Puente Tocinos - Ac. Aljada - Azarbe Meranchin - Cabecicos - A. Casillas - A. Anquijanes (Ruta de las Acequias)
near Puente Tocinos, Murcia (España)
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Itinerary description
Hacia 1270, las tierras que ocupa Puente Tocinos se identificaban con los nombres de los cinco heredamientos o acequias, que regaban sus distintos lugares: Nelva, Al Norte de Puente Tocinos; Aljada, paralela al Camino Viejo de Orihuela (carretera de Puente Tocinos); Benetúcer, paralela a la carretera de Puente Tocinos; Caravija: hacia el Sur, entre el río Segura y la acequia de Benetúcer; Condomina, atravesando el río Segura por medio de un sifón y regando los terrenos llamados de Condomina Seca.
Por tanto, las primeras señas de identidad de Puente Tocinos son las acequias, que regaron sus fértiles tierras huertanas. La acequia Aljada (que significa acequia) marcaba en la antigüedad una vía importante de comunicación, en este caso la del Camino Real de Orihuela, de ahí su etimología. Esta acequia procede originalmente del heredamiento del Norte, de la acequia Aljufía (que nace en la Contraparada) de ella nace la acequia Benetuzar y de ella la Aljada, que recorremos hoy.
Seguiremos parte de este primitivo derrotero sobre por desgracia el cauce oculto de esta acequia que riega los heredamientos de Puente Tocinos, Casillas, Llano de Brujas y Santa Cruz. En la Casa del Reloj ponemos a cero nuestro cuentakilómetros de lo que será una ruta que nos mostrará la huerta actual y sus labores en esta parte de la vega, a la vez que viajamos escoltados por la vista del castillo musulmán de Monteagudo y la sierra del Miravete. Siguiendo el cauce de la Landrona de Gilillo, un merancho que sirve para recoger las aguas sobrantes del regadío, nos conecta con la iglesia de Cabecicos, en la pedanía de Llano de Brujas, donde continuamos la ruta.
Coincide en algunos pequeños tramos con el Sendero de la Huerta del Noroeste, ya publicado, https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sendero-de-la-huerta-de-murcia-noreste-pr-mu-114-ruta-de-la-acequias-murcia-35913355. Este itinerario está bastante bien señalizado con flechas, carteles y pegatinas en las farolas con la señal de PR.
Pasamos por Azarbe del Meranchin ya en Casillas, la Huerta de Murcia es conocida por la cantidad y la calidad de las hortalizas y otras plantas que se cultivan. Aquí ha sido muy importante la plantación de menta, llegando a contar la pedanía hasta no hace mucho, con diferentes destilería en las que extraía su esencia para le elaboración de licor y fines medicinales. Pero en la Huerta se han empleado las plantas que crecen de manera silvestre en los costones de bancales y acequias para diferentes usos: elaborar comidas, como alimentos de animales o como remedios caseros en una época en la que no abundaban las farmacias, ni mucho menos, los supermercados. Esto requería de una sabiduría popular tanto a la hora de reconocer las plantas como para conocer su utilidad. Así, con la pelusilla se lavaban los botes con los que se hacía conserva de tomate, con la hierba gallinera se alimentaban las gallinas, los mostranzos servían para repeler a los mosquitos, con la floreta se hacían ramilletes para la batalla de las flores… La preciada “Ensala Buscá”, sin duda las plantas silvestres más apreciadas en la huerta han sido empleadas para elaborar un plato tradicional: la “Ensalá Buscá”. Se trata de una comida a base rompetes, camarrojas, cerrajones, picopájaro, rebanizos, ababoles y acelgas del campo. Y aunque el nombre te lo pueda hacer creer, no se trata de una ensalada con hojas frescas, sino que todas esas plantas se hierven y comen aderezadas con aceite, limón y sal. Otra opción, es tras hervirlas, sofreírlas con ajos tiernos y tomate. Saber bien la preparación de cada planta es fundamental ya que un poco más de una de ellas puede “amargosear” la comida. Con el aumento del uso de herbicidas en la Huerta cada vez se hace más difícil poder elaborar la “Ensalá Buscá”. Hasta hace poco en el mercado de los jueves en Murcia las mujeres de la huerta vendían manojos de plantas para la Ensalá buscá recolectadas por ellas.
