Sahagún - Reliegos
near Sahagún, Castilla y León (España)
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Itinerary description
Despedimos Sahagún, salvando el río Cea - afluente del Esla - por el puente Canto, prosiguimos por un paseo arbolado y paralelo a la carretera de acceso a la N-120. Al pie de la carretera nacional, antes de pasar el desvío a Mayorga, desaparecen los árboles y el paseo se convierte en un andadero. Rozando la vegetación que nos separa de la carretera salvamos un arroyo y medio kilómetro después cruzamos la N-120. En breve, junto a una marquesina, un cartel de piedra advierte, mal, de la doble alternativa que se presenta: de frente se continúa por el Real Camino Francés hacia Bercianos y el Burgo Ranero.
Un carril de tierra, construido ex profeso para los peregrinos y sombreado por una fila sin fin de falsos plátanos. El tránsito hacia Bercianos del Real Camino es bastante monótono y, tras una hora de marcha, a mano izquierda, vemos en una explanada la ermita de Nuestra Señora de Perales. Más adelante, tras cruzar un arroyo y dejar a un lado la cruz en recuerdo del peregrino alemán Manfred Kress, entramos en Bercianos del Real Camino.)
A la entrada de Bercianos nos saluda una fuente decorada con una vieira. Atravesamos la localidad por su calle Mayor en compañía del adobe, material básico de la arquitectura tradicional de estos primeros pueblos leoneses. Dejamos el pueblo para retomar la pista de los falsos plátanos, contemplando a su vez las pequeñas parcelas de vid que salpican los campos. Tras dos kilómetros llegamos junto a un área de descanso situada junto al arroyo del Olmo.
Después, la pista arbolada avanza hasta un viaducto de la autovía A-231 y posteriormente hasta El Burgo Ranero. Cruzamos una carretera para entrar en esta localidad a la altura de un crucero en memoria de los niños.
A la salida de El Burgo nos encontramos con la laguna de la Manzana. Son relativamente abundantes en estos confines de Tierra de Campos y fueron utilizadas hasta hace bien poco como abrevadero para los animales. Hoy constituyen el hábitat de determinadas especies de anfibios, rapaces y anátidas. Retomamos la pista arbolada del Real Camino Francés: impresionantes llanuras cultivadas, de escasas ondulaciones y casi deforestadas. A dos kilómetros y medio de El Burgo Ranero pasamos un área de descanso situado a la vera del arroyo del Valle de la Granja y dos kilómetros más adelante, en una ligera vaguada, fluye otro arroyo: el de Valdasneros (Km 22,1).
En media hora larga de monotonía dejamos a mano izquierda una pista y escuela de ultraligeros y un kilómetro más adelante el desvío a Villamarco. La ley de la línea recta nos ofrece un respiro cuando la pista dibuja una curva y salva por debajo las vías del tren. En la vaguada posterior pasamos el arroyo de Valdearcos y tras superar un leve repecho nos dejamos caer hasta la población de Reliegos, agazapada hasta el último momento. En la misma entrada hay unas bodegas tradicionales en ladrillo y adobe, usadas para conservar el vino pero fundamentalmente como lugar de encuentro.
Un carril de tierra, construido ex profeso para los peregrinos y sombreado por una fila sin fin de falsos plátanos. El tránsito hacia Bercianos del Real Camino es bastante monótono y, tras una hora de marcha, a mano izquierda, vemos en una explanada la ermita de Nuestra Señora de Perales. Más adelante, tras cruzar un arroyo y dejar a un lado la cruz en recuerdo del peregrino alemán Manfred Kress, entramos en Bercianos del Real Camino.)
A la entrada de Bercianos nos saluda una fuente decorada con una vieira. Atravesamos la localidad por su calle Mayor en compañía del adobe, material básico de la arquitectura tradicional de estos primeros pueblos leoneses. Dejamos el pueblo para retomar la pista de los falsos plátanos, contemplando a su vez las pequeñas parcelas de vid que salpican los campos. Tras dos kilómetros llegamos junto a un área de descanso situada junto al arroyo del Olmo.
Después, la pista arbolada avanza hasta un viaducto de la autovía A-231 y posteriormente hasta El Burgo Ranero. Cruzamos una carretera para entrar en esta localidad a la altura de un crucero en memoria de los niños.
A la salida de El Burgo nos encontramos con la laguna de la Manzana. Son relativamente abundantes en estos confines de Tierra de Campos y fueron utilizadas hasta hace bien poco como abrevadero para los animales. Hoy constituyen el hábitat de determinadas especies de anfibios, rapaces y anátidas. Retomamos la pista arbolada del Real Camino Francés: impresionantes llanuras cultivadas, de escasas ondulaciones y casi deforestadas. A dos kilómetros y medio de El Burgo Ranero pasamos un área de descanso situado a la vera del arroyo del Valle de la Granja y dos kilómetros más adelante, en una ligera vaguada, fluye otro arroyo: el de Valdasneros (Km 22,1).
En media hora larga de monotonía dejamos a mano izquierda una pista y escuela de ultraligeros y un kilómetro más adelante el desvío a Villamarco. La ley de la línea recta nos ofrece un respiro cuando la pista dibuja una curva y salva por debajo las vías del tren. En la vaguada posterior pasamos el arroyo de Valdearcos y tras superar un leve repecho nos dejamos caer hasta la población de Reliegos, agazapada hasta el último momento. En la misma entrada hay unas bodegas tradicionales en ladrillo y adobe, usadas para conservar el vino pero fundamentalmente como lugar de encuentro.
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