Quintana de Fuseros: Ruta de las Cascadas y Peña del Águila
near Quintana de Fuseros, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta circular con inicio y fin en el pueblo de Quintana de Fuseros, perteneciente al Ayuntamiento de Igüeña, en el Bierzo Alto.
En la parte alta del pueblo, prácticamente al final, junto al antiguo lavadero, hay un cartel indicativo de la Ruta de las Cascadas.
La ruta discurre por un camino bien señalado, por la margen izquierda del Río de la Lera, el cual, al unirse al Río de los Corros, pasará a llamarse Río de Quintana; aguas abajo desembocará en el Río Boeza, en un punto equidistante entre la localidad del mismo nombre y el pueblo de Folgoso de la Ribera.
El citado cartel señala únicamente cuatro cascadas: Muldín, Valliyín, L'Aliga y Valdeveneiru, todas ellas en el Río de la Lera. Caminar hasta la última de ellas y regresar al pueblo por el mismo camino es una ruta sencilla, tranquila y apta para cualquier persona (hay que prestar atención a la bajada a la cascada Muldín, sobre todo si el suelo está resbaladizo).
No obstante, la ruta se puede alargar, porque, después de superar la cascada Valdeveneiru, se puede remontar un arroyo tributario del Río de la Lera, en el cual, si nos animamos a subir una empinadísima y resbaladiza ladera, descubriremos unas cuantas cascadas más: Revoltosa, Serena, Cola de Caballo, Ferruñosa y Dorada.
Volver por el mismo camino, ladera abajo, es una opción, aunque, cuando el suelo está resbaladizo, ciertamente peligrosa, porque resbalarse y caerse es lo más probable.
La otra opción es continuar por la parte alta de la ladera hasta la Peña del Águila y, una vez allí, continuar hasta superar otra gran peña, el Peñón, que dejaremos a nuestra derecha, y seguir aún un tramo, hasta llegar a un cortafuegos.
Esta parte del recorrido es bastante complicada y un tanto difícil: hay que avanzar entre arbustos de brezo, peleando con la vegetación, buscando una senda que sólo se ve en pequeños tramos, trepar y destrepar algunas rocas, asomándose al vacío..., y todo ello faldeando una ladera inclinada. Vamos, que sólo es apta para senderistas muy habituados a patear la montaña en todo tipo de circunstancias adversas.
Una vez alcanzado el cortafuegos, salimos del brezal y podemos lanzarnos al trote hacia la pista que se ve unos metros ladera abajo.
Desde allí el regreso al pueblo es muy fácil: por pista limpia y cuesta abajo.
Un buen botillo en el bar del pueblo, encargado previamente, nos compensa de todo el esfuerzo realizado.
En la parte alta del pueblo, prácticamente al final, junto al antiguo lavadero, hay un cartel indicativo de la Ruta de las Cascadas.
La ruta discurre por un camino bien señalado, por la margen izquierda del Río de la Lera, el cual, al unirse al Río de los Corros, pasará a llamarse Río de Quintana; aguas abajo desembocará en el Río Boeza, en un punto equidistante entre la localidad del mismo nombre y el pueblo de Folgoso de la Ribera.
El citado cartel señala únicamente cuatro cascadas: Muldín, Valliyín, L'Aliga y Valdeveneiru, todas ellas en el Río de la Lera. Caminar hasta la última de ellas y regresar al pueblo por el mismo camino es una ruta sencilla, tranquila y apta para cualquier persona (hay que prestar atención a la bajada a la cascada Muldín, sobre todo si el suelo está resbaladizo).
No obstante, la ruta se puede alargar, porque, después de superar la cascada Valdeveneiru, se puede remontar un arroyo tributario del Río de la Lera, en el cual, si nos animamos a subir una empinadísima y resbaladiza ladera, descubriremos unas cuantas cascadas más: Revoltosa, Serena, Cola de Caballo, Ferruñosa y Dorada.
Volver por el mismo camino, ladera abajo, es una opción, aunque, cuando el suelo está resbaladizo, ciertamente peligrosa, porque resbalarse y caerse es lo más probable.
La otra opción es continuar por la parte alta de la ladera hasta la Peña del Águila y, una vez allí, continuar hasta superar otra gran peña, el Peñón, que dejaremos a nuestra derecha, y seguir aún un tramo, hasta llegar a un cortafuegos.
Esta parte del recorrido es bastante complicada y un tanto difícil: hay que avanzar entre arbustos de brezo, peleando con la vegetación, buscando una senda que sólo se ve en pequeños tramos, trepar y destrepar algunas rocas, asomándose al vacío..., y todo ello faldeando una ladera inclinada. Vamos, que sólo es apta para senderistas muy habituados a patear la montaña en todo tipo de circunstancias adversas.
Una vez alcanzado el cortafuegos, salimos del brezal y podemos lanzarnos al trote hacia la pista que se ve unos metros ladera abajo.
Desde allí el regreso al pueblo es muy fácil: por pista limpia y cuesta abajo.
Un buen botillo en el bar del pueblo, encargado previamente, nos compensa de todo el esfuerzo realizado.
Waypoints
Comments (1)
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Bonita ruta y fácil de seguir hasta las cascadas después la cosa se complica bastante. Bonitas vistas desde las peñas del águila.