Las aguas que circulan por este merancho provienen del final de la acequia Aljada, y de diferentes landronas que recogen el agua de los bancales de la zona. La Huerta, además de ser un sistema agrario muy productivo, cuenta con diversos valores naturales. Además de las hortalizas cultivadas, en la Huerta están presentes otras muchas especies vegetales. Así, en los márgenes de las acequias mejor conservadas, crecen de manera natural álamos, sauces, saúcos, fresnos y olmos además de cañas, juncos o cola de caballo. Cerca de las casas y en los linderos de los bancales que se mantienen de modo tradicional encontramos granados, perales, moreras, higueras, nispereros, incluso nogales llamados nogueras en la Huerta. Así mismo, existen otras variedades tradicionales de frutales, algunas de ellas en peligro de desaparecer, como son el nispolero, el pero nano o la naranja sanguina. Y, como puedes comprobar mirando el horizonte, destaca la palmera datilera, toda una seña de identidad del paisaje huertano. Las aves han estado vinculadas desde antiguo a la vida de la Huerta. Entre las que revolotean en los huertos se encuentran los mirlos, verderones, abubillas, jilgueros y verdecillos que en la Huerta se les conoce como merlos, verdolores, perputas, caverneras y garrofillas respectivamente. Es frecuente ver planear al cernícalo en busca de algún animalillo del que alimentarse. Al caer el sol, entran en escena los mochuelos y las lechuzas, estas últimas más difíciles de observar. Además de las aves, en la Huerta habitan otros grupos de animales, sobre todo en los cauces de riego: barbos, anguilas, galápagos leprosos y la rana común vuelven a ser frecuentes en las acequias y azarbes gracias a la mejora de la calidad de las aguas. Una rica biodiversidad de plantas y animales asociada a este paisaje agrario. Además de estos valores naturales, en su condición de cinturón verde que rodea la ciudad de Murcia, la Huerta actúa como regulador del clima y supone la despensa para las generaciones futuras, pues aún cuenta con una gran cantidad de suelo fértil, cada vez más escaso en nuestro planeta.
Pasamos por Ermita de San Felix de Cantalicio, patron de Cabecicos que pertenece a Llano de Brujas. Como curiosidad os cuento como era la picaresca española y el timo a los murcianos. Curiosa noticia que encontramos fechada en los últimos años del siglo XVIII, cuando unos pícaros, haciéndose pasar por sacerdotes, timaron a los murcianos con los falsos restos de San Félix de Cantalicio. Los hechos, que se narran en una larga acta capitular, comenzaron cuando se presentaron en Murcia unos sacerdotes que dijeron que procedían de Roma e iban para la América portuguesa. Portaban, sobre un borrico, una urna conteniendo los que ellos decían que eran los restos de San Félix. Los sacerdotes se hospedaron en la posada de San Francisco (al comienzo del Malecón) y comenzaron a pedir limosnas para su viaje evangelizador. Numerosos murcianos acudieron a ver la urna del santo y a dar su limosna para ayudar a aquellos sacerdotes en su peregrinar. Teniendo noticia de la presencia de estos clérigos, el Provisor les llamó a su presencia y una vez que se entrevistó con ellos; revisó también los documentos que le presentaron dando autenticidad a los restos mortales de San Felix. El Provisor los consideró verdaderos y los dejó que siguieran sacando limosnas para costear su viaje con el santo. Pero aquellos pícaros, después de un tiempo en Murcia, se dirigieron a Madrid. Allí les prendieron y vieron que todo era falso. Incluso los restos mortales del santo no eran sino trapos, barro y paja. Pidieron entonces los informes al Concejo de Murcia, así como a otras ciudades y pueblos por donde habían pasado con las falsas reliquias, y, con todo en su contra, se les juzgó por ese delito y por el otro, mayor, de hacerse pasar por sacerdotes. Sólo se añade, en esta acta que cuenta tal suceso, que sufrieron pena de cárcel durante muchos años.
