Saleres - Barranco de Luna

El coche lo dejaremos en el cementerio de Saleres y desde aquí iniciaremos la ruta.

Lo normal en esta ruta es realizarla en sentido contrario, pero a nosotros nos parece más fácil ir ascendiendo el rio para evitar los resbalones y los destrepes.

Desde el cementerio bajaremos en dirección a Saleres unos 100 m. hasta encontrar una pista a la izquierda que entre olivos, naranjos y limoneros desciende suavemente hasta el rio.

Algo más adelante tomaremos una senda al principio muy clara y después poco marcada. En este punto tuvimos que deshacer camino varias veces hasta encontrar el mejor punto de acceso al barranco de luna; pero una vez que estas con el agua del rio por los tobillos se olvida este pequeño tramo con matorral e hierbas altas.

Según vas penetrando en el barranco sus paredes se van haciendo más altas y estrechas con una diversidad de formas, de curvas, de meandros y estalactitas.

Poco a poco iremos ascendiendo entre pozas, diques y cascadas pequeñas y si estamos atentos a las cristalinas y frescas aguas podemos observar ranas, culebras, sapos y un sinfín de coloridas libélulas.

Con las paredes del cañón mostrándonos ya su "marca de nacimiento". Nos encontramos en un barranco kárstico, encajado en la montaña, donde se ubica una antigua unidad sedimentaria de la edad Tortoniense (11 millones de años), en la que se ha desarrollado un arrecife coralino.

Tras un buen rato de ascensión por el barranco deleitándonos con este magnifico entorno, encontraremos unas instalaciones de una empresa de aventuras con tirolina y una pequeña vía ferrata para acceder a esta.

Algo más adelante empezaremos a salir del barranco primero por unas escaleras esculpidas en la tierra y roca, ascendiendo a unos olivares cultivados en unos grandes bancales; sitio ideal para hacer un descanso.

Seguiremos por un sendero entre grandes rocas de arenisca con curiosas formas y sin alejarnos demasiado del rio. Después nos desviaremos del rio por una amplia pista que asciende con algo de desnivel a nuestra izquierda. Pasaremos primero por una zona dedicada a la apicultura y después por un cortijo; desde esta zona tendremos unas magnificas vista aéreas del barranco que acabamos de recorrer y al que ya estamos echando de menos debido a la calurosa ascensión desde el rio hasta la carretera.

Llegados a la carretera bajaremos a la izquierda y llegaremos al punto de partida.

Visita, que no descenso, ya que aunque por su morfología de altas y estrechas paredes es un auténtico barranco en muchas zonas, pero no a nivel deportivo, en el que podría considerarse una pequeña ruta de lo que, últimamente, se ha dado en llamar “acuatreking” por realizarse el recorrido íntegramente caminando. Una refrescante excursión de un par de horas.

Y sobre la ropa, como siempre, el sentido común manda. Ruta más propia de verano, evidentemente, con todo lo que conlleva. Abstenerse en día de tormenta.