PUENTE AGÜERA (370)-PEÑA SALÓN (1.245) (Parque Natural de Ponga)

PUENTE AGÜERA (370)-PEÑA SALÓN (1.245) (Parque Natural de Ponga)

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 13,8 k.
ALTURA MÁXIMA: 1.245 m.
ALTURA MÍNIMA: 370 m.
ASCENSO TOTAL: 1.094 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 3,52 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Diciembre de 2013.

El PUENTE AGÜERA y venta del mismo nombre se encuentran en el kilómetro 132 de la N-625 entre CANGAS DE ONÍS y PTO. DEL PONTÓN, tramo del DESFILADERO DE LOS BEYOS. Es éste una extensa garganta de aproximadamente 20 kilómetros de longitud, que se reparten los concejos de Amieva y Ponga en Asturias más el municipio de Oseja de Sajambre en León. Se caracteriza por la verticalidad de sus peñas con paredones cerrados que apenas dejan espacio por donde discurre el Sella y la carretera. El topónimo se relaciona con el término “beyu”, denominación local para referirse a las hoces, desfiladeros y gargantas.

PEÑA SALÓN (1.245) es una modesta y amplia cima que se alza en las estribaciones septentrionales y extremo oriental del CORDAL DE PONGA Y CASO, sobre un intrincado relieve de gargantas, agujas e impetuosas tuberas de escarpada orografía. Corona un murallón almenado de roca caliza por su vertiente meridional y occidental, mientras que sus caras este y norte descienden paulatinamente sobre los valles cubiertas de vegetación y arbolado.

El Parque Natural de Ponga -Reserva de la Biosfera, julio de 2018-, que ocupa la totalidad de ese concejo, se sitúa en la montaña centro-oriental de Asturias, entre el Parque Nacional de los Picos de Europa y el Parque Natural de Redes, con una superficie protegida de 20.533 hectáreas. Se caracteriza por un fuerte relieve en el que destacan cordales rocosos, como la crestería del Tiatordos (1.951) de naturaleza calcárea, y encajonados desfiladeros, como el mencionado de los Beyos, donde los abruptos roquedos calizos son cortados limpiamente por el cauce del río Sella.

Abundan asimismo masas boscosas formadas por tejos, robledales, abedulares, fresnedas, castañares, arces y alisedas. Pero entre la flora destacan los hayedos, siendo estrella la “Reserva Natural Parcial de Peloño” que ocupa unos 15 kilómetros cuadrados de gran relevancia ecológica. El parque tiene asimismo reconocidas otras figuras de protección: “Lugar de Importancia Comunitaria de Ponga-Amieva”, “Zona Especial de Conservación Ponga-Amieva” y “Zona de Especial Protección para las Aves Redes”.

Comenzamos la ruta por la estrecha carretera que dirección oeste marca en ascenso hacia VIBOLI (750) y CASIELLES (823). Inmediatamente entramos en la FOZ DE ANDAMIOS entre riscos con desplomes y desgajes de rocas por cuyas profundidades discurre encajonado el RÍO DE VÍBOLI. Las imágenes fotográficas, junto al colorido del otoño tardío en determinadas especies forestales, hablan por sí mismas del reconfortante espectáculo que nos ofrece la foz. Saliendo de ésta encontramos la desviación a CASIELLES, por donde regresaremos a la vuelta.

Continuamos rumbo oeste para introducirnos en la FOZ DE CÁNDANO con paraje similar, pero enriquecido asimismo por distintas cascadas, algunas de las cuales generan su propia vegetación, reflejo del microclima concomitante. Advertimos que, como consecuencia de la estructura geológica de las foces, se pueden perder en algún tramo las señales de los satélites conectados al GPS. Nosotros ya hemos corregido esas desviaciones en el TRACK, pero en todo caso basta con seguir el curso de la carretera.

