PRC-VA 8. Senda de los Cortados, en Cabezón de Pisuerga (Valladolid)

Ruta circular desde Cabezón, muy cercana a Valladolid.

Desde mi punto de vista, es poco recomendable hacerla en época de lluvias porque el terreno es bastante propenso al barro. Incluso después de varios días sin llover hoy hemos encontrado barro en las zonas más sombrías. Asimismo, en época de mucho sol, ¡cuidado! ¡No hay muchas zonas de sombra!

Dicho ésto... ¡Empezamos!

Dejamos el coche en el aparcamiento que hay junto a las bodegas, según se entra desde Valladolid, veremos una calle a nuestra derecha que nos llevará hasta allí (hay carteles).

Desde el aparcamiento comenzamos la ruta, siguiendo las balizas y marcas blancas y amarillas que encontraremos a lo largo del recorrido.

Comenzamos subiendo hasta la tirolina, dejando a nuestra izquierda el Parque Temático donde realizan el Belén viviente, de interés turístico regional.
Una vez en la cima, caminamos por sendero a lo largo de todo el páramo. Llevaremos a nuestra izquierda varios pinos y unas buenas panorámicas de todo el Valle del Pisuerga. A nuestra derecha llevamos tierras de cultivo.

Tras una corta bajada (hay cuerdas para poderte agarrar) y otra subida empinada, alcanzamos el Mirador de los Cortados, los cuales tenemos a nuestros pies y veremos posteriormente desde abajo. Desde el mirador conseguimos unas maravillosas vistas de los meandros que va formando el Río Pisuerga a su paso, del Monasterio Cisterciense de Santa María de Palazuelos y de varios pueblos de la zona.

Dejamos el mirador atrás para coger una pista que nos bajará hasta el sendero desde donde veremos los cortados, unas paredes de unos 60 m de altura que no nos dejarán indiferentes.

Tras deleitarnos un rato mirando los cortados, continuamos el camino y, al poco, ya nos toca echar mano de los bastones puesto que nos encontramos una subida bastante embarrada y, por consiguiente, resbaladiza. Este tramo también tiene cuerdas para agarrarte pero hoy estaban dañadas y la zona muy pisada. Optamos por bordear por la vegetación aunque también estaba resbaladiza debido a la humedad de la niebla de la mañana.

Superado el tramo de barro, continuamos por la ladera repleta de pinos hasta llegar, nuevamente, al barrio de las bodegas de Cabezón. A medida que nos acercamos a la población tenemos unas buenas panorámicas de la localidad, destacando las vistas de la Iglesia, el puente romano y el mural que hay en el frontón.

Si queréis comer o merendar al llegar, en la zona del juego pelota podréis reponer fuerzas sentados en las mesas que hay instaladas, escuchando el río de fondo y con buenas vistas al puente.