Puig Martorell V.G. i Castell de Lluçà

Esta mañana nos hemos ido a la comarca del Lluçannes, como en veces anteriores dejamos nuestro vehículo en el parking del monasterio de Santa María y comenzamos a andar tomando la dirección del GR-1, ya en las faldas de la montaña usamos un sendero local para ascenderla por el sur este, recorrido nuevo para mí, por una senda de importante inclinación llegamos a las paredes del castillo, en estado ruinoso, esta fortaleza que está documentada en el 905, solo tiene unos muros en pie, observamos una ventana medieval y una cisterna, las vistas sobre los verdes campos de cultivo del valle de Lluça son sensacionales, unos metros más abajo está la ermita de San Vicenç de planta circular y techo de vuelta, descendemos de la colina por una senda para ir a buscar la pista de nuestro siguiente objetivo, pasando por las ruinas de cal‘Apedaçat, al igual que el castillo en estado ruinoso, apenas conserva en pie unos muros de carga, se cree, que para construirla se utilizaron las piedras de una edificación anterior, que se quemó, y llegamos a la cima del Puig Martorell dónde vemos el vértice geodésico, montaña de 960 m que forma parte de la carena de Codolers, separación natural de las rieras de Merles y Lluçanes, el descenso lo iniciamos por dicha carena pasando por el Serrat de la Tina, tomando dirección del Torrente de Miralles dónde visitaremos la Balma dels Bous, de dimensiones considerables con una profundidad de más de 10 m, y el techo de negro carbón, por las múltiples hogueras de los aquelarres o antiguas reuniones de gentes normales, perseguidos por el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, asesinatos encubiertos por las monarquías, de unos tiempos ausentes para la mayoría, saliendo de la balma descubrimos una pequeña fuente dónde aun gotea agua, de vuelta al camino podemos ver una enorme encina, ya en el monasterio paseamos por sus estancias, visitando su claustro de forma irregular, así como otras habitaciones llenas de objetos litúrgicos, en el patio excavada en la roca vemos algunas tumbas antropomorfas, saliendo de la Iglesia de Santa María me llama la atención, en la puerta, un trabajo de hierro forjado admirable, hemos andado juntos, Rosa, Elena, Juan y Julián.