Pusilibro 1600 m. y ermita Santa Marina, desde el Castillo de Loarre

Muy bonita circular por la sierra de Loarre, en especial la gratificante cima del Pusilibro y las dos crestas a uno y otro lado de la montaña, que permiten experimentar las sensaciones de una cresta fácil pero estrechita, ideal para iniciarse.

Se comienza a andar desde el estacionamiento del Castillo de Loarre. Un sendero asciende al este y se adentra en el pinar, cruzando un par de veces el camino existente.

Cuando salimos del pinar, la senda se encarama a un tramo de cresta en la cual apenas será necesario apoyarse con las manos, de hecho se puede ahcer usando los bastones. La dificultad es mínima, pero el ambiente es de hacer una actrividad mas intensa.

Cuando acaba la cresta rocosa, un cartel nos indica a la derecha la cima del Pusilibro, famoso por ser un lugar de encuentro de personas que decían avistar ovnis en los años 70.
La ascensión a esta cima tiene su miga ya que se gana bastante desnivel desde elcastillo, así que nos hacemos la merecida foto de cima en el vértice geodésico.

Descendemos al encuentro del pasado cartel y tomamos ahora la cresta opuesta que desciende al oeste hacia unas grandes antenas. Este tramo es igual de estrecho y tiene una quebrada o cortada a mitad de cresta, casi al final. La roca está muy húmeda y cubierta de líquenes, así que optamos por hacer el sendero alternativo ya que sería muy arriesgado destrepar el filo en dicho lugar. Haremos un sencillo destrepe en dicho paso alternativo.

Alcanzamos las antenas y encontramos un camino. A la izquierda regresaríamos al Castillo, a la derecha es nuestra ruta, hacemos unos metros y a la derecha encontramos un precioso sendero mullido y muy húmedo, alcanzando en poco rato los llanos de La Fonfría y su refugio. Nos adentramos en una gran pradera rodeada de un frondoso pinar que hace las delicias de cualquiera, la atravesamos hasta un refugio bastante sucio pero que serviría en caso de emergencia, echamos el bocadillo.

Finalizado el receso, terminamos de cruzar la pradera pasando junto a la fuente o manantial que le da nombre. Enfrente hay un camino doble, seguiremos el superior atravesando un fabuloso pinar a la vez qeu vamos rodeando la montaña, es un tramo agradable pero que obliga a hacer bastantes kiómetros. Pasamos un atajo de largo porque al final del rodeo visitaremos la ermita y refugio de Santa Marina, casualmente cayó un peqeuño chaparrón justo a tiempo de guarecernos dentro.

La ermita es bonita, grande y está en perfecto estado de manera que visitarla es muy recomendable.

Desde Santa Marina, solamente tenemos que continuar el camino descendiendo suavemente hasta el Castillo de Loarre, el último trecho es por senda.