PUERTO LA QUESERA-COLLADO LOS LOBOS-PEÑA LA SILLA-CANCHO LA PEDROSA-COLLADO LAS LAGUNAS-COLLADO BERCERAS-ALTO PARREJÓN

Marcha realizada el miércoles 5 de abril de 2023

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hoy partimos desde los poco más de mil setecientos metros que tiene un Puerto de la Quesera que sirve de frontera natural entre las dos Castillas y ambas mesetas. Y en esta ocasión no es para coger rumbo oeste y subir a la cuerda del Pico del Lobo, como tantas otras veces hemos hecho, sino para enfilar rumbo este hacia la cuerda de la Peña de la Silla y la Tiñosa, y desde la primera cima citada cambiar el rumbo a norte y dirigirnos hacia la Buitrera y el Alto del Parrejón por la misma loma o cuerda que separa los Hayedos de la Pedrosa y de la Tejera Negra. Aunque esta segunda opción es menos utilizada que la primera, no por ello hay que dejar de hacer un recorrido cuyas vistas y belleza del paisaje y orografía se lo merecen con creces.

Nada más salir del pequeño espacio que hay junto a una carretera local bastante descuidada, que comparten las provincias de Segovia y Guadalajara en sus vertientes norte y sur respectivamente, la cruzamos e inmediatamente cogemos una senda que por su izquierda se dirige hacia la citada Peña de la Silla. Antes de dicha cumbre, y cuando tan sólo llevamos un kilómetro y medio se llega a una amplia explanada que forma el Collado de los Lobos, y que se nos antoja como el mejor paso posible de tan bellos cánidos para acceder de una a otra provincia.

A nuestra izquierda dejamos el cruce junto a un paso de la cerca de alambre de espino que será por donde volvamos al cabo de unas pocas horas. Ahora seguimos con el mismo rumbo este y dejando el citado alambre y límite provincial a nuestra izquierda, para continuar subiendo durante algo más de medio kilómetro y así culminar los mil novecientos treinta y cinco metros que tiene la citada Peña de la Silla, desde la que se aprecia la impresionante cumbre de una Tiñosa que dejamos para la próxima incursión por la zona.

Recuperadas las fuerzas, retomamos la ruta ahora con rumbo norte, para descender unos ciento cincuenta metros de desnivel y recorrer el kilómetro que nos separa de un Collado de las Lagunas en el que la pertinaz sequía se deja ver de forma clara y evidente en una zona normalmente encharcada por los múltiples manantiales que nunca habíamos visto tan secos como hoy.

Desde aquí, todo el tiempo entre brezos que empiezan a florecer, para afrontar un nuevo repecho de algo más de cien metros que se hacen en poco más de un kilómetro para acabar pasando por un Collado de las Berceras, que supone un fabuloso mirador al este del Hayedo de la Tejera Negra y el impresionante barranco que forma el río Lillas, y al oeste del Hayedo de la Pedrosa.

Sin dejar en ningún momento esta cuerda y linde natural entre ambos hayedos y provincias, continuamos con rumbo norte subiendo otros ciento quince metros más de desnivel en poco menos de novecientos metros, y así culminar un Alto del Parrejón, que con sus dos mil trece metros era la meta final que nos habíamos fijado hoy.

El regreso se realiza por el mismo camino de ida, salvo el tramo desde el Collado de las Lagunas, que en lugar de subir de nuevo a la Peña de la Silla lo hacemos a media ladera, para enfilar de forma más directa hasta el citado Collado de los Lobos, por el que ya pasamos por la ida. Desde dicho collado el mismo tramo de bajada hasta el punto de conexión con la carretera, en el que decidimos continuar por la misma (dado que el tráfico es inexistente) durante los últimos cuatrocientos metros hasta el punto de partida en el puerto. Al final una ruta apta para casi todas las edades en un rango bastante amplio, ya que ni la distancia recorrida, ni el desnivel acumulado, junto con la ausencia de cualquier dificultad técnica la hacen de lo más llevadera y amena, incluso si se quiere sacar de paseo a nuestros fieles cuadrúpedos, también cánidos como los lobos que por estas latitudes gustan merodear, con la precaución de ver sin ser vistos.