Puértolas - Castillo Mayor - Puértolas

Escogí esta ruta para descansar de los dias anteriores y me salió el tiro por la culata.

Nada mas dejar el coche, empieza un sendero a la derecha, que en poco mas de 20 minutos, te sumerje en un camino húmedo y sombrío, lleno de boj a los dos lados, parecido a las corredoiras gallegas. Muy bonito. Te lleva hasta media montaña y ahí empiezas a zigzaguear hasta que llegas arriba.

Pero donde llegas no es la cima, es como una hoya circular, enorme, con vastos prados en el centro, rodeada de boj y de piedras kársticas, que son como una lija. Blancas y con el filo cortante hacia arriba. Todo el centro del Castillo Mayor parece una fortaleza inexpugnable.

Comienzo a subir por la derecha y enseguida me tropiezo con la cara este, que cae a plomo ofreciendo unas vistas brutales.

A partir de ahi, hay que seguir subiendo por la cresta de los paredones, dejando un margen de seguridad claro. Pero hay que acercarse constantemente porque lo que ves es impresionante.

Cuando llego al vértice geodésico, paro para comer y aprovecho para echarme una siestecita. No me podía resistir.

Se ve abajo Escuain, punto de partida de mis últimas rutas. Tambien se ve Revilla, sus miradores, los tozales hasta cuello Viceto.

Monte Perdido es la única montaña que tiene una nube justo en la cima. El resto han ido despejando a lo largo de la mañana.

Sigo avanzando hacia el oeste y al superar una pequeña loma, varias marmotas sales disparadas. Estaban tomando el sol y salieron corriendo a sus madrigueras. No lo resisto y bajo a inspeccionar la pradera donde se ocultan. Está a tope de madrigueras. Debe de ser una colonia numerosa.

Me quedo un rato quieto al lado de una madriguera donde vi que se metia una de las fugitivas, y a los 2o minutos asomó la cabeza, pero en cuanto me vió se volvió a meter.

Oigo un chillido insistente y pienso que es un ave. Pero no la veo. Como viene desde la misma dirección, u es penetrante e insistente, acabo por localicar su origen.

Es la marmota vigilante que no para de avisar que estoy por ahi incordiando. Asi que me voy y las dejo en paz.

Sigo dando la vuelta al perimetro y me encuentro con un rebaño de rebecos. Desconfiados se van canchal arriba. Tienen un color pardo rojizo.

Acabo de dar la vuelta y emprendo el camino de vuelta.

Ha sido toda una sorpresa. Mereció la pena subir. Es un microhábitat, con dominio visual de todos los montes.

Al bajar a Escalona, un zorro de me quedó mirando. ... y le saqué una foto!!