Puentedey-Cascada de la Mea-Quintanilla Valdebodres-GR1-PRC-BU-33: Canales del Dulla-Puerta del Dulla-Puerta de Quintanilla

Comenzamos esta ruta circular con el principal objetivo de llegar a la cima del Dulla (1143 m), partiendo de Puentedey e impresionarnos por enésima vez con su majestuoso puente natural horadado durante millones de años por las aguas del Nela, al abandonar su cauce natural y dejar un meandro abandonado, por donde hoy transcurre la carretera que bordea al pueblo. Cruzamos el puente y a la altura del túnel, seguimos la carretera de asfalto en dirección a la cascada de la Mea. Encontramos una cruz a la izquierda de la carretera, a pie de monte y rápidamente nos adentramos en la Merindad de Sotoscueva, partido de Vadebodres, tras ver un cartel informativo. A unos metros, vemos la desviación hacia la cascada de la Mea (270 m), como esperábamos sin gota de agua. No por ello deja de tener interés desde un punto de vista Geológico. Descendemos y continuamos por el asfalto hasta llegar a Quintanilla Valdebódres. Lo primero que llama nuestra atención es un viejo cartel de cerámica que anuncia el nombre del pueblo y parece ser que originariamente se escribía las dos con "V" (Valdevódres). Es un bonito pueblo por el que pasa un pequeño arroyo por debajo de un puente de piedra, tiene una fuente pilón y la cueva del pozo del infierno, que no llegamos a ver, pero por su nombre nos intriga, parece ser que aquí está el sumidero de agua que alimenta la cascada de la Mea (esta información no está contrastada). Visitamos su iglesia de San Miguel Arcángel y la Ermita de la Virgen de la Misericordia anunciada previamente por la interminable cantidad de cruces de madera que vamos encontrado en el camino. Seguimos la PRC-BU-33 senda circular "Canales del Dulla" y el GR 1. Seguimos un camino de piedras, y 300 m vemos una antigua carbonera protegida, con un cartel que nos explica cómo los antiguos carboneros obtenían el carbón vegetal. Vamos ascendiendo lentamente por la senda del barranco de la Mata, hasta llegar a un portillo de madera, lo cruzamos y nos topamos de frente con un canchal, podemos seguir de frente o bien coger la senda de la izquierda, decidimos esto último. Pasado unos metros nos encontramos totalmente encajonados en los impresionantes canales del Dulla e incluso vemos al fondo a la izquierda Villamartín de Sotoscueva. Continuamos las ruta y encontramos varios ejemplares de Amanita excelsa, así como otras especies de setas sin poder identificarlas. Echamos la vista atrás y contemplamos los relieves en cuesta seriados, de libro, así como La Mesa. (938 m). De repente vemos una poza circular con ranas al sol, que saltan ante nuestra presencia a una velocidad vertiginosa, sin apenas permitirnos observarlas y mucho menos identificarlas. Después de tomar un pequeño almuerzo continuamos la ruta, hasta llegar a una intersección con tres caminos: de frente el GR-1, el que dejamos atrás y a la izquierda el PRC-BU-33 hacia Quintanilla Valdebodres, que es el que seguimos. A media que ascendemos lentamente nos acercamos al collado del Dulla, hasta estar completamente perpendicular a él. A la altura de una "mina" abandonada nos entra la duda, si continuar por el camino o ascender hasta el collado, monte a través, pues aunque la pendiente es muy pronunciada, parece viable. Decidimos esto último, la subida es dura pero por fin llegamos a la llamada Puerta del Dulla. Las vistas son espectaculares pudiéndose ver con toda claridad los canales del Dulla y los paredones calcáreos que los tenemos pegados debido al escaso margen con entre ellos y la pendiente de caída (zona muy peligrosa); continuamos unos metros por una pequeña senda paralela a los paredones, con la intención de poder bordear la crestería pero ante la extrema dificultad, decidimos bajar de nuevo, monte a través, a la senda. La bajada es aún peor y más peligrosa que la subida, por la fuerte pendiente, resbalando y dándonos varias culadas, pero finalmente conseguimos llegar a la senda. Recomendamos evitar este tramo de la ruta y seguir por la senda del PRC-BU-33. Continuamos por la senda, encontrando algún bloque errático a nuestra derecha, hasta llegar a una nueva intersección, seguimos por la senda de ascenso con fuerte pendiente en dirección a Quintanilla Valdebodres (4,6 km), hasta llega al final de la Puerta de Quintanilla (1060 m), donde las vistas vuelven a ser magnificas, el complejo formado por los canales del Dulla que se observan desde aquí en todo su esplendor, nos recuerda a una inmenso cráter. Bajamos por una senda interminable hasta por fin llegar de nuevo a Quintanilla Valdebodres y de ahí hasta Puentedey por el asfalto, hasta llegar al puente, ya de noche. Ruta, intensa, dura pero ha merecido la pena, a pesar de no haber podido coronar el Dulla. La próxima vez será.