PUERTO PAJARES (1.378)-PICO CELLÓN (2.028)-PICO DE PÁJARA (2.003) (P. N. Ubiñas-La Mesa)

PUERTO DE PAJARES (1.378)-PICO CELLÓN (2.028)-PICO DE PÁJARA (2.003) (P. N. de Ubiñas-La Mesa)


DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 15,14 k.
ALTURA MÁXIMA: 2.028 m.
ALTURA MÍNIMA: 1.378 m.
ASCENSO TOTAL: 839 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 5,13 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Octubre de 2009.

El PUERTO DE PAJARES (1.378), antes llamado con propiedad La Raya, se sitúa en el K. 87 de la N-630, punto divisorio entre las provincias de ASTURIAS y LEÓN, siendo una de las vías de acceso más importantes desde la meseta al Principado. En épocas remotas, ya era utilizado este paso en el itinerario de la variante de la ruta jacobea con destino a la Catedral de San Salvador en Oviedo, siendo asimismo vía pecuaria, camín de carreteros y vaqueros. El puerto es también zona de tránsito hacia el complejo invernal del Brañillín, antigua braña de verano transformada en pistas de esquí.

A su vez, el P. CELLÓN (2.028), en el límite oriental del parque, es uno de los dosmiles más asequibles de la Cordillera Cantábrica, siendo la cota más destacada en la SIERRA DE LOS PASOS DE ARBÁS, que se extiende, de este a oeste, entre el COLLADO PROPINDE (Vía Carisa) y el citado PTO. DE PAJARES. Por su parte, el P. DE PÁJARA (2.003) se integra en un cordal secundario que se escinde del Cellón, de norte a sur, para morir en la cuenca leonesa del RÍO BERNESGA.

El PARQUE NATURAL DE LAS UBIÑAS-LA MESA es un espacio protegido desde mayo de 2006, que ocupa terrenos pertenecientes a los concejos de Lena, Quirós y Teverga, en sentido de Este a Oeste, con una superficie total de 35.793 hectáreas. En julio de 2012 fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco. Destaca el Macizo Ubiñas, con alturas superiores a los dos mil metros, predominando un definido modelado kárstico y glaciar, claramente apreciable en los Puertos de Agüeria, y en los jous que rodean sus cumbres principales.

Seguimos hasta ARBÁS DEL PUERTO (1.325), a un kilómetro del punto de partida, por la actual carretera, abierta como calzada empedrada en 1836 tras años de gestiones de Jovellanos y Campomanes. Este pueblo leonés podría ser también comienzo del itinerario. Nos detenemos a visitar la COLEGIATA DE SANTA MARÍA, declarada “Bien de Interés Cultural”-“Patrimonio Histórico de España”. Su origen fue hospital para peregrinos, variante de la Ruta a Santiago pasando por Oviedo. Hace tiempo despareció el hospital-albergue, manteniéndose la iglesia como parroquia del lugar. Es de estilo tardorrománico, con elementos góticos en la semicúpula del ábside central, sillares de arenisca de color pardo, dimensiones medianas y cabecera triple, con una torre en la fachada occidental. Conserva dos portadas románicas.

Tomamos una pista rumbo norte, de uso minero en su día, siguiendo por el estrecho valle del ARROYO DE LOS POZOS. Tras pasar junto a instalaciones mineras de hulla en desuso, Mina Africana y Mina la Inés, llegamos en suave ascenso hasta el fondo del valle, CUETO DE LA PEDRERA (1.560), entre vegetación diversa: abedules, serbal de los cazadores, altos piornos… Aquí la pista se bifurca. Obviamos la opción que sigue de frente, por la que regresaremos, para seguir la desviación a la izquierda. Subiendo en pendiente más acusada, en forma de zigzag, alcanzamos LA PEDRERA (2.010), loma del cordal de referencia.

Una amplia y rica panorámica se abre ante nosotros en el poniente. La estación invernal del Brañillín, presidida por el CUETO NEGRO (1.862) y detrás, a su izquierda, las TRES MARÍAS (1.913). A su derecha, la autopista del Huerna con el P. NEGRÓN (1.884), cuyas entrañas atraviesa la carretera. A nuestros pies, el desplome abismal sobre el pueblo de PAJARES (1.033) y, en segundo plano, el CORDAL DE LOS LLANOS DE SOMERÓN con el P.CORULLO (1.317) como protagonista. Al fondo, tras el mismo, emergen majestuosos el MACIZO DE LAS UBIÑAS (2.417) y la SIERRA DEL ARAMO (1.791) en el extremo norte.

Avanzamos, rumbo noreste, por la cuerda de la sierra, siguiendo la divisoria regional y afrontando toboganes. Primero superamos el PORTEZUELO (1.854), al que sigue suave colladina y nuevo repecho hasta el BEZMUY (1.999). Un vulgar cortafuegos y destartalada línea de alambre marcan la cumbrera en el último tramo hasta la irrelevante cima del CELLÓN (2.028), señalada con vértice geodésico y buzón de cumbre. La anodina apariencia de la misma queda compensada por sus laderas, alfombradas de arándanos, y por el inmenso y sugestivo escenario en derredor, que se ofrece a nuestros ojos.

En la perpendicular del pico, divisamos al sur la estrecha cuenca del ARROYO DE LOS POZOS, por donde habíamos transitado, con ARBÁS DEL PUERTO (1.325) al fondo y, más allá de las últimas ondulaciones del sistema cantábrico, la meseta leonesa. Al este se imponen la VÍA CARISA y el CORDAL DE CARROCEDO, seguidos por cotas de dosmiles señeros: TRES CONCEJOS (2.020), CAMPARÓN (2.050), REBOQUERAS (2.110), ESTORBÍN (2.115), CUADRO (2.090), BOLERO (2.045), PEÑA CELLEROS (2.121), LA CARBA (2.162) y BRAÑACABALLO (2.189).

Continuamos por la loma del cordal, con nuevos toboganes, girando al mediodía: colladina (1.971), P. CAMPAÑONES (1.999), CDO. ENTRAMBOSPUERTOS (1.961) y PICO DE PÁJARA (2.003), cuya cima es una amasijo caótico de piedras y pastizal subalpino, con un buzón de cumbre rudimentario. Desde la misma avistamos al este, en el fondo del valle, la aldea de PENDILLA (1.340), punto de arranque de la VÍA CARISA, con todos los picos anteriormente mencionados.

Mantenemos el rumbo y, tras pasar por el P. LLOMBA (1.959) empezamos el descenso por la divisoria del cordal, más difusa e indefinida. Pequeño giro a la derecha hasta encontrar la pista, que seguiremos en los tramos finales del recorrido. Al principio sigue rumbo norte. Encontramos un depósito de agua, del que sale una tubería en fuerte pendiente para desembocar en una minicentral del valle. Estamos en el paraje LOS MARINALES (1.670). La senda continúa hasta la MAJADA DE LOS POZOS (1.677). Revuelta pronunciada al sur para conectar con el camino de ida.

Es una ruta no demasiado larga, fácil, ninguna dificultad técnica y tampoco requiere gran esfuerzo. Sus cimas no son vistosas, sus lomas son onduladas, sin aristas, y tal vez el recorrido sea atractivo para quien disfrute del montañismo invernal, caminando sin complicaciones por una marcada cresta nevada. El encanto reside en su estratégico emplazamiento. Los valles, cumbres, cordales y macizos, contemplados desde esa atalaya, colmaron sobradamente nuestras expectativas. Las imágenes que complementan la descripción dan fe de ello.