Puerto de las Viñas - Chorrero de Villaluenga - Escuela de Barrida - Sima y Dolmen del Republicano, 2021-12-28

CARACTERÍSTICAS DE LA RUTA

- Distancia: 14,45 km

- Nivel: Moderado

- Tipo: Circular con tramos lineales

- Desnivel: 391 m. El punto más elevado se encuentra en el Puerto de Las Viñas (938 m) y el más bajo en las cascadas inferiores del Chorrero (674 m).

- Tiempo de realización: 6 horas 18 minutos con paradas.

- Terreno: pistas, senderos y campo a través. El lapiaz del Chorrero es opcional.

- Permiso: no hace falta. Todos los pasos están habilitados y no hay que saltar alambradas.

- Recomendaciones: Necesario el GPS. Respetar portillas y pasos dejándolos como los encontremos, y no molestar a los animales.

RESUMEN

Preciosa ruta de nivel moderado entre el Puerto de Las Viñas (Villaluenga), El Chorrero, la Escuela de Barrida y la Sima y el Dolmen del Republicano. En principio teníamos un doble objetivo relacionado con el agua: visitar las cascadas del Chorrero de Villaluenga y la Sima del Republicano en época de lluvias, pero el recorrido también ofrece gran interés paisajístico, geográfico e histórico. En este sentido, hay que destacar las visitas a la Escuela de Barrida y los dólmenes del Quejigal y el Republicano. Nos encontramos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema.

DESCRIPCIÓN

Transcurridos dos meses desde nuestra última visita al Chorrero de Villaluenga (Puerto de las Viñas (Villaluenga)-Chorrero-Sima del Republicano, 2021-11-02 track 88016302 en wikiloc) y tras varios días de lluvias intensas en la Sierra, regresamos nuevamente al sitio con la esperanza de ver por fin este bello y efímero espectáculo de la naturaleza.

Aparcamos en el Puerto de Las Viñas y, bajo una fina lluvia, descendemos hacia el Sureste por la Pista del Republicano (para evitar los barrizales de la Colada de la Plaza de Toros y el Pinar de repoblación). Pasamos la Cancela del Republicano y el Arroyo de los Pajares y giramos al Suroeste por el cómodo Camino de las Merinas. Atravesamos dos angarillas y pasamos junto a la Casa de las Merinas, una antigua cortijada bien conservada y rodeada de corrales. Cerca, a nuestra izquierda, veremos también un pequeño pozo casi cuadrado y con brocal bajo de calizas. Continuamos hasta un collado que es divisoria de aguas entre la Cuenca del Republicano y la Garganta de Barrida. Cerca hay una cancela doble con paso habilitado por donde continuamos nuestro camino. Sale el arcoiris y cesa la lluvia.

Descendemos un tramo por la pista de las Cañadillas y luego nos desviamos a la izquierda hacia una angarilla visible desde lejos. Continuamos hacia el Sur atravesando una vaguada por senderos de animales y campo a través con buenas vistas a la Sierra de Líbar. Nos detenemos junto a una bonita Poza (utilizada como pozo) de uno de los torrentes del Higuerela y seguimos su cauce hasta la angostura de la Esquina del Rincón de Nieto. Luego, descendemos siguiendo el cauce del torrente, que discurre encajonado entre las calizas del Rincón de Nieto y las llamativas margas rojizas de las Cañadillas, hasta desembocar en el Higuerela.

Continuamos cerca del cauce del Higuerela, con un buen caudal de agua, por zona más abierta en dirección al Chorrero. En el tramo final, nos pasamos a la margen izquierda y entramos en una zona de arbustos y rocas por donde nos acercamos con precaución al Chorrero. Para nuestra alegría, en esta ocasión sí teníamos cascadas, y las disfrutamos tanto desde arriba como desde abajo. Para verlas desde abajo, atravesamos con cuidado el cauce desde el waypoint "Chorrero de Villaluenga" y nos pasamos a la margen derecha, por donde pequeños senderos nos conducen hasta las cascadas.