En Cabecicos vemos regar del pozo, pues no viene agua por la sequía, junto al cauce todavía se conserva una aceña que sacaba agua de un pozo con la ayuda de vacas murcianas y burros. Un viejo plátano, el mismo que plantaron hace muchos años para dar sombra a los animales que movían la aceña. En la actualidad esta función la hace un motor. A pesar de estos valores, la acequia de Casillas se encuentra en peligro de desaparición. Tras entubarla el valioso vergel queda convertido en un simple camino seco y sin vida. La Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia justifica los entubamientos con el fin de mejorar el riego, pero la realidad es que la mayoría de las acequias y azarbes se encuentran en completo abandono y falta de vigilancia para evitar vertidos, como se pudo apreciar en todo el recorrido. Ya no se hacen mondas, ni labores de mantenimiento como se han hecho durante más de mil años.
Volvemos todavía por Casillas por la antigua casa Torre de Manresa, ya desparecida, por la Acequia Anquijanes, también entubada. Casillas pese al trabajo de sus anteriores pobladores musulmanes, la calidad de las tierras del lugar no era de lo mejor de la huerta, debido a la insuficiencia de azarbes y canales de avenamiento para facilitar el total saneamiento y desecación de las tierras, lo que llevó muy pronto al abandono de los cultivos y del mantenimiento de los canales, azarbes y azarbetas y su conversión en zona de almarjal.
Ya llegados de nuevo a Puente tocinos, pasamos por la parroquia de Nuestra Señora del Rosario y por esa casa emblema de la pedanía que es la Casa del Reloj, ubicada en el Carril de la Torre donde habíamos dejado el coche en un parking al lado, de arquitectura barroca popular es un inmueble también denominado Torre de los Ayllón o popularmente conocido como la Torre del Reloj o Casa del Reloj, siendo el edificio más antiguo de la pedanía. Fue levantado a mediados del Siglo XVIII como vivienda familiar de una familia noble y consta de 2 plantas con una superficie total de 635 metros cuadrados sobre una parcela de 1.175 metros cuadrados. Vinculada en otros tiempos a la explotación agrícola y sericícola actualmente alberga la Casa del Belén de la Región de Murcia como museo de artesanía belenista. La Torre del Reloj está catalogada con un grado de protección 2, ya que cuenta con elementos ornamentales de gran valor, como el escudo heráldico labrado en piedra con las armas de los Ayllón y el reloj de sol situado en la torre. El escudo se encuentra presidiendo la Torre e incluye varios símbolos de la familia Ramírez de Carrión; también se representa en él la fauna menor de la zona, como por ejemplo la mula, y el topo; y la flora, con moreras e higueras. Lleva una serie de orlas, frutas: naranjas, limones, granadas, flores, membrillos. En la parte superior está coronado por la cruz de Calatrava, ya que los ancestros de esta familia pertenecían a esta orden. El reloj de sol, situado en la torre, se trata de un reloj vertical declinante, ya que la pared no mira exactamente al sur, sino que se desvía 21º al levante. El reloj no es simétrico, estando el centro desplazado hacia el este.
La huerta de Murcia es el resultado de la generosidad del río Segura, del ingenio de los árabes que poblaron estas tierras y de quienes las han habitado durante generaciones, que con su continuo esfuerzo, han preservado un paisaje agrario y una forma de vida hasta nuestros días. Los árabes tras fundar la ciudad de Murcia en el siglo IX, supieron aprovechar la fertilidad que el río proporcionaba a la tierra con sus continuos desbordamientos ideando un ingenioso sistema de riego. Propiciaron el cultivo de diferentes hortalizas y frutales.
