’. Pues, no, al parecer. Echábamos en falta algo; una ‘sacudida’ cognitiva y/o emocional. Algo que nos sacase de nuestro aletargado embelesamiento. Y no llegaba….

Menos mal que estábamos aún en la mitad del pueblo. ‘¿Aún?’. ‘¿Mitad?’. Pues sí, porque Neila se extiende muy estirada, con sus tres barrios en hilera. Recorrimos, callejeando, más de un km desde que entramos por el oeste hasta que llegamos al otro extremo.

Y, de pronto, llegó. Fue una ‘aparición’ sorpresiva. Estábamos sacando una foto al Museo de la Transhumancia. Un hombre, al que llamaremos Don P. (nos dijo su nombre) se acercó a nosotros como si nos conociera. Sin mediar ni un ‘buenos días’, nos dijo en un tono de sana confianza:

“Esa era en mis tiempos la escuela de los niños; ahora es el museo. A continuación estaba la parte de las niñas, que ahora es un centro social de mayores. ‘Juntos, pero no revueltos’. Había, además, una escuela de parvulitos. Éramos casi 120 entre niños y niñas. Y 22 quintos”.

Hoy Neila no tiene escuela. Sus colegiales van al vecino Quintanar de la Sierra. En realidad, parece que hay un solo niño en edad escolar (me dice un oriundo del lugar). Sin palabras. (Según datos del INE a 1 de enero de 2021, Neila cuenta con 144 habitantes).

Nos dijo Don P. que tenía 64 años. Pensé que en ‘sus tiempos’ estaban muy avanzados en la escolarización, allá a principios de los años 70, al tener los ‘parvulitos’. Siguió explicándonos cosas de la historia de la localidad, incluyendo lo de la casa del famoso Cura Merino (durante la Guerra de la Independencia).

Como colofón a esa actitud acogedora por su parte, resultó que teníamos amistades próximas comunes; a pesar de la distancia geográfica. ‘Pequeño mundo’, dicen por ahí.

Un gran tipo, Don P. Una grata ‘sacudida’ final para enriquecer nuestro anecdotario. Nos salvaste del K.O. en el ‘último segundo’. Gracias por tu campechanía y naturalidad.

RUTAS CERCANAS

(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-de-las-necropolis-medievales-desde-revenga-112329823

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/palacios-de-la-sierra-fantasias-petreas-y-robledales-111857745

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/bosques-de-robles-calderas-y-ciudad-de-piedra-desde-monasterio-de-la-sierra-106663281

https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lagunas-de-neila-99395871