Puente de Montañana-Montañana ruta medieval

Montañana es un pequeño pueblo en la comarca de la Ribagorza, en Aragón. Antigua capital del municipio, declarado conjunto Histórico – Artístico en 1974, Contaba en 2016 con tan solo un habitante durante todo el año, algo que contrasta con la antigua actividad del pueblo, porque Montañana es un pueblo del siglo X, teniendo sus años de mayor esplendor a finales del siglo XIX. A mitad del siglo XX la despoblación empezó a hacerse patente, pasando de 285 habitantes en 1850 a poco más de 12 en 1980, debido al movimiento de población al cercano pueblo de Puente de Montañana, actual capital del municipio.
Durante los años 90 como otro de tantos pueblos, cae en el olvido,pero por suerte se empezaron largas y costosas obras de restauración y recobró su lustre.

Descripcion

Las obras se notan ya en la carretera de acceso y en el gran aparcamiento a la entrada del pueblo, lugar donde dejamos el coche y empezamos el paseo que nos transporta a otros tiempos, medievales, de roca, hierro y cuestas.

La calle por la que se entra a Montañana, ya lleva sus carteles informativos, pero hay que llegar hasta el puente medieval para poder apreciar la belleza del pueblo y de todo el valle del río Noguera-Ribagorçana. Tras cruzar el puente llegamos al centro, donde está el ayuntamiento, la Fundación Montañana Medieval, y la orilla de otro pequeño río. El camino continúa hacia arriba, subiendo por las estrechas callejuelas flanqueadas por pequeñas casas, con techo de piedra y algún que otro arbusto, hasta que llegamos a la Torre – Cárcel, el primer buen mirador sobre Montañana y sobre el valle, y desde el que podremos ver la Iglesia de Nuestra señora de Baldós, situada en lo alto de la colina, al final del camino.

La iglesia está rodeada por los restos de la antigua fortaleza, y es que este era un punto de gran importancia estratégica. En el interior de la iglesia podemos ver varios conjuntos pictóricos del siglo XV, que le dan un toque de color que no se suele ver en el interior de estos templos y hace que su visita sea más que recomendable. Para finalizar, desde lo alto de Montañana disfrutaremos de las vistas a los frondosos valles, recorreremos con la mirada las callejuelas que han perdurado a lo largo de los siglos, y sobre todo nos alegraremos de haber visitado uno de esos pueblos desconocidos y que tantas sensaciones transmiten.