La historia de la región de Murcia es la historia del agua, sacar el máximo partido de los raquíticos caudales disponibles. Durante siglos, milenios incluso, la divisa en esta tierra ha sido aprovechar hasta la última gota de las escasas precipitaciones e idear sistemas para atraer, preservar o extender todo los posible su vivificadora presencia.
Los musulmanes recogieron la tradición hidráulica romana y realizaron acueductos, qanat, cisternas, albercas y acequias que llevaban la impronta de aquella civilización.
A imitación de Roma los árabes situaron sus grandes cisternas en las afueras de las ciudades, conduciendo el agua, como habían hecho los romanos ocho siglos antes, por acueductos y canalizaciones a casas particulares, baños y jardines. Pero fueron un paso más allá: conferirían a las huertas de las vegas del Segura la fisonomía con la que serían conocidas durante siglos.
La huerta de Murcia es el resultado de la generosidad del río Segura, del ingenio de los árabes que poblaron estas tierras y de quienes las han habitado durante generaciones, que con su continuo esfuerzo, han preservado un paisaje agrario y una forma de vida hasta nuestros días. Los árabes tras fundar la ciudad de Murcia en el siglo IX, supieron aprovechar la fertilidad que el río proporcionaba a la tierra con sus continuos desbordamientos ideando un ingenioso sistema de riego. Propiciaron el cultivo de diferentes hortalizas y frutales.
Las acequias son un patrimonio importante de todos los murcianos. Siempre encontramos árboles de gran tamaño como plataneros de sombra cerca de los cauces de agua. Allá donde veas árboles grandes, cerca hay una acequia. Constituyendo una parte esencial de ese sistema tan complejo de canales de distribución o de aguas vivas, y de recogida (o azarbes) y devolución al cauce principal o de aguas muertas.
Como el entubamiento es un paso más en la degradación de la huerta de Murcia, la histórica red de regadío está sirviendo para crear nuevos caminos que, en muchas ocasiones, favorecen la construcción de viviendas, muchas ilegales, con licencia de aperos, construyen lo que quieren. Las acequias nos ayudan a conocer los valores culturales, ambientales y paisajísticos que contienen estos antiguos cauces de riego.
En los márgenes crecían higueras, laureles, así como plátanos y moreras centenarias. También había especies protegidas de chopos, olmos y sauces. Estas arboledas las plantaban los antiguos huertanos en los márgenes de las acequias para que las raíces sujetaran la tierra, creando un rico ecosistema vinculado al agua donde habitan especies acuáticas y aves insectívoras muy beneficiosas para la agricultura.
Más de la mitad de los cauces han sido entubados en los últimos 30 años. Esto conlleva una tremenda pérdida de biodiversidad, elementos patrimoniales y un recurso de gran importancia en la regulación del microclima en el valle de Murcia, con una bajada de temperatura de 3° a 5°. A lo que hay que añadir, que esta red a cielo abierto funciona también como sistema de drenaje en caso de lluvias torrenciales.
Necesitamos un cambio de mentalidad, y que sepan apreciar los valores ambientales y culturales que atesora la red de regadío y que forman parte del interés general de toda la ciudadanía. Se necesita un esfuerzo en la protección de esta milenaria red y su colaboración en la mejora ambiental, gestión y mantenimiento.
