Puerto de las Palomas - Refugio de la Zarza - Jardín Botánico de la Torre del Vinagre

Ruta cómoda, con un desnivel positivo durante la primera hora de recorrido de apenas 300 metros. Después todo es descenso hasta el Museo de la Torre del Vinagre. La ruta transcurre por pista forestal muy cómoda, en su gran parte en sombra (saliendo a las 8:00 de la mañana). Forma parte de la GR 247, y está muy bien señalizada (salvo los últimos 800 metros que son un caos).
Una característica de esta ruta es que en su primer tramo se puede divisar con mucha claridad la vertiente Oeste (a la izquierda), con los bellos y típicos paisajes de olivares jienenses.
En la vertiente Este (a la derecha) se divisa también con mucha claridad todo el valle por el que transcurre el Río Guadalquivir, hasta Arroyo Frío.
En los primeros quinientos metros divisé en las peñas de la derecha gran cantidad de buitres, esperando que el sol calentara el aire para poder volar con la ayuda de las corrientes térmicas.
Aproximadamente a los 5,5 km desde la salida hice un desvío hacia la izquierda, a la cima de las Bañas, para contemplar el paisaje de los olivares. Es fácil ascender hasta esas peñas, merece la pena.
Aproximadamente a los 7.5 km (esta es la primera intersección , justo antes de que la pista forestal gire a la izquierda en cuesta - no se sigue por ahí, sino de frente) también me desvié unos doscientos metros a la derecha para contemplar desde las peñas las preciosas vistas del valle del Guadalquivir.
Seguimos andando y un poco más adelante a la izquierda veremos las ruinas de un antiguo cortijo. Es una bonita estampa.
A poco más de 8,2 km desde la salida llegamos al Refugio de la Zarza actualmente cerrado por la pandemia del Covid. Llama la atención que linda con un cortijo derruido donde se resguardan las cabras. Cien metros más adelante, siguiendo la pista, a la derecha, veremos la Fuente de la Zarza, un lugar bucólico con aguas limpias y cristalinas. Buen sitio para parar, descansar y refrescarse. Es el primero de los dos sitios que hay durante la ruta para coger agua y refrescarse.
A los 10,8 km divisaremos a la izquierda otro cortijo en ruinas Es mejor no acercarse, porque justo detrás hay un montón de colmenas de abejas. No arriesgarse.
A los 14,5 kilómetros nos encontramos con una toma de aguas de la sierra, y una fuente, donde podemos llenar nuestras cantimploras y refrescarnos. Hay un pequeño charco a la derecha lleno de ranas. A partir de este punto ya no hay más fuentes.
A los 15,65 nos encontramos con la cancela que impide el paso de vehículos por la pista forestal. Y doscientos metros más adelante está la segunda intersección. Es importante no despistarse, porque no se sigue la pista forestal hacia abajo, sino que nos desviamos hacia la izquierda, por un camino en no muy buen estado. La intersección está señalizada.
Aproximadamente a los 17 km la señalización empieza a ser deficiente. Yo me despiste unos metros, y tuve que volver sobre mis pasos, porque la vereda a seguir no está muy clara. Un señal me advertía de que no estaba siguiendo el camino correcto.
Desde este punto hasta el museo la senda es tortuosa, y no está claro por donde hay que caminar. Viendo el museo opté por dejarme llevar, lo rodeé y aparecí ya en la carretera, y al parking del museo, donde me esperaba la furgoneta de mi supercuñado Javi Multideportes para volver a casa. El también me llevó al punto de partida en el Puerto de las Palomas.
Merece mucho la pena esta ruta. Es tranquila (no me crucé con nadie en todo el camino) y ayuda a la reflexión y a la paz interior, que es lo que uno va buscando.

Un placer amigos.