120. Alto de El Perul entre Quintanilla-Pedro Abarca y Acedillo
near Quintanilla-Pedro Abarca, Castilla y León (España)
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Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 45 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 329 metros (superior al que estima Wikiloc).
Aunque acercándonos al ecuador del verano, comenzó el día invernizo: nublado, penumbroso y gris, 12 grados, viento frío. Claro que tampoco habría que extrañarse (eran las 7:30 h am), si no fuera por la ola de calor agobiante de días atrás, aún a flor de piel en nuestra memoria. Madrugando para iniciar pronto la ruta, nos protegíamos ante posibles bochornos posteriores. Llegaron éstos, pero bastantes horas más tarde, holgazanes. Así que disfrutamos de una temperatura fresca durante las casi cuatro horas de ruta.
El cielo se fue despejando hasta afianzarse en un azul sin mácula. Pero, al comienzo, cruzando los bosques de encinas y robles, incluido el entorno de la ermita de la Virgen del Robledillo, el ambiente era apagado y sombrío. Invitaba así al recogimiento interior; a la fusión introvertida con lo que nos rodeaba. Luego, subiendo al alto del Perul y cresteando a lo largo, una explosión de luminosidad exterior sirvió para expandir el ánimo, al contemplar el colorido panorámico. Variedad y contrapunto. Eso es tener fortuna.
La excursión parte de (y concluye en) el pueblo de Quintanilla Pedro Abarca. Siempre hay caminos o senderos de fácil andadura y la orientación no es difícil. En una primera fase, entre campos, cerros, arroyos frondosos, y bosques de encinas y robles, llegamos a la ermita del Robledillo; un bonito paraje. Para la segunda fase, no se hace esperar el Perul; cómoda subida. Recorremos su copete, con amplias y espléndidas vistas. Para ojos inexpertos, no se aprecian los restos del castro. Bajamos hasta el pueblo de Acedillo. Comienza la tercera fase, el regreso, por una zona combinada de monte bajo, bosque de pinos, y campiña. Aquí, el trayecto puede hacerse a trechos algo monótono. En los tramos postreros, las flores en el camino cierran la excursión con un lazo risueño.
Habíamos visto estampas de extensas plantaciones de girasoles en su apogeo por estas tierras; en fotografía y en el pasado. Girasoles de tronco firme con llameante corona amarilla; haciéndole ‘sombra’ al sol. Esperábamos impregnarnos de su alborozo caminando entre ellos, contemplar su contraste con el dorado de los campos de espigas. …Pero,…nada. Aún estaban sin florecer; aún, incluso, sin eclosionar el capullo de la torta. Les faltan algunas semanas más, si llueve….
A cambio, como compensación, recibimos un regalo inesperado, de la misma naturaleza floral: una extensa plantación de espliego. Para llegar allí, tuvimos que desviarnos del camino principal (por otro camino) en el km 9, durante 300 metros. Estas plantas sí estaban ya en todo su esplendor violáceo. En hileras simétricas, trasmitían la impresión de orden en el universo. Más acá de vaporosas elucubraciones, lo que sí era real fue el primoroso olor a lavanda que desprendían las flores al frotarlas.
Es zona de aerogeneradores. Aparte de otras razones prácticas, es un área ventosa, y así tuvimos ocasión de experimentarlo. Mi razón teórica me dice que debería sentirme a disgusto entre ellos, que afean, rasgan, y desnaturalizan el paisaje…. Sin embargo, esto, paradójicamente, parece aplicarse más a su presencia en la lejanía que en la cercanía. Cuando están próximos, me siento acompañado. Y ya son numerosas las veces (‘¡Qué raro!’). Quizá esa ruta habría sido más grata sin ellos, pero, incluso con ellos, lo fue.
Quintanilla Pedro Abarca y Acedillo son dos pequeñas localidades. A pesar de ello, y además de un muy digno pasado y de sus recias construcciones de piedra, también muestran una orgullosa modernidad. Ahí están para corroborarlo sus parques infantiles y, lo que resulta más extraordinario, sus aparatos de ejercicios para mayores (Quintanilla), y los flamantes ‘Pabellón de Deportes’ (Quintanilla) y ‘Pabellón Multiusos’ (Acedillo).