Waypoints
Derecha
Cartel del Sendero de la Ruta Huerta - PR 114
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/sendero-de-la-huerta-de-murcia-noreste-pr-mu-114-ruta-de-la-acequias-murcia-35913355. Este itinerario está bastante bien señalizado con flechas, carteles y pegatinas en las farolas con la señal de PR. La huerta de Murcia es el resultado de la generosidad del río Segura, del ingenio de los árabes que poblaron estas tierras y de quienes las han habitado durante generaciones, que con su continuo esfuerzo, han preservado un paisaje agrario y una forma de vida hasta nuestros días. Los árabes tras fundar la ciudad de Murcia en el siglo IX, supieron aprovechar la fertilidad que el río proporcionaba a la tierra con sus continuos desbordamientos ideando un ingenioso sistema de riego. Propiciaron el cultivo de diferentes hortalizas y frutales. La huerta comprende el territorio regado por las aguas del Segura y sus filtraciones desde la Contraparada, en Murcia, hasta la Vereda del Reino, que divide esta huerta de la de Orihuela, con una extensión de unos 21 km de largo y 8 de ancho aproximadamente. Este regadío comienza en el Azud Mayor, la actual Contraparada, donde una pequeña presa eleva y deriva el agua del río hacia dos acequias mayores situadas a ambos lados del cauce: la Aljufía (del árabe “la del norte”), del siglo IX, en la margen izquierda, y la Alquibla (“la del sur”), del siglo XII, en la derecha. Cada acequia mayor, se ramifica, a su vez en acequias menores, y estas en otras de menor tamaño que llevan el agua a cada bancal de la huerta. Y tras el riego, un conjunto de azarbes recogen el agua sobrante y la devuelven al río o la conducen para regar de nuevo otras tierras. De esta manera, se constituyó un laberíntico y eficiente sistema de regadío que permitió el desarrollo de la huerta de Murcia y que lleva en funcionamiento ¡mas de mil años!. El riego se completaba con otros artefactos, como las norias y las aceñas para elevar el agua a las albercas para almacenarlo cuando el caudal era escaso. Se construyeron también numerosos molinos que molían el cereal cultivado en la zona, gracias al agua que corría por las acequias. En conjunto, un rico patrimonio agrario, cultural e histórico asociado a la huerta de Murcia, testigo de una forma de vida adaptada a este territorio. Conservarlo está en nuestras manos. En la huerta de Murcia existe un tribunal tradicional que se encarga de resolver los conflictos ocasionados por el uso del agua? Se trata del Consejo de Hombres buenos, vigente desde hace once siglos. Este tribunal lo forman siete hacendados, que no juristas, y es el responsable de que se cumplan las tradiciones y costumbres de la huerta, reflejados en sus ordenanzas. Así, resuelven conflictos que por la vía judicial tardarían mucho tiempo. En 2009, la UNESCO lo declaró junto con el Tribunal de las Aguas de Valencia, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Izquierda Carril Orilla del Merancho
Azarbe del Meranchin, la Huerta de Murcia es conocida por la cantidad y la calidad de las hortalizas y otras plantas que se cultivan. Aquí en Casillas, ha sido muy importante la plantación de menta, llegando a contar la pedanía hasta no hace mucho, con diferentes destilería en las que extraía su esencia para le elaboración de licor y fines medicinales. Pero en la Huerta se han empleado las plantas que crecen de manera silvestre en los costones de bancales y acequias para diferentes usos: elaborar comidas, como alimentos de animales o como remedios caseros en una época en la que no abundaban las farmacias, ni mucho menos, los supermercados. Esto requería de una sabiduría popular tanto a la hora de reconocer las plantas como para conocer su utilidad. Así, con la pelusilla se lavaban los botes con los que se hacía conserva de tomate, con la hierba gallinera se alimentaban las gallinas, los mostranzos servían para repeler a los mosquitos, con la floreta se hacían ramilletes para la batalla de las flores… LA PRECIADA “ENSALÁ BUSCÁ” Sin duda las plantas silvestres más apreciadas en la Huerta han sido empleadas para elaborar un plato tradicional: la “Ensalá Buscá”. Se trata de una comida a base rompetes, camarrojas, cerrajones, picopájaro, rebanizos, ababoles y acelgas del campo. Y aunque el nombre te lo pueda hacer creer, no se trata de una ensalada con hojas frescas, sino que todas esas plantas se hierven y comen aderezadas con aceite, limón y sal. Otra opción, es tras hervirlas, sofreírlas con ajos tiernos y tomate. Saber bien la preparación de cada planta es fundamental ya que un poco más de una de ellas puede “amargosear” la comida. Con el aumento del uso de herbicidas en la Huerta cada vez se hace más difícil poder elaborar la “Ensalá Buscá”. ¿SABÍAS QUE… ¿ Hasta hace poco en el mercado de los jueves en Murcia las mujeres de la huerta vendían manojos de plantas para la Ensalá buscá recolectadas por ellas.
