PROAZA: Airúa Naval y Sierra de Tene

Ruta bien guapa por el concejo de Quirós limitando con Proaza, en compañía de Alberto, para recorrer la pequeña Sierra de Tene que se sitúa justo al oeste de la Sierra del Aramo.

Salimos del pequeño pueblo de Tene por una pista y ya desde el principio vemos la cresta del día, bastante imponente aunque poco difícil al final. Hacemos la ruta en sentido antihorario, de modo que pronto giramos a la derecha para encontrar un sendero que, más o menos a nivel, nos lleva rodeando la sierra por el sur. En un punto nos tiramos hacia arriba, hacia la izquierda, para iniciar un largo ascenso por la cresta rocosa. El camino se intuye bien y hay que tener cuidado porque vamos por llambria llena de agujeros y en algún punto se cierra un poco con ramaje. Según subimos, en algún punto se intuye una tremenda caída por la izquierda… pero tampoco es necesario asomarse. El hecho es que el ascenso por la cresta, plegando bastones y con ayuda permanente de las manos (sin tener que trepar si no se quiere), me resultó muy divertido y con el punto justo de tensión para mi vértigo, que no dio ningún problema porque como digo: si no nos asomamos vamos siempre protegidos. Tampoco es camino para niños, ojo.

Con paciencia, cuidado y una sonrisa, superamos los 500 metros de desnivel de esta cresta hasta la cima del primer pico del día, la Peña de Navalón. Tras el largo ascenso, la Airúa Naval parece aún bastante lejos, pero el hecho es que se llega rápido y sin problemas por el mismo tipo de terreno aunque ya es “menos cresta” que lo hecho hasta ahora. Las vistas desde aquí son las que hemos tenido gran parte de la subida. El Aramo a la derecha, en primer plano, con Tapinón-Siegalavá, Fontanes, Peña Rueda, el Cornón a lo lejos, la Manteca, la Gradura… aparte de alcanzar a ver hasta el mar hacia el norte con lo despejado del día.

La bajada de la Airúa Naval se puede hacer por un camino bastante claro aunque nosotros atajamos un poco por el medio de un cotoyal bastante abierto, sin arañazos excesivos. Casi bajando llegamos a otro piquín menor, la Peña Cornuda, desde donde tenemos una bonita retrospectiva de toda la sierra recorrida hasta entonces. Seguimos bajando, ahora ya por camino y praderías (aunque con muchos helechos mustios en el suelo, quizá en verano sea una zona más cerrada), hasta el último objetivo del día. El pico Cascorbal parece bastante difícil, cuando menos empinado e incierto, según vamos bajando. En realidad ya en la base se ve que no es para tanto, una especie de réplica en miniatura de la cresta que habíamos subido, con un punto de no asomarse por la izquierda, pero con algún apoyo de manos y sin trepar llegamos sin problemas a la cumbre.

Y por último, para llegar a la pista que se ve unos 150 metros más abajo, decidimos hacerlo más o menos a pelo por un terreno bastante incómodo de llambria suelta, arbusto y cotoya baja, pero que rápidamente nos deja en la citada pista y sólo nos quedan unos 2 kilómetros para llegar al punto de partida en Tene.

Ruta no-difícil, no-peligrosa, bonita y muy entretenida. Muy recomendable!