Presa de Mala, La Pequena, Valle del Palomo

El viernes, 26 de enero de 2018, mientras me encaminaba con el coche hacia una de las laderas de la Presa de Mala, en el municipio norteño de Haría, iba oyendo por la radio que la última letra del alfabeto griego es omega, y enseguida me vino al pensamiento aquello del alfa y omega, principio y fin, como atributos divinos. La cuestión es que cuando por la tarde me pongo frente al ordenador a ver las fotos y revisar los gráficos del itinerario recorrido me encuentro en la pantalla algo parecido a un lazo, cordoneras entrelazadas, ocho apaisado u omega, letra griega que no se sabe ni donde empieza ni donde termina. Con el día entreverado y ventoso iniciamos la andadura por el lado oriental de los dos lomos sobre los que se asienta la presa de Mala y discurre el Bco y valle del Palomo. Aunque la intención era subir por este lado hasta alcanzar la cabecera, al llegar a la altura de la presa decido acercarme a la misma para comprobar su estado, seco total lo que me permite atravesarla y alcanzar la ladera contraria, por la que transito un rato hasta que encuentro un paso aceptable con almendros y numerosos ajos silvestres (allium canariense parece que los llaman ahora) florecidos. Ya al otro lado voy subiendo progresivamente por la ladera abancalada y deteriorada hasta llegar al borde del lomo y volver a alcanzar la senda por la que transitamos alcanzando los cerros o peñas de esta vertiente. Tras la Peña de la Pequena, que no culminamos, hay una ligera vaguada, a la derecha se aprecia el valle de Temisa, Tabayesco y al fondo la ensenada de Arrieta. Pasada esta degollada subimos hasta alcanzar los aledaños de la Peña de la Gallina que dejamos a la izquierda. Abajo a la derecha en acusada pendiente se observa la balsa del Chafariz y la cabecera de Bco del mismo nombre. Nos encontramos un cartel que indica que estamos en la Peña de la Pequena, el IGN opina lo mismo, no así GRAFCAN y A. Pallarés que señalan el lugar como P. de la Gallina. Dada la hora y viendo lo que quedaría por recorrer si sigo subiendo hasta llegar a la ctra. de Haría y bajar por el camino que pasa por los Cortijos de D. Armas y Albarrán, decido acortar bajando por la ladera NO de la citada peña, comprobando que aunque abandonados, estos abancalamientos están en mejor estado que los anteriormente citados. Al llegar al camino todo es seguirlo hasta llegar otra vez a la presa. Allí descendemos por el lado derecho, por una senda que termina en el camino de subida a uno de los muchos depósitos de agua que jalonan la isla, por el que transitamos hasta conectar con la vía de servicio de la ctra. de Órzola por la que volvemos al punto de partida. Un día entretenido y provechoso. La siguiente vez habrá que hacer el recorrido completo y prever algo más de tiempo.