Puentes colgantes y Cahorros del Monachil
near Monachil, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Divertida y atractiva circular que, partiendo del aparcamiento público de Monachil, avanza por la ribera del río homónimo hasta superar la gran hoz en la que se incrusta, pasando por los famosos Cahorros. Para mí la ruta ha quedado deslucida por dos motivos: el primero fue error mío por elegir un festivo para hacer la ruta, ya que la parte de los puentes colgantes era una auténtica feria donde tuvimos que esperar un buen rato para pasar el puente más largo; el segundo fue la turbidez y el olor del Monachil, claramente usado como sumidero de aguas fecales probablemente de Pradollano, en temporada alta de nieve por estar en febrero. Por tanto, aconsejo fervientemente realizar la ruta entre semana y cuando no haya temporada de nieve. Estoy seguro de que se disfrutará mucho más.
El sendero está señalizado en todo momento. A veces va pegado al río y otros veces se aparta algo para subir varios tramos de escaleras. Antes de llegar al primer puente colgante, pasamos por dos centrales hidroeléctricas, la última de ellas en funcionamiento tras su restauración a finales del siglo XX. Esta parte de la ruta es umbría, por lo que es resbaladiza si hay barro. Los tres primeros puentes colgantes son cortos, pero igualmente divertidos. El cuarto, no obstante, tiene varias decenas de metros y es el más espectacular de todos. Si hay mucha gente, es aquí donde se forman colas puesto que no deben pasar más de cuatro personas a la vez. Además, a escasos metros del puente el río se despeña desde una presa artificial, por lo que aún es más llamativo si cabe.
Pasado el puente grande, nos adentramos en la zona de los Cahorros la parte más llamativa y divertida para mi gusto. Especialmente llamativo es el llamado Túnel de las Palomas (donde el GPS hace un extraño en el track, aunque evidentemente no hay pérdida). La anchura del paso se achica, en algunos tramos no llega a los dos palmos. Se anda por encima de una conducción de agua, bien hormigonada, por el que el piso es bueno, aunque muy estrecho. Tanto, que a veces hay que ayudarse de agarraderas y grapas ferreteras puestas para evitar sustos. La caída al río puede ser aparatosa, a pesar de que nunca hay más de 2-3 metros. Si la corriente es grande (se me ocurre que en el deshielo puede aumentar considerablemente), puede ser incluso peligrosa. Algunos pasos son delicados ya que es necesario agacharse o incluso sentarse. Fácil si no te confías, por supuesto. Como información, la realizamos en familia, perro incluído, sin más sobresaltos.
Al salir de los Cahorros el paisaje se abre, pero no pierde belleza. Pronto se llega al paraje de las Azuelas, un pequeño llano donde la mayoría de los domingueros terminan su paseo. Aquí hay una fuente que no vimos, y un puente colgante para pasar al otro lado que no cruzamos, sino que seguimos por el sendero que acompaña el río hasta llegar al Puente de las Chorreras que sí pisamos para cruzar a la margen derecha e iniciar nuestra vuelta.
El camino de vuelta es sencillo y muy vistoso, pues va subiendo ligeramente permitiendo varias panorámicas de la hoz por donde corre el Monachil y de las montañas circundantes. Solo nos desvíamos de él un par de veces para asomarnos a algunos puntales, aunque la verdad solo nos mereció la pena para ver cómo el agua que caía por el Barranco de las Revueltillas formaba una cascada bastante interesante. Poco después del mirador de la Era de los Renegrales, el sendero llega al pueblo para poner fin a esta pintoresca y familiar ruta circular.
Pongo moderado y no fácil por la estrechez de la zona de los Cahorros, donde una caída puede ser un problema, y por el piso resbaladizo de la umbría si hay barro, como fue nuestro caso. Tampoco recomiendo la ruta a la gente que sufra vértigo, tanto por el paso de los puentes como por los Cahorros.
El sendero está señalizado en todo momento. A veces va pegado al río y otros veces se aparta algo para subir varios tramos de escaleras. Antes de llegar al primer puente colgante, pasamos por dos centrales hidroeléctricas, la última de ellas en funcionamiento tras su restauración a finales del siglo XX. Esta parte de la ruta es umbría, por lo que es resbaladiza si hay barro. Los tres primeros puentes colgantes son cortos, pero igualmente divertidos. El cuarto, no obstante, tiene varias decenas de metros y es el más espectacular de todos. Si hay mucha gente, es aquí donde se forman colas puesto que no deben pasar más de cuatro personas a la vez. Además, a escasos metros del puente el río se despeña desde una presa artificial, por lo que aún es más llamativo si cabe.
Pasado el puente grande, nos adentramos en la zona de los Cahorros la parte más llamativa y divertida para mi gusto. Especialmente llamativo es el llamado Túnel de las Palomas (donde el GPS hace un extraño en el track, aunque evidentemente no hay pérdida). La anchura del paso se achica, en algunos tramos no llega a los dos palmos. Se anda por encima de una conducción de agua, bien hormigonada, por el que el piso es bueno, aunque muy estrecho. Tanto, que a veces hay que ayudarse de agarraderas y grapas ferreteras puestas para evitar sustos. La caída al río puede ser aparatosa, a pesar de que nunca hay más de 2-3 metros. Si la corriente es grande (se me ocurre que en el deshielo puede aumentar considerablemente), puede ser incluso peligrosa. Algunos pasos son delicados ya que es necesario agacharse o incluso sentarse. Fácil si no te confías, por supuesto. Como información, la realizamos en familia, perro incluído, sin más sobresaltos.
Al salir de los Cahorros el paisaje se abre, pero no pierde belleza. Pronto se llega al paraje de las Azuelas, un pequeño llano donde la mayoría de los domingueros terminan su paseo. Aquí hay una fuente que no vimos, y un puente colgante para pasar al otro lado que no cruzamos, sino que seguimos por el sendero que acompaña el río hasta llegar al Puente de las Chorreras que sí pisamos para cruzar a la margen derecha e iniciar nuestra vuelta.
El camino de vuelta es sencillo y muy vistoso, pues va subiendo ligeramente permitiendo varias panorámicas de la hoz por donde corre el Monachil y de las montañas circundantes. Solo nos desvíamos de él un par de veces para asomarnos a algunos puntales, aunque la verdad solo nos mereció la pena para ver cómo el agua que caía por el Barranco de las Revueltillas formaba una cascada bastante interesante. Poco después del mirador de la Era de los Renegrales, el sendero llega al pueblo para poner fin a esta pintoresca y familiar ruta circular.
Pongo moderado y no fácil por la estrechez de la zona de los Cahorros, donde una caída puede ser un problema, y por el piso resbaladizo de la umbría si hay barro, como fue nuestro caso. Tampoco recomiendo la ruta a la gente que sufra vértigo, tanto por el paso de los puentes como por los Cahorros.
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Comments (2)
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Bonita ruta para realizarla en familia.
Gracias, Rafa, por la valoración. Mejor evitar la temporada alta de nieve.