Salientes - Braña La Pena
near Salientes, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hemos cogido de referencia una ruta que hizo en julio de 2019 @trancos. Aunque su ruta continuaba por el pico de Valdeiglesia y luego bajaba desde ahí, nosotros hemos hecho ida y vuelta por el mismo lugar.
Consideramos esta ruta como difícil por las zonas que hay que atravesar, como varios piornales y zonas de escobas, así como el último trecho hasta la cima, que es todo roca y dificulta la ascensión (al menos para nuestro nivel de senderistas aficionados).
Empezando desde el pueblo, salimos a la carretera y continuamos por ella hasta el desvío que hay justo al lado del puente. Si no estáis en el pueblo, este también podría ser un punto de inicio.
Toda esta subida es muy agradable, sobre todo si se hace la ruta a primera hora de la mañana (en verano). La luz del sol entrando por el bosque e iluminando los muros antiguos de piedra realmente ayuda a sobrellevar la cuesta.
El camino es bastante evidente durante toda la subida, aunque en algún momento se veía muy cerrado y decidimos subir por unos prados que discurrían en paralelo. La mejor decisión, ya que el camino parecía complicado de seguir. Igualmente, la ruta es muy evidente y cualquier senderista tomaría esta decisión, ya que se hace la subida más fácil.
Encontramos algunas ruinas que no sabemos identificar. En un momento, el camino se cierra mucho, y esta vez no hay pastos para continuar. Toca hacerse hueco a través de la escoba, aunque se intuye una especie de camino entre los arbustos, por lo que decidimos seguirlo. La zona de escoba no se extiende mucho, y después de eso continuamos sobre un muro de piedra de contención. Ya empieza a verse la cresta del monte.
Tras pasar otra zona de pastos, toca cruzar el río, tarea que en esta época de verano ha resultado sencilla. Continuamos por un camino que encontramos a la derecha, llegando a una zona mucho más abierta de la que podemos disfrutar algunas vistas. Desde aquí, varios hitos nos irán marcando el camino hasta la salida del bosque. A partir de aquí, la impresionante pared rocosa nos acompañará el resto del camino.
Una vez se sale del bosque, no queda ninguna sombra donde refugiarse ni atisbo de agua (cuidado senderistas veraniegos y en épocas de ola de calor).
Tendremos que pasar por otro piornal, hasta llegar a los restos de la braña (ruinas marcadas en el plano).
Desde este punto, la subida a nosotros se nos hizo muy complicada. Ir saltando por las rocas nos alargó mucho el camino, y nos hizo muy lentos. A la bajada descubrimos una senda más sencilla, por lo que recomendamos seguir nuestro camino de bajada en vez de subida. Igualmente, hay que tener cuidado con los arbustos bajos en esta zona tan rocosa, ya que puedes meter el pie en algún agujero y acabar con el tobillo destrozado.
Seguimos la (siempre cansada) ascensión, y por fin llegamos al collado. Desde aquí ya solo quedan unos poco metros para llegar a la cima, pero las vistas ya merecen la pena.
Nosotros solo coronamos el pico Braña la Pena, pero para los más aventureros y resistentes, recomendamos la subida a Valdeiglesia y el regreso al pueblo por el otro valle (que también tiene lo suyo). Nosotros no nos atrevimos porque otras veces nos hemos encontrado el camino muy cerrado y hemos preferido “malo conocido” y volver por el mismo lugar.
Nota: al regreso, tratamos de encontrar la Fuente del Abedul, pero no tuvimos suerte.
¡Feliz caminata!
Consideramos esta ruta como difícil por las zonas que hay que atravesar, como varios piornales y zonas de escobas, así como el último trecho hasta la cima, que es todo roca y dificulta la ascensión (al menos para nuestro nivel de senderistas aficionados).
Empezando desde el pueblo, salimos a la carretera y continuamos por ella hasta el desvío que hay justo al lado del puente. Si no estáis en el pueblo, este también podría ser un punto de inicio.
Toda esta subida es muy agradable, sobre todo si se hace la ruta a primera hora de la mañana (en verano). La luz del sol entrando por el bosque e iluminando los muros antiguos de piedra realmente ayuda a sobrellevar la cuesta.
El camino es bastante evidente durante toda la subida, aunque en algún momento se veía muy cerrado y decidimos subir por unos prados que discurrían en paralelo. La mejor decisión, ya que el camino parecía complicado de seguir. Igualmente, la ruta es muy evidente y cualquier senderista tomaría esta decisión, ya que se hace la subida más fácil.
Encontramos algunas ruinas que no sabemos identificar. En un momento, el camino se cierra mucho, y esta vez no hay pastos para continuar. Toca hacerse hueco a través de la escoba, aunque se intuye una especie de camino entre los arbustos, por lo que decidimos seguirlo. La zona de escoba no se extiende mucho, y después de eso continuamos sobre un muro de piedra de contención. Ya empieza a verse la cresta del monte.
Tras pasar otra zona de pastos, toca cruzar el río, tarea que en esta época de verano ha resultado sencilla. Continuamos por un camino que encontramos a la derecha, llegando a una zona mucho más abierta de la que podemos disfrutar algunas vistas. Desde aquí, varios hitos nos irán marcando el camino hasta la salida del bosque. A partir de aquí, la impresionante pared rocosa nos acompañará el resto del camino.
Una vez se sale del bosque, no queda ninguna sombra donde refugiarse ni atisbo de agua (cuidado senderistas veraniegos y en épocas de ola de calor).
Tendremos que pasar por otro piornal, hasta llegar a los restos de la braña (ruinas marcadas en el plano).
Desde este punto, la subida a nosotros se nos hizo muy complicada. Ir saltando por las rocas nos alargó mucho el camino, y nos hizo muy lentos. A la bajada descubrimos una senda más sencilla, por lo que recomendamos seguir nuestro camino de bajada en vez de subida. Igualmente, hay que tener cuidado con los arbustos bajos en esta zona tan rocosa, ya que puedes meter el pie en algún agujero y acabar con el tobillo destrozado.
Seguimos la (siempre cansada) ascensión, y por fin llegamos al collado. Desde aquí ya solo quedan unos poco metros para llegar a la cima, pero las vistas ya merecen la pena.
Nosotros solo coronamos el pico Braña la Pena, pero para los más aventureros y resistentes, recomendamos la subida a Valdeiglesia y el regreso al pueblo por el otro valle (que también tiene lo suyo). Nosotros no nos atrevimos porque otras veces nos hemos encontrado el camino muy cerrado y hemos preferido “malo conocido” y volver por el mismo lugar.
Nota: al regreso, tratamos de encontrar la Fuente del Abedul, pero no tuvimos suerte.
¡Feliz caminata!
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