Puente Pumar - Cuetu de la Concilla - Estación megalítica de Sejos

Puente Pumar - Cuetu de la Concilla (1922) - Estación megalítica de Sejos

De la web www.mendikat.net (Javier Urrutia):

"Hay montañas que por no llegar a cierta altitud parecen permanecer en el anonimato. Este es, precisamente, el caso del Cuetu de la Concilla, un verdadero nido de águilas por encima de la comarca de los valles del Saja y Nansa. El no llegar a alcanzar los dos mil metros de altitud, como las cimas de las sierras del Cordel o de Peña Labra, y pese a su particular aislamiento lejos de carreteras turísticas y estaciones de esquí, este cueto reclama su propia independencia y personalidad sobre los legendarios puertos de Sejos.

Destacado vértice, de puntiaguda silueta, nevado hasta la mitad de la primavera, el Cueto o Cuetu de la Concilla requiere batir desniveles siempre por encima de los mil metros con objeto de situarse en su remota cumbre, bien diferenciable en los días de cielo azul desde las inmediaciones de Santander. Tanto esta cumbre como el Iján (2084 m) se encuentran incluidos dentro del parque natural de Saja-Besaya, en su límite más noroccidental."

TRACK: Desde puente Pumar, tomaremos una pista de hormigón que, tras un par de zig-zags se dirige hacia el Este. Enseguida el hormigón dara paso a la tierra, aunque igualmente amplia, y nos mantendremos en dirección Este, ganando altura. Tras cruzar un par de arroyos iremos girando hacia el sur, donde seguiremos ascendiendo con bastante desnivel. Para llegar hasta el collado Hitón, al pie del Cuetu de la Concilla, tendremos la posibilidad de atajar por una senda que remonta directamente los prados, o de seguir por la pista, que tras un par de curvas nos colocará en el citado Collado, donde se encuentra la denominada Piedra Jincá, un antiguo menhir prehistórico desgajado del núcleo de la estación megalítica de sejos, que se encuentra cerca de aquí y visitaremos a la bajada.

A partir de este collado se inicia la parte más dura de la ascensión, en la que al elevado desnivel del terreno hay que sumarle que las sendas se vuelven confusas, la vegetación cierra el camino y puede resultar complicado seguir las marcas de piedras en forma de hitos. Tras superar este último esfuerzo llegaremos a la cima en la que podremos disfrutar de una excelente panorámica en medio de la soledad de la montaña