Terminamos desembocando en LA LLOMBA (725) y poco después en VÍBOLI (750) al cabo de unos tres kilómetros aproximadamente. Aquélla es un caserío, encrucijada de caminos señalizada. Hacia el suroeste se llegaría en ascenso hasta COLLADA GRANCENO (1.194), nuevo cruce de conocidas rutas ponguetas en dirección al BOSQUE DE PELOÑO o a TOLIVIA o la COLLADA LES BEDULES (1.083) para terminar en collado LLOMENA (993). Nuestro camino por carretera termina en VÍBOLI al norte, aldea muy poco poblada, donde encontramos un tejo en el centro de VÍBOLI ALTO y otro en el cementerio hacia el que se encamina la ruta por pista de cemento.

Tras el cementerio recorremos un estrecho sendero que sube ligeramente entre árboles y vegetación diversa, con algún tramo embarrado, hasta el mismo centro de la riega que descendería de la CDA. EL BAXENU (1.034), punto inmediato de referencia. Ya en zona despejada avistamos al este el llamado OJO DEL FURACÁN, caprichosa oquedad en las estribaciones sur de PEÑA VIBOLINES (1.221). Por marcada senda en zigzag alcanzamos la collada en pocos minutos, nueva encrucijada de rutas.

Merece la pena detenerse para contemplar un paisaje que después se repetirá en PEÑA SALÓN, cuya mole rocosa venimos divisando desde el pueblo. Al sur, NIAJO (1.739) en segundo plano y SUBES (1.482) más SEN DE LOS MULOS (1.511) en primera línea, y a la derecha TEN (2.145), PILEÑES (2.029), LUENGO (1.785) y RASO (1.642). Al oeste-noroeste, TIATORDOS (1.955), LLAMBRIA (1.706), PIERZU (1.152) y CARRIÁ (1.431). Junto a nosotros cara sur de la abrupta SALÓN (1.245) y al noreste BOYA CAPIELLA (1.194), horcada a la que nos dirigimos por senda visible y entramado con fábrica en su parte final.

Impactante el panorama que nos sorprende al este nada más culminar la entalladura. Destaca soberbio CANTU CABRONERO (1.998) y a su izquierda en un plano inferior más inmediato TEXEDAL (1.668) y VALDEPINOS (1.745). Detrás el MACIZO OCCIDENTAL de los Picos, algunos de cuyos integrantes destacados se ocultan tras la cumbre de VALDEPINOS. Rumbo noroeste por sendero muy cómodo y apenas desnivel desembocamos en amplia meseta herbosa con ligera caída hacia el norte, en cuyo punto más meridional están la cruz y buzón de cumbre. Nada que ver con el abismo vertical de la mole rocosa antes vista, ahora a nuestros pies. Se repiten en un giro de 360 grados las cimas relacionadas con anterioridad.

Se impone por el norte la inmensa mole del pico CARRIÁ (1.439), en el extremo septentrional del parque, limitando con el CONCEJO DE AMIEVA. Por su emplazamiento es balconada singularísima para asomarse a LOS BEYOS. Sus imponentes rampas meridionales conforman láminas simétricas de roca caliza, que se perfilan en pliegues verticales, precipitando, mil metros más abajo, en el salvaje abismo del SANTANGUSTIA a nuestros pies, contiguo al desfiladero, río que vierte sus aguas en el SELLA.


Regreso hacia BOYA CAPIELLA (1.194). Al este, el valle por el que descendemos a través del CAMÍN DEL LLACÍU bien visible, que termina serpenteante en colladín, cuya referencia viene marcada por el tendido eléctrico. Desde aquí, allá abajo vemos CASIELLES (823), aldea casi despoblada, a la que llegaremos poco después por sendero cómodo junto a la Iglesia. Nos restan veintiuna curvas de descenso rumbo sur y 3,4 kts. hasta el PUENTE DE CÁNDANO, donde enlazamos con el camino de ida.

Producen asombro con mezcla de exquisito deleite las variadísimas panorámicas del parque natural: cumbres míticas con los Picos de Europa como fondo al este, tajos salvajes, hayedos sin parangón, colladas atalayas, arroyos de aguas bravas, valles de ensueño, donde formas y matices cromáticos mutan al compás de las estaciones. Y todo ello desde la modesta cumbre de Peña Salón ¡Venturoso Parque Natural de Ponga!