Quisicedo, la cascada de Salceda

Aparcamos el coche en el pueblo de Quisicedo, en una plaza al lado de la carretera y junto a un bar. Vemos una gran casa tipo indiano de cuatro pisos y a escasos metros nos encontramos con una antigua escuela de niños y niñas de 1887. A continuación vemos una fuente de agua no tratada y un pilón, que tras observarla, vamos por encima de las vías del ferrocarril de La Robla, y seguimos las indicaciones de la senda de la presuca y cascada de la Salceda. Tras una pronunciada bajada, llegamos a un puente de madera, dejando una zona de picnic a la izquierda. Comenzamos el ascenso, y en seguida nos adentramos en un bonito robledal formado fundamentalmente por quejigos (Quercus faginea). Continuamos el ascenso siguiendo las indicaciones y de repente nos vemos inmersos en un hayedo (Fagus sylvatica) absolutamente mágico, y por el que discurre el pequeño río por el lado derecho de la senda. El río avanza por zonas con fuertes pendientes entre grandes bloques erráticos, por lo que se pueden observar rápidos y pequeñas cascadas. Atravesamos dos puentes de madera y súbitamente nos encontramos con la famosa cascada de la salceda. Es absolutamente impresionante, a pesar de que la época del año no es la más propicia para verla, aun así nos quedamos perplejos. Además de sacar infinidad de fotos, nos mojamos los pies, nos refrescamos con sus aguas gelidas, lo cual se agradece muchísimo después de la subida. En el suelo de la cascada se observan Marmitas de gigante o Pilancones, conectados unos con otros y de pequeña profundidad, generando en conjunto con la cascada un paisaje de ensueño. En una de las Marmitas nos percatamos de la presencia de numerosos renacuajos de color negruzco y un pequeño sapo común (Bufo bufo). Decidimos que es la zona ideal para tomar nuestro almuerzo, y así lo hacemos. Descansamos y retomamos la senda de bajada hacia el punto de inicio, por el lado contrario al que habíamos subido. Esta parte de la ruta carece prácticamente de interés, a excepción de las vistas panorámicos hacia el lado izquierdo del camino. Es una ruta 100% recomendable, muy bien señalizada, de gran belleza paisajista, e interés botánico. Tenemos en mente realizarla nuevamente en primavera, coincidiendo con la época del deshielo para observarla en su maximo esplendor.