Quintanaopio-Tamayo-Terminón-Cantabrana

Bonito paseo por el Valle de las Calderechas, organizado por el intrépido grupo de los Barrios de la Bureba y denominado “Cachibirrios”
Como cada año, por estas fechas y con la excusa de la floración de los árboles realizamos una ruta que esta vez iniciamos en el pueblo de Quintanaopio.
La villa de Quintanaopio, entidad local perteneciente al ayuntamiento de Aguas Cándidas, se encuentra a 28 kilómetros al noroeste de Briviesca y a 61 de Burgos. Cuenta con cerca de 50 habitantes y está a una altitud de 679 metros sobre el nivel del mar. Está situada entre los arroyos de Hozabejas y de Ojeda, que confluyen en su término para formar el Calderechano, afluente del Homino. Además, en la zona Sur, se encuentra custodiado por los Picos Mazo (1.025 m.) y el Castilviejo (1.077 m.)
El día nos salió fresquito y había niebla en toda la cresta Norte, así que tras dejar los coches en la plaza del pueblo, nos pertrechamos adecuadamente y partimos en dirección Norte por un sendero, junto a un arroyo.
Poco a poco, vamos subiendo y por un camino llegamos a la carretera, donde en vez de hacer un zig-zag a la derecha, que hubiera sido más cómodo, seguimos de frente y la pendiente se fué pronunciando, por lo que enseguida entramos en calor y nos tuvimos que quitar ropa.
Por un corta-fuegos, alcanzamos nuestra cota máxima de 963 m. y justo teníamos encima el famoso Pico Mazo, desde este momento comenzamos a descender unos 5 km. por el camino de Herrera de Tamayo, que nos lleva al pueblo semi-abandonado de Tamayo.
Tras hacer una parada para almorzar, seguimos nuestro camino, coincidiendo con la PR-Bu 15 de las Raíces de Castilla, el antiguo trazado del viejo ferrocarril y el río Oca hasta llegar sin apenas desnivel en 3,5 km., al pueblo de Terminón.
Este tramo nos encantó, ya que transcurre por un sendero que va por donde el canalillo de riego alimenta a sus huertas, de manera que disfrutamos de las vistas del pueblo de Bentretea, con los frutales en flor situados en primer plano y sus gentes realizando sus tareas agrícolas.
Hicimos varias fotos, se holía el final de la etapa y la temperatura se había vuelto agradable. En 2,5 km., alcanzamos al pueblo de Cantabrana, que dispone de bar y otros 3 km. más, llegamos de nuevo a Quintanaopio, donde nos tomamos una buena y fresca cervecita.
Un paseo muy agradable, una zona para volver y con buena compañía, todo salió perfecto, por lo que os doy públicamente las gracias.