Salamadre y Puntal de la Raya, desde el Puerto de las Viñas (Sierra de Grazalema)

 Desde el Puerto de las Viñas, puerta de acceso a los Llanos del Republicano desde Villaluenga del Rosario, dará comienzo nuestra travesía a la vertiente suereste del macizo de la Sierra de Líbar. La idea, hacer cumbre en el Salamadre (1.303m) y el Puntal de la Raya (1.262m), recorriendo las dorsales de ambas cumbres, uniendo los trazados por Casa Barea y Puerto del Alcornocalejo.

 Emprendemos la marcha desde el aparcamiento del Puerto de las Viñas, tomando el Camino de las Merinas que nos lleva en descenso hacia los Llanos del Republicano. Nosotros, para una aproximación más amena, nada más cruzar la cancela, buscamos una vereda a la derecha por el alcornocal, y que enlazará a pocos metros de la cancela de acceso a los llanos.
 Sobre el prado, dejaremos la vereda que continua hacia el Puerto del Correo y los Llanos de Líbar, virando al sur en dirección a la pared que emerge a nuestra derecha. Bajo el tajo, pasamos una angarilla, junto a un pozo y una pila, adentrándonos en la vereda que sube hacia la Casa de los Pinsapos.

(Llano del Republicano)

 Esta senda, empedrada y trabajada en la roca, irá ascendiendo entre las moles calizas que caen sobre los llanos, alcanzando un pequeño collado a la altura de un murete.
Un cómodo sendero nos conduce en pocos metros hacia la idílica Casa de los Pinsapos, encajonada en los Navazuelos de Libar entre cerros calizos.

(Casa de los Pinsapos)

 Desde la casa, de nuevo rumbo sur, avanzaremos por la senda de los Navazuelos que discurre por el centro del pequeño valle. Al frente sobresale la silueta del cerro Salamadre, nuestro primer objetivo.
Cuando la senda se encuentra con una valla a nuestra izquierda, abandonamos la senda y continuamos en ascenso dejando la valla a nuestra derecha. Aquí la senda se pierde por momentos, pero nuestro destino es evidente, llegando al despoblado collado a los pies del Salamadre.

(Vistas por los Navazos de Líbar)

 Enfrentados a la cara norte del cerro, hay un ascenso claro prácticamente en línea recta hasta la cumbre, nosotros optamos por acercarnos a la zona intermedia del espolón norte para completar el ascenso por la arista caliza, salpicada de brechas y lapiaces.

(Llanos de Líbar, desde Salamadre)

 A medio camino, en un pequeño corredor verde, enlazamos con la sena de ascenso directa desde el collado. Sólo nos queda seguirla, dando un pequeño rodeo por la antecima hasta completar el ascenso a la cumbre del Salamadre.
Un día claro nos brindará la completa panorámica desde la cumbre.

(Desde Salamadre)

 Ponemos rumbo sur, descendiendo por la cuerda y la vereda que nos lleva a perder altura hasta tocar de nuevo tierra firme en las proximidades de la Casa Barea.
Desde la casa, seguimos por una de las sendas hasta el Puerto del Arconocalejo, donde antes de cruzar la cancela, viramos a la derecha pegados a la valla y el muro, camino que nos permitirá rodear el cerro del Hoyo de los Quejigos y situarnos a los pies de la dorsal del Puntal de la Raya.

(Casa Barea)

 Conforme nos acercamos a la dorsal vamos en dirección a su cumbre, a la que accederemos con alguna pequeña trepada por su cara sur. Alcanzamos el punto alto del Puntal de la Raya y ganamos las vistas de los Llanos del Republicano y las Sierras del Caíllo y el Endrinal. Con esta aproximación, conseguimos un trazado circular para acceder a su cumbre, ya que ahora seguiremos por la dorsal en dirección norte.

(Sierra de las Viñas y de la Silla, desde Puntal de la Raya)

 Tras un primer tramo de cresteo calizo pisamos un pequeño collado donde nos cruzamos con una de las sendas que comunica los llanos y los navazuelos.
Nosotros continuamos por la dorsal, sin apenas dificultad en el avance por la blanca caliza. Durante el avance no dejaremos la parte alta hasta el último cerro calizo que despunta al extremo norte.

(Dejando atrás el Puntal de la Raya)

 Cuando la arista desciende bruscamente hacia el torcalillo del Rincón de Nieto y avanzar un poco mas por la caliza en descenso, comenzamos a abandonar la arista hacia la derecha hacia el fondo de la vaguada.
Aquí no tenemos pistas de alguna senda que nos facilite el descenso, así que nos quedan unos metros ajetreados hasta la altura de los primeros quejigos, donde enlazaremos con la senda que recorre los Lajares.

(Torcal del Rincón de Nieto y Colada de Plaza de toros, desde los Lajares)

 Aunque la senda parece evidente, a la altura de unas lajas inclinadas, ya con las vistas del calizo y quebrado al frente, tendremos otros tantos metros de bajada a elección propia, enlazando de nuevo más abajo con la vereda, ahora si, bastante más marcada.
En la senda seguiremos el descenso, pasando bajo las rocas del torcal del Rincón de Nieto, a la vez que nos incorporamos a la senda que baja desde el Puntal y que cruzamos durante el recorrido por la dorsal.

(Por la senda del Rincón de Nieto)

 Esta senda, muy clara, nos devuelve a los llanos tras un agradable paseo bajo unas buitreras. Dejando atrás las últimas rocas nos situamos junto a una valla, acompañándola unos metros hacia la derecha hasta la cancela que nos permite el paso.

(De vuelta al Llano del Republicano)

 Tendremos que cruzar los prados del cortijo hasta el pinar de la Colada de Plaza de Toros, pasando una valla por un saltadero de roca justo a las puertas del pinar.
Nosotros, ya con la noche cerrada, remontamos la colada hasta el Puerto de las Viñas, pasando en un ascenso sin complicaciones, junto a unas ruinas y un pilón.

Nos vemos en las montañas.