Salobreña- Lobres- Cueva del Capitán

Los primeros asentamientos de Salobreña fueron encontrados en Lobres. Durante el neolítico, pastores seminómadas frecuentaron la zona dejando restos de su cultura en la Cueva del Capitán en las Cercanías de Lobres.

Iniciamos la ruta en la Avd. Motril de la localidad de Salobreña, seguiremos por la Avd. Federico García Lorca, cruzaremos por un subterráneo la Nacional- 340 y tomaremos una estrecha carretera asfaltada que nos conducirá hasta el Cortijo de Concha. Junto a este Cortijo cruzaremos la Rambla de Molvizar por un puente.

Caminamos entre bosques de cultivos. En Salobreña su gente es laboriosa y fiel a sus cultivos de huerta y tropicales; entre los que destacan la chirimoya, el aguacate, el mango, la papaya, etcétera.

Continuaremos por el paraje de Las Jamillas y tras pasar por las inmediaciones del Cortijo de Úbeda nos acercaremos a a la Azucarera Montero de gran interés ya que es la única fábrica de azúcar de caña en funcionamiento de Europa.

La Azucarera es pionera en la elaboración de azúcar procedente de caña. Fue un labrador de abolengo de Granada, D. Joaquín Agrela y Moreno, el que tuvo la idea de instalar unos trapiches para molturar la caña de azúcar de las vegas de Motril y Salobreña.

Como consecuencia, proliferaron las plantaciones de caña y con ello se creó una industria que proporcionó mucho trabajo y riqueza a la zona, y que tomó aún más impulso cuando se perdió la isla de Cuba. Tanto, que la familia Agrela fundó una casa de banca que llevó este nombre, y que contribuyó notablemente al desarrollo de la azucarera y de otras industrias granadinas, e incluso llegó a emitir unos billetes con este nombre.

Hoy día se produce ron, según versa en un cartel en un gran depósito “estas en territorio Pálido” . Que rico, que bueno.

Cruzaremos la carretera que va a la Azucarera y continuaremos por una pista que entre huertos, y siempre acompañados por el rumor de la acequia nos llevará hasta Lobres.
En Lobres pasaremos por el monumento de mayor importancia que es la Iglesia de San Antonio, de 1605 (siglo XVII), por la Casa de la Cultura y por el Colegio Cervantes.

Iremos ascendiendo cruzando por un puente la autovía A-7 y al llegar a la Explotación Minera Santa Teresa nos desviaremos a la derecha por un carril, que va en paralelo al Canal de Los Nuevos Regadíos que es una acequia soterrada que viene desde la Pantaneta de Lobres.

Continuando pasaremos junto al Cortijo de piedra y unos cientos de metros después seguiremos por el canal soterrado y abandonaremos la pista. Pasaremos por un túnel excavado en la roca para que pase el canal y justo al llegar a un puente por el que va el canal (acueducto) veremos a la izquierda la Cueva del Capitán. Tendremos que trepar por unas rocas algo resbaladizas por el paso para poder acceder a ella. En la cueva se encuentra una arcilla sobre la que existen referencias que indican que fue utilizada en el Neolítico para hacer utensilios.

En ésta cueva se encontró un fragmento amorfo de una vasija. Presenta decoración con impresiones cardiales , en la superficie tiene una tonalidad pardo-rojiza y está como espatulada. Se encuentra expuesta en el Museo Arqueológico de Granada.

Entre los restos también se encontró bisutería que utilizaba como materia prima huesos de animales, pequeños guijarros e incluso trocitos de madera, así como diversos utensilios típicos de pastoreo, lo que induce a pensar que los habitantes de la gruta, eran pastores neolíticos, además, existen en el techo de la cueva restos de humo de las abundantes fogatas que usarían para cobijarse del frío y para cocinar.

Encontraremos en su interior, casi al fondo del todo, una pequeña charca de agua cristalina, muchos recovecos con bonitas formaciones hechas por el agua y alguna que otra estalactita. Según la gente del lugar, tiene una profundidad aprox. de 6 o 7 km. Tiene varias salas donde te puedes poner de pie.

La Cueva del Capitán, también denominada de Los Caballos y últimamente de Los Sudores; ya que al entrar notamos una humedad muy grande y una alta temperatura.

Dentro de la cueva nos encontramos diversos insectos como grillos, arañas de patas muy largas, algún escarabajo y alguna marranica.

Terminada la exploración de la cueva y con más churretes que un gitanito, volvemos al cercano canal, y lo seguiremos un breve trayecto para después desviarnos a la derecha por un abandonado sendero que nos conducirá a otra pista que nos llevará de regreso a Lobres; tras pasar la A-7 esta vez por debajo.

Por la Calle Murillo de Lobres iremos hasta el Rio Guadalfeo. Lo seguiremos; teniendo la oportunidad de ver tortugas, patos, peces y multitud de pajarillos que pululaban por allí. Nos sorprendieron los vencejos que como camicaces japoneses pasaban casi rozándonos.

Junto al rio veremos una gran retahíla de majestuosos eucaliptos que nos ofrecen su refrescante sombra algo estropeada por el olor de una empresa de abonos cercana. Que fresco pero que peste.

En el regreso hacia Salobreña disfrutamos de unas panorámicas de la localidad y su castillo magníficas.