Puerto de Béjar - Fuenterroble de Salvatierra
near Peñacaballera, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Concluimos la 3ª Etapa en Fuenterroble de Salvatierra, con el grato recuerdo de una comida compartida en el Mesón el Pesebre, donde Joaquin nos deleito con asada de cochinillo.
Centrandono en los realizado bajamos por el robledal hasta el puente de la Magdalena, que cruzamos para salvar el cauce del río Cuerpo de Hombre. A unos metros se alza un miliario y de seguido veremos un corral a mano derecha. Merece la pena pasar la valla de madera y entrar, porque guarda uno de los miliarios mejor conservados de toda la Vía. Se trata del número CXXXIIII. Tras la visita disfrutamos de un tramo de tres kilómetros junto al río, hasta llegar a la carretera y enlazar de nuevo con la antigua calzada, por la que subimos a Calzada de Béjar.
La ermita del Humilladero y el albergue de peregrinos de Alba y Soraya nos dan la bienvenida a esta pequeña población, de acertado nombre y que atravesamos hasta llegar a la plaza, donde está la iglesia de la Asunción y donde podemos admirar una muestra de la más típica arquitectura serrana y degustamos unas viandas para reponer fuerzas. Dejamos la localidad para llanear durante seis kilómetros por el valle del Sangusín. A la izquierda, a lo lejos, las Batuecas y la Sierra de Francia. A la derecha, las sierras de Béjar y Candelario. El recorrido está jalonado por varios miliarios. Entre ellos el número CXLII, que se encuentra de nuevo a la orilla del río Sangusín tras su periplo como adorno en el Ministerio de Obras Públicas. Salimos al asfalto, sobre el que pisamos unos cientos de metros para coger un camino que nos llevará hasta Valverde de Valdelacasa, en cuyo término se debió situar la mansio ad Lippos.
Aquí nos reciben unos cruceros y la iglesia de Santiago. No tardamos en cruzar Valverde de Valdelacasa para hacer la penúltima parada técnica y acabar de repostar y coger fuerzas para tomar la carretera que nos conduce, en subida, hasta la siguiente población: Valdelacasa, la cual obviamos, pues nos huele ya el asado que nos espera. Aquí alcanzamos los 950 metros de altitud y abandonamos el pueblo para salir más adelante de la pista asfaltada por la izquierda. Rodeados de robles, vamos finiquitando los últimos seis kilómetros de la jornada. Aún habrá tiempo para más sorpresas, como la que nos depara el miliario CXLVIII, repuesto en el bautizado como Bosque del Peregrino. Aún retornamos una vez más a la carretera, para llegar por ella a Fuenterroble de Salvatierra, donde degustamos unas cervezas para recuperar líquidos y una buen asado que regamos en el interior con un buen ribera del Duero.
Ya en Plasencia, seguimos hidratandonos y planteando la siguiente salida que no tardara mucho.
Centrandono en los realizado bajamos por el robledal hasta el puente de la Magdalena, que cruzamos para salvar el cauce del río Cuerpo de Hombre. A unos metros se alza un miliario y de seguido veremos un corral a mano derecha. Merece la pena pasar la valla de madera y entrar, porque guarda uno de los miliarios mejor conservados de toda la Vía. Se trata del número CXXXIIII. Tras la visita disfrutamos de un tramo de tres kilómetros junto al río, hasta llegar a la carretera y enlazar de nuevo con la antigua calzada, por la que subimos a Calzada de Béjar.
La ermita del Humilladero y el albergue de peregrinos de Alba y Soraya nos dan la bienvenida a esta pequeña población, de acertado nombre y que atravesamos hasta llegar a la plaza, donde está la iglesia de la Asunción y donde podemos admirar una muestra de la más típica arquitectura serrana y degustamos unas viandas para reponer fuerzas. Dejamos la localidad para llanear durante seis kilómetros por el valle del Sangusín. A la izquierda, a lo lejos, las Batuecas y la Sierra de Francia. A la derecha, las sierras de Béjar y Candelario. El recorrido está jalonado por varios miliarios. Entre ellos el número CXLII, que se encuentra de nuevo a la orilla del río Sangusín tras su periplo como adorno en el Ministerio de Obras Públicas. Salimos al asfalto, sobre el que pisamos unos cientos de metros para coger un camino que nos llevará hasta Valverde de Valdelacasa, en cuyo término se debió situar la mansio ad Lippos.
Aquí nos reciben unos cruceros y la iglesia de Santiago. No tardamos en cruzar Valverde de Valdelacasa para hacer la penúltima parada técnica y acabar de repostar y coger fuerzas para tomar la carretera que nos conduce, en subida, hasta la siguiente población: Valdelacasa, la cual obviamos, pues nos huele ya el asado que nos espera. Aquí alcanzamos los 950 metros de altitud y abandonamos el pueblo para salir más adelante de la pista asfaltada por la izquierda. Rodeados de robles, vamos finiquitando los últimos seis kilómetros de la jornada. Aún habrá tiempo para más sorpresas, como la que nos depara el miliario CXLVIII, repuesto en el bautizado como Bosque del Peregrino. Aún retornamos una vez más a la carretera, para llegar por ella a Fuenterroble de Salvatierra, donde degustamos unas cervezas para recuperar líquidos y una buen asado que regamos en el interior con un buen ribera del Duero.
Ya en Plasencia, seguimos hidratandonos y planteando la siguiente salida que no tardara mucho.
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