Puig de l'Aliga desde Castell de Olerdola

Olerdola es un conjunto monumental que se fue construyendo con el paso de varias civilizaciones, Iberos, Romanos, Musulmanes moraron dentro de sus muros, en la edad media la ciudad creció y se formaron unos barrios de extramuros, como demuestran la ruinas de la iglesia de Santa María y las casas adosadas a ella, llama la atención las muchas tumbas de infantes que se encuentran junto a ese claustro, que hoy dan nombre a la necrópolis, Pla dels Albats, con el paso del tiempo la que fuera cuna del territorio se fue despoblando en favor de otros pueblos que empiezan a cambiar su medio de vida, naciendo una de las comarcas más importantes productoras del vino “El Penedes”. La ruta de hoy la empezamos en el parking que hay a la entrada del castillo de Olerdola, andamos hacia la necrópolis antes mencionada, para retroceder sobre nuestros pasos un por camino el GR-92.3 cruzamos la urbanización Daltmar, saliendo de ella subimos al Puig de l’Aliga de 464 msnm, en su ladera más próxima hay un oratorio dedicado a la virgen y en lo alto junto a una torre de vigilancia de contraincendios, una cruz, por un corto rascler llegamos al vértice geodésico, bajo él hay un excelente mirador de la costa de Ponent, aunque el día no acompaña, pues, está muy nuboso podemos distinguir las ciudades costeras de Sitges, Vilanova, Cubelles, continuamos la ruta subiendo al cerro de les Tres Partions, donde hay una caseta y una antena, negros nubarrones nos intranquila e iniciamos el regreso por las afueras de la urbanización, por un sendero fresado que continua en una pista que pasa junto a las canteras de Uniland, donde vemos una señal de voladuras, parece que esa explotación no tiene mucha actividad, a los pocos metros tenemos que cruzar la carretera y por una senda entre viñas visitamos los hornos de cal, de Can Castellvi, una de las cementeras más antiguas de Catalunya, estuvieron activas hasta 1906, sabido es que la cal se utiliza como mortero, como desinfectante en agricultura y para blanquear las fachadas, en el Fondo de la Vall bajamos para ver la fuente del Avellaner, poco después dejaremos el camino para buscar una senda que contornea el cingle y nos deja en el parking donde horas antes habíamos comenzado la ruta, hemos andado juntos Teresa M., Belén y Julián