En el final de nuestra ruta, ya a la entrada de Quintanilla Pedro Abarca, nos cruzamos con una señora con aspecto de campesina curtida en mil faenas.
–“Hemos visto que la mayor parte de los campos de cereales, ya granados y secos, están sin recoger”, le dijimos, mostrando interés por los afanes y trajines locales.
--“La cosecha de cereales va muy retrasada. Las máquinas sólo pueden trabajar hasta las 12 de mediodía, por riesgo de incendios. A este paso, terminaremos en septiembre. Eso, si antes no se pierde o cae pedrisco”, nos respondió.
--“También esperábamos encontrar a los girasoles ya fuertes y floridos. Están algo ralos. Los hemos visto más crecidos en otros lugares”, añadimos.
--“A los girasoles les damos ya por perdidos”, apuntó. “En esta zona van muy retrasados. Les ha faltado agua en su momento”.
Y, remató, en un conciso ramalazo de sabiduría:
--“Rezando estamos por los cereales, para que No llueva (y no se pudran). Y rezando estamos por los girasoles, para que Sí llueva (y rebroten)”.
‘Mirando al cielo’, literal y metafóricamente, dije yo para mis adentros. La cuadratura del círculo.
Viendo la ‘quejiquería’ y el ‘blandismo’ generalizados en estos tiempos, que merman nuestra alma (llámalo como te plazca) hasta la inanición, no puede uno sino sentir admiración por estas sufridas y corajudas gentes. Su heroico estoicismo nada tiene que ver con nuestro caduco hedonismo de tres al cuarto.
¡Y, además, nos dan de comer!
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-los-valcarceres-a-talamillo-91794892
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valdehayas-y-el-museo-paramero-de-piedras-en-la-piedra-101953870
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/huermeces-y-el-sendero-de-valdegoba-99122029
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/en-torno-a-las-ruinas-y-la-gloria-de-hormicedo-102841580
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 45 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 329 metros (superior al que estima Wikiloc).
Aunque acercándonos al ecuador del verano, comenzó el día invernizo: nublado, penumbroso y gris, 12 grados, viento frío. Claro que tampoco habría que extrañarse (eran las 7:30 h am), si no fuera por la ola de calor agobiante de días atrás, aún a flor de piel en nuestra memoria. Madrugando para iniciar pronto la ruta, nos protegíamos ante posibles bochornos posteriores. Llegaron éstos, pero bastantes horas más tarde, holgazanes. Así que disfrutamos de una temperatura fresca durante las casi cuatro horas de ruta.
El cielo se fue despejando hasta afianzarse en un azul sin mácula. Pero, al comienzo, cruzando los bosques de encinas y robles, incluido el entorno de la ermita de la Virgen del Robledillo, el ambiente era apagado y sombrío. Invitaba así al recogimiento interior; a la fusión introvertida con lo que nos rodeaba. Luego, subiendo al alto del Perul y cresteando a lo largo, una explosión de luminosidad exterior sirvió para expandir el ánimo, al contemplar el colorido panorámico. Variedad y contrapunto. Eso es tener fortuna.
La excursión parte de (y concluye en) el pueblo de Quintanilla Pedro Abarca. Siempre hay caminos o senderos de fácil andadura y la orientación no es difícil. En una primera fase, entre campos, cerros, arroyos frondosos, y bosques de encinas y robles, llegamos a la ermita del Robledillo; un bonito paraje. Para la segunda fase, no se hace esperar el Perul; cómoda subida. Recorremos su copete, con amplias y espléndidas vistas. Para ojos inexpertos, no se aprecian los restos del castro. Bajamos hasta el pueblo de Acedillo. Comienza la tercera fase, el regreso, por una zona combinada de monte bajo, bosque de pinos, y campiña. Aquí, el trayecto puede hacerse a trechos algo monótono. En los tramos postreros, las flores en el camino cierran la excursión con un lazo risueño.