Azarbe del Meranchin
Las aguas que circulan por este merancho provienen del final de la acequia Aljada, y de diferentes landronas que recogen el agua de los bancales de la zona. La Huerta, además de ser un sistema agrario muy productivo, cuenta con diversos valores naturales. Este es un buen lugar para conocer algunos de ellos.Además de las hortalizas cultivadas, en la Huerta están presentes otras muchas especies vegetales. Así, en los márgenes de las acequias mejor conservadas, crecen de manera natural álamos, sauces, saúcos, fresnos y olmos además de cañas, juncos o cola de caballo. Cerca de las casas y en los linderos de los bancales que se mantienen de modo tradicional encontramos granados, perales, moreras, higueras, nispereros, incluso nogales llamados nogueras en la Huerta. Así mismo, existen otras variedades tradicionales de frutales, algunas de ellas en peligro de desaparecer, como son el nispolero, el pero nano o la naranja sanguina. Y, como puedes comprobar mirando el horizonte, destaca la palmera datilera, toda una seña de identidad del paisaje huertano. Las aves han estado vinculadas desde antiguo a la vida de la Huerta. Entre las que revolotean en los huertos se encuentran los mirlos, verderones, abubillas, jilgueros y verdecillos que en la Huerta se les conoce como merlos, verdolores, perputas, caverneras y garrofillas respectivamente. Es frecuente ver planear al cernícalo en busca de algún animalillo del que alimentarse. Al caer el sol, entran en escena los mochuelos y las lechuzas, estas últimas más difíciles de observar. Además de las aves, en la Huerta habitan otros grupos de animales, sobre todo en los cauces de riego: barbos, anguilas, galápagos leprosos y la rana común vuelven a ser frecuentes en las acequias y azarbes gracias a la mejora de la calidad de las aguas. Como ves, una rica biodiversidad de plantas y animales asociadas a este paisaje agrario. Además de estos valores naturales, en su condición de cinturón verde que rodea la ciudad de Murcia, la Huerta actúa como regulador del clima y supone la despensa para las generaciones futuras, pues aún cuenta con una gran cantidad de suelo fértil, cada vez más escaso en nuestro planeta
Ermita de San Felix de Cantalicio
Ermita de San Felix de Cantalicio Patron de Cabecicos que pertenece a Llano de Brujas. LA PICARESCA ESPAÑOLA Y EL TIMO A LOS MURCIANOS Curiosa noticia que encontramos fechada en los últimos años del siglo XVIII, cuando unos pícaros, haciéndose pasar por sacerdotes, timaron a los murcianos con los falsos restos de San Félix de Cantalicio. Los hechos, que se narran en una larga acta capitular, comenzaron cuando se presentaron en Murcia unos sacerdotes que dijeron que procedían de Roma e iban para la América portuguesa. Portaban, sobre un borrico, una urna conteniendo los que ellos decían que eran los restos de San Félix. Los sacerdotes se hospedaron en la posada de San Francisco (al comienzo del Malecón) y comenzaron a pedir limosnas para su viaje evangelizador. Numerosos murcianos acudieron a ver la urna del santo y a dar su limosna para ayudar a aquellos sacerdotes en su peregrinar. Teniendo noticia de la presencia de estos clérigos, el Provisor les llamó a su presencia y una vez que se entrevistó con ellos; revisó también los documentos que le presentaron dando autenticidad a los restos mortales de San Felix. El Provisor los consideró verdaderos y los dejó que siguieran sacando limosnas para costear su viaje con el santo. Pero aquellos pícaros, después de un tiempo en Murcia, se dirigieron a Madrid. Allí les prendieron y vieron que todo era falso. Incluso los restos mortales del santo no eran sino trapos, barro y paja. Pidieron entonces los informes al Concejo de Murcia, así como a otras ciudades y pueblos por donde habían pasado con las falsas reliquias, y, con todo en su contra, se les juzgó por ese delito y por el otro, mayor, de hacerse pasar por sacerdotes. Sólo se añade, en esta acta que cuenta tal suceso, que sufrieron pena de cárcel durante muchos años.
