Puerto de Laredo-Playa La Salvé-Santoña-Monte Buciero-Barrio de Dueso-Playa Berria (Santoña)

Segundo día consecutivo de excursión, esta vez nos trasladamos hasta la costa, concretamente a la localidad de Laredo. Dejamos el bus en el puerto y allí iniciamos la marcha.
Atravesamos de lado a lado la enorme playa de La Salvé, de 4250m de longitud, hasta llegar a El Puntal. Ahora cogemos una barca que nos lleva hasta el pueblo de Santoña, situado al otro lado del curso de la ría de Treto.

Una vez allí, avanzamos unos metros por el paseo marítimo hasta alcanzar unas escaleras situadas al lado del Fuerte San Martín.
Ahora, realizamos un breve zig-zag y ascendemos por una carretera con rampas muy llevaderas, ganando poco a poco altitud, y disfrutando de una bonita vista del pueblo de Santoña hacia la izquierda.

Mas adelante, abandonamos el asfalto y nos desviamos en 2 ocasiones hacia la derecha, para comenzar de forma oficial el ascenso hacia nuestro próximo objetivo, la cumbre del monte Buciero. El sendero esta un poco cerrado por los arbustos y molesta al pasar, pero enseguida se vuelve a abrir. La pendiente sigue siendo suave, pero una vez pasamos al lado de un edificio en ruinas, la situación cambia, y de que manera.

Las rampas son durísimas de principio a fin. El sendero se estrecha aun mas y la presencia de rocas incrustadas en el suelo tampoco ayuda, hasta el punto de que en la parte mas alta, a pocos metros de la cima, hay que ayudarse con las manos para avanzar con seguridad. Aun así, técnicamente no tiene ninguna dificultad, y la subida, aunque dura, es breve, y enseguida llegamos hasta la cruz cimera del monte Buciero (376m).

A pesar de su modesta altitud, este monte ofrece unas vistas de ensueño. Son solo 180º de vistas pero que enamora a todo aquel que venga hasta aquí; la playa de Laredo, la propia localidad, Colindres, Santoña, Noja, los barrios de Ancillo, Santiuste, Piedrahita, Dueso, la playa Berria, las preciosas Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, Varios montres del interior, y como no, el mar Cantábrico. IMPRESIONANTE.

Tras las fotos de rigor, seguimos el camino, ascendiendo unos poquitos metros de desnivel para luego iniciar el descenso. Misma dinámica que durante la subida. La pendiente es elevada, el sendero estrecho y hay alguna que otra roca en el suelo, aunque menos que en el ascenso.

Nos adentramos poco a poco en un enorme y frondoso bosque de laureles, que nos hará imaginarnos que somos "Frank de la jungla", yendo con mucha atención esperando ver algún que otro animal por el camino (no fue nuestro caso).

Durante la bajada nos encontramos con un cruce, señalizado con un cartel, en el que si giramos al a izquierda podríamos ir hasta otro cruce en el cual se puede acceder al famoso Faro del Caballo. Nosotros no teníamos intención de pasar por allí, así que nuestro guía quiso alargar la caminata y recorrer lo máximo posible los alrededores de éste monte.

Así que giramos a la derecha, y mas adelante a la izquierda, hasta que mas adelante llegamos al mencionado cruce donde se puede ir hacia el faro. Lo dejamos atrás, seguimos de frente, y continuamos caminando en semillano por el bosque.

Un km después, accedemos a una zona muy estrecha, con terreno irregular y resbaladizo, en el cual ascendemos una breve pero exigente rampa para, seguido, volver a descenderla. Por el lado derecho hay una cuerda que ayuda a avanzar mejor, especialmente si el terreno estuviera mojado. Hoy estaba seco y muchos de nosotros teníamos bastones, y no tuvimos ningún problema, pero si he de reconocer, que sin la ayuda de los palos y en mojado, este tramo sería bastante complejo, hay que ir con mucho cuidado.

Luego ya es coser y cantar, y al llegar a la altura del Faro del Pescador, el sendero se acaba para ir luego por carretera. De aquí en adelante llegaríamos rápidamente hasta el barrio del Dueso pero como el asfalto es tremendamente aburrido, y nuestro guía quería que nos divirtiéramos, nos llevó por un sitio que no me esperaba lo mas mínimo.

Pocos metros después de avanzar por el asfalto, a la izquierda, comienza otro sendero que vuelve a adentrarse por el bosque. Las rampas vuelven a ser muy exigentes, y no tiene descanso. Nos hace sudar la gota gorda, aunque agradecemos la presencia de la sombra en un día soleado y caluroso como el de hoy.

Llegamos a la parte mas alta del lugar, una zona herbosa despejada, y seguido volvemos a descender, teniendo que pasar primero por una valla metálica y después por debajo de una cuerda. Al lado hay un caserío y posiblemente también ganado, lo que explicaría éstas medidas de protección.

Ya solo nos queda descender por otro camino mitad cemento mitad tierra, hasta llegar al barrio del Dueso. Pasamos la lado de las murallas de la cárcel de El Dueso y por último accedemos al camping de Berria, donde damos por finalizada esta preciosa ruta.


NOTA: El tiempo real de caminata ha sido de 4h y 15min, habiendo parado unos 10-15min en la cima del Buciero, otros 45min en el bar del camping. Después, por mi cuenta, fui hasta la urbanización del barrio de Dueso y hasta el corazón de la playa de Berria, habiendo dedicado alrededor de 15-20 min para ir y volver desde el bar.