Después de disfrutar de las cascadas del Chorrero, entramos en el espectacular lapiaz del Cerro de la Jara y Chorrero y nos movemos por su impresionante plataforma de calizas cuarteadas, contemplando un paisaje sorprendente e inigualable.

Salimos del lapiaz y nos acercamos a las ruinas de un chozo, que estuvo en pie hasta no hace muchos años. Desde aquí, caminamos hacia el Norte por la zona del Quejigal con la intención de visitar, una vez más, la Escuela de Barrida, que aún conserva su estructura rectangular alargada con muros y pilares de piedra, y que tendría cubierta a dos aguas con entramado de madera y tejas, como las casas rurales de la Sierra. El rectángulo se dividía en dos zonas: la clase y una pequeña vivienda para el maestro.

Después de recordar y admirar la labor de los antiguos maestros rurales, subimos a la Angarilla del Quejigal, ubicada junto a una magnífica Era empedrada y cerca de un Dolmen (no catalogado y mal conservado), posiblemente del III Milenio a. C. Se trata de una construcción funeraria de finales del Neolítico o de la Edad del Cobre, de la que se conservan sólo cuatro ortostatos.

Pasamos la Angarilla del Quejigal y descendemos otra vez al cauce del Higuerela, para desandar el precioso tramo de las Cañadillas con sus margas rojizas. Luego, continuamos hacia el Nordeste, en dirección la Sima del Republicano, dejando la pared de la Sierra de Líbar a nuestra derecha. Pasamos dos angarillas de la finca de las Merinas y otras dos cancelas de los Llanos del Republicano y nos dirigimos a la Sima. Atravesamos el Arroyo de los Álamos, que iba cargado de agua por las abundantes lluvias, y contemplamos su entrada en la Sima. Nos acercamos también a un mirador alto con espléndidas vistas sobre esta cavidad y su entorno.

El gran sumidero del Arroyo de los Álamos figura en los mapas antiguos como Sima del Cabo de Ronda. El nombre actual de Sima del Republicano se debe a la creencia de que, durante la Guerra Civil, fue arrojado a ella el cadáver de un soldado republicano. Está incluida en el Catálogo de Grandes Cavidades y ha sido explorada y cartografiada desde 1964. La Sima es la boca principal de un gran sistema subterráneo que cuenta con otras bocas menores, como los sumideros de Cabito y La Raja. Según estudios de la Universidad de Málaga, sus aguas vierten al Valle del Guadiaro en la Charca del Moro, después de un recorrido subterráneo de 18 km.

Para completar esta magnífica excursión, en el camino de regreso, nos acercamos a visitar el Dolmen de la Encina o de Los Llanos del Republicano, situado a unos 400 m al Este de la Cancela de acceso y a unos 130 m al Norte del Arroyo de los Pajares. Se trata de otra construcción funeraria megalítica probablemente del III Milenio a. C., igual que los cercanos dólmenes de los Lajares y del Quejigal y otros de la Sierra (Alberite, La Giganta, el Juncal, etc.). El Dolmen de la Encina fue encontrado por Antonio Benítez y parece ser un sepulcro de corredor. Se conservan sólo tres grandes ortostatos de la cámara funeraria y otros tres discontinuos de lo que sería el corredor. Entre las carrascas próximas hay una gran losa que podría pertenecer a la cubierta. Lo que demuestran estas construcciones y los múltiples hallazgos encontrados en diferentes cavidades de la Sierra, es que hubo poblaciones humanas en la zona desde el Paleolítico hasta la Edad de los Metales. Así, encontramos numerosas huellas de cazadores-recolectores del Paleolítico, pero también de ganaderos y agricultores del Neolítico y la Edad de los Metales, como serían por ejemplo estas construcciones dolménicas.

Desde el Dolmen de la Encina, nos dirigimos a la Cancela del Republicano y subimos por la pista al Puerto de Las Viñas, donde finalizamos nuestra excursión.