Acequia Casillas en Camino de Cabecicos
En Cabecicos vemos regar del pozo, pues no viene agua por la sequía, junto al cauce todavía se conserva una aceña que sacaba agua de un pozo con la ayuda de vacas murcianas y burros. Un viejo plátano, el mismo que plantaron hace muchos años para dar sombra a los animales que movían la aceña. En la actualidad esta función la hace un motor. A pesar de estos valores, la acequia de Casillas se encuentra en peligro de desaparición. Tras entubarla el valioso vergel queda convertido en un simple camino seco y sin vida. La Junta de Hacendados de la Huerta de Murcia justifica los entubamientos con el fin de mejorar el riego, pero la realidad es que la mayoría de las acequias y azarbes se encuentran en completo abandono y falta de vigilancia para evitar vertidos, como se pudo apreciar en todo el recorrido. Ya no se hacen mondas, ni labores de mantenimiento como se han hecho durante más de mil años.
Derecha calle Mayor Casillas
Izquierda calle Tovar
Calle Pintor Jose Maria Parraga
Izquierda calle atleta Antonio Peñalver
Derecha
La Casa del Reloj
La Casa del Reloj, ubicada en el Carril de la Torre en la en la pedanía murciana de Puente Tocinos. De arquitectura barroca popular es un inmueble también denominado Torre de los Ayllón o popularmente conocido como la Torre del Reloj o Casa del Reloj, siendo el edificio más antiguo de la pedanía. Fue levantado a mediados del Siglo XVIII como vivienda familiar de una familia noble y consta de 2 plantas con una superficie total de 635 metros cuadrados sobre una parcela de 1.175 metros cuadrados. Vinculada en otros tiempos a la explotación agrícola y sericícola actualmente alberga la Casa del Belén de la Región de Murcia como museo de artesanía belenista. La Torre del Reloj está catalogada con un grado de protección 2, ya que cuenta con elementos ornamentales de gran valor, como el escudo heráldico labrado en piedra con las armas de los Ayllón y el reloj de sol situado en la torre. El escudo se encuentra presidiendo la Torre e incluye varios símbolos de la familia Ramírez de Carrión; también se representa en él la fauna menor de la zona, como por ejemplo la mula, y el topo; y la flora, con moreras e higueras. Lleva una serie de orlas, frutas: naranjas, limones, granadas, flores, membrillos. En la parte superior está coronado por la cruz de Calatrava, ya que los ancestros de esta familia pertenecían a esta orden. El reloj de sol, situado en la torre, se trata de un reloj vertical declinante, ya que la pared no mira exactamente al sur, sino que se desvía 21º al levante. El reloj no es simétrico, estando el centro desplazado hacia el este.
Comments (2)
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Bonita ruta de huerta y acequias de nuestra Murcia. Y, como habitualmente, la extensa información que trasmites va mucho más allá de la mera descripción de la travesía.
Bonita ruta huertana, que poco a poco vas completando.