Puerto Albarda - El Terrizo - Vereda del Fraile

Esta ruta comienza en la finca "La Estrella". Ahí aparcamos el coche. Tomaremos dirección oeste por el camino que lleva a una granja de vacas. Antes de llegar a ella, tomaremos el camino de la izquierda que nos llevará al puerto Albarda.

En poco tiempo, el camino se transforma en senda rodeada de una gran variedad de matorrales mediterráneos como la jara, el romero o el torvisco y también de enebros, quejigos y encinas. Viene una subida bastante importante hasta llegar al mismo puerto. Entonces empiezan a aparecer brezos mas típicos de zonas altas. Cruzaremos una puerta para poder saltar a la cresta.

En esta nueva finca, un vigilante nos custodiará por todo el tramo, asegurándose de que no nos equivoquemos de camino. El camino está bastante bien indicado por hitos hasta llegar a una charca, en dónde las retamas y coscojas consiguen que se pierda un poco la senda. Debemos de seguir recto, dejando el agua a nuestra izquierda.
Pronto llegaremos a una de las pistas de la finca y hemos de seguirla. Siempre que se bifurque, hemos de tomar el camino que baja, no el que sube la loma.
Encontraremos otra puerta que tenemos que pasar, la cuál fue abierta y cerrada amablemente por el guarda y seguiremos dirección oeste, con la montaña siempre a nuestra derecha. Llegaremos a un tramo con muros de piedra que han sido derribados por los grandes herbívoros tras el paso de los años y veremos en la distancia una granja de grandes dimensiones. Debemos de llegar a ella y allí coger la pista que va directa hacia la montaña, dirección norte.

Seguiremos la pista y tendremos que pasar a través de la vegetación para tomar el camino de la izquierda. Al llegar a una quejigar, comenzará la subida hasta el Terrizo. Cuidado que es bastante empinada aunque si estás acostumbrado al senderismo no te costará ningún problema.
En un momento dado, la pista se termina pero se ve una pequeña senda que va hacia el noreste y que en poco tiempo termina en la puerta para volver a saltar la cresta y pasar al Terrizo. Los buitres leonados del Pico del Amor nos reciben para ver si todo va bien...

Cuando hicimos la ruta, este lado de la sierra estaba cubierto de nieve y presentaba zonas en las que aún estaba blanda. ¡Toda una satisfacción!

Seguimos la senda hacia abajo y nos adentramos en un rebollar (o melojar o robledal, como prefieras llamarlo) y seguimos cuidadosamente los hitos para ir bajando.
Según se desciende, el robledal da paso a un encinar y comienzan a aparecer los jarales.
Terminamos saliendo a una dehesa con una charca bastante grande alimentada por un pozo. No es raro encontrarse bloques de sal para alimentar a los rumiantes ya que tampoco es raro sorprender a alguno por aquí.

Queda una ligera subida y luego hay que girar a la izquierda, hacia abajo hasta llegar a una parte vallada. Cuando el cercado se termine, deberemos de tomar nuestra derecha más cerrada y ahí entraremos en la Vereda del Fraile.

Esta parte de la ruta es de gran belleza, ya que hemos de atravesar la espesura con una gran variedad de especies vegetales diferentes. En esta parte el tráfico, tanto de ciclistas como de senderistas, puede llegar a ser bastante intenso debido a que goza de una gran popularidad en la región.
Tras varios kilómetros y haber cruzado distintas puertas que siempre debemos de dejar cerradas, llegaremos a una zona de pastos. Continuaremos rectos pasando a través de unos pinos piñoneros enormes. En lo alto veremos la primera granja de vacas que divisamos al empezar nuestra ruta y seguiremos el camino. En muchas ocasiones, las vacas estarán pastando a muy cerca de nosotros y alguna vez hay que quitarlas de la puerta para poder pasar tu pero no es común que te hagan nada.
Una vez pasada la zona de ganado, seguiremos el mismo camino que cogimos al principio y pronto llegaremos a nuestro coche.