PTO. DE ORDUÑA-MIRADOR CASCADA RÍO NERVION-MIRADOR ESQUINA RUBÉN X LOBERAS Y GR (circular)

Marcha realizada el martes 1 de mayo de 2012 (día del trabajo, aunque en estos tiempos….)
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Regresábamos a casa de nuestra estancia en Bilbao y en Deba, donde por cierto qué a gusto hemos estado, qué bien nos han tratado y qué bien hemos comido, cuando decidimos después de parar en Orduña, hacer una visita a la cascada del río Nervión, el mismo que pasa por Bilbao y forma la famosa ría en su desembocadura.

En Orduña nos dijeron que tienen el honor de ser la única ciudad de Vizcaya, dado que ni siquiera Bilbao ostenta dicho rango, al que se reconoce sólo como villa. Al igual que se comentó en Urkiola, aquí también ojo, pues aunque la distancia al puerto no es mucha, sin embargo los desniveles y las curvas se las traen. Habrá que ver esto con lluvia o nieve.
Cuál no sería nuestra sorpresa cuando poco antes de llegar al puerto, y a la derecha un primer aparcamiento estaba ya lleno de coches. Al kilómetro y medio o poco más a la izquierda otro aparcamiento más, también lleno. En Orduña nos habían dicho en la oficina de turismo que continuáramos por la pista hasta llegar al tercer y último aparcamiento de este tramo. Nos empezamos a mosquear, cuando al llegar al segundo aparcamiento de la pista no quedaba ni un hueco, y encima venían coches de frente con cara de pocos amigos. Y así fue, cuando llegamos al tercer y último aparcamiento, salía un coche y estaban esperando cinco o seis para el sitio. En estos momentos en cuando más me alegro de llevar un todoterreno, que te permite hacer algún pequeño exceso. Había un par de letreros que recomendaban no aparcar en los márgenes, pienso que más por la que podían liar, que por el impacto medioambiental. Pues bien, desde el tercer aparcamiento y a lo largo de medio kilómetro ya había coches aparcados en el lateral, y en algún tramo, incluso a ambos lados. El follón que se empezaba a montar era considerable, por lo que nosotros ya nos íbamos a ritmo de tortuga, cuando a mitad de pista y en una zona que no molestaba el tráfico y que no erosionaba el terreno decidimos aparcar. Caminamos el trozo que habíamos hecho en coche hasta el último aparcamiento. No hay pérdida posible pues aquí hay unos servicios, una fuente y una zona para comer, pero es un poquito más a la izquierda donde se cogerá la pista que entre un bonito hayedo llegará hasta una pared de piedra que no es ni más ni menos que, por su margen derecho una lobera. Es decir, una construcción para acorralar y encauzar a los lobos hasta un pozo, también de piedra y de forma cuadrangular. A partir de aquí, habrá que girar a la izquierda, para seguir también por una pista que en medio kilómetro lleva hasta la terraza-mirador de la cascada del río Nervión. El río no llevaba mucha agua, pero a pesar de todo el espectáculo de la cortina de agua, que llega pulverizada a la base de la cascada, después de recorrer una caída vertical de trescientos metros merece la pena. También merece la pena seguir bordeando todo el cañón para contemplar la formación del mismo, desde distintos ángulos. De hecho, si se continua por el borde del cañón (sin peligro alguno) unos doscientos cincuenta metros más allá hay otra lobera y a medio kilómetro de esta hay otro mirador, este sin terraza, con bonitas vistas de todo el valle y la imponente profundidad del cañón. Desde aquí, y siempre bordeando el cañón del Nervión hay otro paseo de dos kilómetros hasta el último mirador, este de nuevo con terraza y panel informativo de la zona. La vuelta al aparcamiento tercero se hace a través de un bonito hayedo, que aunque sin hojas siempre es un espectáculo sobre todo por las múltiples dolinas que alberga bajo sus copas.