Habíamos visto estampas de extensas plantaciones de girasoles en su apogeo por estas tierras; en fotografía y en el pasado. Girasoles de tronco firme con llameante corona amarilla; haciéndole ‘sombra’ al sol. Esperábamos impregnarnos de su alborozo caminando entre ellos, contemplar su contraste con el dorado de los campos de espigas. …Pero,…nada. Aún estaban sin florecer; aún, incluso, sin eclosionar el capullo de la torta. Les faltan algunas semanas más, si llueve….
A cambio, como compensación, recibimos un regalo inesperado, de la misma naturaleza floral: una extensa plantación de espliego. Para llegar allí, tuvimos que desviarnos del camino principal (por otro camino) en el km 9, durante 300 metros. Estas plantas sí estaban ya en todo su esplendor violáceo. En hileras simétricas, trasmitían la impresión de orden en el universo. Más acá de vaporosas elucubraciones, lo que sí era real fue el primoroso olor a lavanda que desprendían las flores al frotarlas.
Es zona de aerogeneradores. Aparte de otras razones prácticas, es un área ventosa, y así tuvimos ocasión de experimentarlo. Mi razón teórica me dice que debería sentirme a disgusto entre ellos, que afean, rasgan, y desnaturalizan el paisaje…. Sin embargo, esto, paradójicamente, parece aplicarse más a su presencia en la lejanía que en la cercanía. Cuando están próximos, me siento acompañado. Y ya son numerosas las veces (‘¡Qué raro!’). Quizá esa ruta habría sido más grata sin ellos, pero, incluso con ellos, lo fue.
Quintanilla Pedro Abarca y Acedillo son dos pequeñas localidades. A pesar de ello, y además de un muy digno pasado y de sus recias construcciones de piedra, también muestran una orgullosa modernidad. Ahí están para corroborarlo sus parques infantiles y, lo que resulta más extraordinario, sus aparatos de ejercicios para mayores (Quintanilla), y los flamantes ‘Pabellón de Deportes’ (Quintanilla) y ‘Pabellón Multiusos’ (Acedillo).
En el final de nuestra ruta, ya a la entrada de Quintanilla Pedro Abarca, nos cruzamos con una señora con aspecto de campesina curtida en mil faenas.
–“Hemos visto que la mayor parte de los campos de cereales, ya granados y secos, están sin recoger”, le dijimos, mostrando interés por los afanes y trajines locales.
--“La cosecha de cereales va muy retrasada. Las máquinas sólo pueden trabajar hasta las 12 de mediodía, por riesgo de incendios. A este paso, terminaremos en septiembre. Eso, si antes no se pierde o cae pedrisco”, nos respondió.
--“También esperábamos encontrar a los girasoles ya fuertes y floridos. Están algo ralos. Los hemos visto más crecidos en otros lugares”, añadimos.
--“A los girasoles les damos ya por perdidos”, apuntó. “En esta zona van muy retrasados. Les ha faltado agua en su momento”.
Y, remató, en un conciso ramalazo de sabiduría:
--“Rezando estamos por los cereales, para que No llueva (y no se pudran). Y rezando estamos por los girasoles, para que Sí llueva (y rebroten)”.
‘Mirando al cielo’, literal y metafóricamente, dije yo para mis adentros. La cuadratura del círculo.
Viendo la ‘quejiquería’ y el ‘blandismo’ generalizados en estos tiempos, que merman nuestra alma (llámalo como te plazca) hasta la inanición, no puede uno sino sentir admiración por estas sufridas y corajudas gentes. Su heroico estoicismo nada tiene que ver con nuestro caduco hedonismo de tres al cuarto.
¡Y, además, nos dan de comer!
RUTAS CERCANAS:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-los-valcarceres-a-talamillo-91794892
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valdehayas-y-el-museo-paramero-de-piedras-en-la-piedra-101953870
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/huermeces-y-el-sendero-de-valdegoba-99122029
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/en-torno-a-las-ruinas-y-la-gloria-de-hormicedo-102841580
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