Salts i Gorgs del Torrent del Puig

Hoy volvemos a La Garrotxa para hacer una ruta bastante completita. Subiremos por el Torrent del Puig para ver, y bañarnos, en sus increibles gorgs; luego atravesaremos el Grau dels Bertrans y el Grau de l'Hostalot por Les Fontiques y el Salt de l'Hostalot. Subiremos hasta el Camí Ral de Vic a Olot y veremos La Font de Les Marrades y la Mina dels Bandolers, y finalmente volveremos por el Camí Ral hasta el Molí Vell, nuestro punto de inicio.

Para llegar al punto de inicio de esta ruta, iremos hasta Hostalets d'en Bas. Una vez pasemos esta población, seguimos por la C-153, y en unos pocos metros, veremos un cartel que nos señaliza Els Hostalets / Falgars d'en Bas, hacia nuestra derecha en una curva bastante cerrada, tomamos este desvío, pasamos la Masia de l'Aubert y aparcamos el coche a mano izquierda, justo antes de donde empieza un camino de tierra. Una vez aparcamos el coche, nos preparamos y empezamos la ruta, dirección a Cantonigrós, por el Camí de Sant Jaume per Montserrat.

Esta parte del camino no tiene ninguna pérdida, hay que seguir recto. Cuidado que a los lados hay campos con animales y tienen alambre de espinas, así que si llevamos niños o perros, hay que vigilar en esta parte.Pasamos junto al pajar del Molí Vell, la primera, o última, casa que se veía si subíamos, o bajábamos, desde el Grau d'Olot. Un molino hidráulico de la época medieval que conserva buena parte de su estructura. Al estar en medio del Camí Ral, también hizo las funciones de Hostal para los viajeros de la época.

Cuando pasemos el Molí Vell, hay una bifurcación, nosotros, seguiremos por la derecha. Atravesaremos una riera, normalmente seca, y luego giraremos hacia la izquierda, pasando por una cadena para dirigirnos hasta La Cirera, una gran masía deshabitada, pero rehabilitada recientemente, quizás dentro de poco se convierta en una preciosa casa rural.

Seguimos el camino y dejamos atrás nuestro la pista de tierra para continuar por un sendero en medio del bosque. Por fin llegamos al Torrent del Puig y a las Gorgues de les Fogoses, donde Barbie enloquece con el agua. A la derecha, tenemos la Font de les Fogoses, donde una antigua rueda de molino, hace las funciones de una mesa. Atravesamos el cauce hacia hacia la izquierda, siguiendo una minúscula fita en el suelo y empezamos a subir por un sendero con algún que otro obstáculo. Luego, más adelante hay que girar hacia la derecha para volver a ir al Torrent del Puig, no está marcado de ninguna forma, ni con ninguna señal, así que atentos a este punto.

Nada más salir de nuevo al Torrent del Puig, encontramos la Gorga de l'Ansat. Para seguir avanzando, iremos por el lado izquierdo y veremos un punto por donde tendremos que medio trepar para volver al camino. Este punto es bastante resbaladizo, el barro, las hojas caídas y el no llevar el calzado adecuado no ayudan mucho, pero agarrándonos a piedras, raíces, troncos y todo lo que podemos, lo superamos casi sin problemas.

Pasado ese tramo, seguimos avanzando por el Torrent del Puig, saliendo a la Gorga dels Cristians. Ahora está un poco seca, pero en época de lluvias ... esto tiene que ser una pasada. El camino ahora tiene una buena subida, suerte que solo es esta parte la que tiene tanta pendiente, el resto del camino es pan comido. Llegamos al Salt i Gorg de l'Olla, donde paramos a comer y darnos un buen chapuzón, el agua está basante fresquita, pero como hace mucho calor, se agradece bastante. Volvemos al camino por donde hemos bajado al Gorg de l'Olla, solo que ahora tenemos que continuar por la izquierda, hacia arriba. Las ramas de los árboles, se entrecruzan unas con otras, formando pequeñas celosías.

Veremos un camino que baja por la derecha, lo seguiremos. Pasamos por la parte de arriba del Salt de l'Olla, personas con vértigo, abstenerse a mirar hacia abajo. Luego seguimos rectos por el camino que se ve a la derecha. Llegamos a un gran claro, el Mirador del Petró, desde donde las vistas de la Vall d'en Bas son preciosas, al fondo Hostalets d'en Bas y Sant Esteve d'en Bas. Desde el Mirador del Petró, siguiendo la fita que hay en el suelo, seguimos por nuestra izquierda, subiendo sin prisa pero sin pausa.

El camino no deja de subir, suerte que estamos a resguardo del sol gracias al tupido bosque. Un movimiento de tierras ha provocado esta avalancha, enormes bloques del tamaño de un autobús han arrasado con todo a su paso. Por suerte el camino está limpio y se puede pasar sin problemas, pero por si acaso, no nos entretenemos mucho a mirar y pasamos rápido.

Pasamos por Les Fontiques, un tramo semi equipado, con grandes grapas en las piedras, que nos ayudan a atravesarlo. Ahora no baja el agua y se atraviesa bien, pero después de lluvias, puede ser un punto conflictivo, de ahí esas grapas. Avanzamos y en pocos metros llegamos al Salt de l'Hostalot. A pesar que lleva muy poca agua, es precisoso, creo que volveremos en otoño o primavera, cuando lleve agua, entonces será una ruta ... más espectacular todavía.

Después del Salt de l'Hostalot, seguimos por el caminito que se medio intuye y luego giramos hacia la derecha en una fuerte subida para llegar hasta el Camí Ral de Vic a Olot y llegar a la Font de Les Marrades, donde aprovechamos todos para refrescarno y hacer una pequeña pausa después de la subidita hasta aquí. En el agua vemos que hay muchos tritones, así que procuramos no molestarlos mucho. Encima de la fuente podemos ver unas preciosas figuras talladas en madera, representando un pesebre.

Ahora seguiremos subiendo por el Camí Ral dirección a Vic, o sea hacia arriba. Este camino es una obra de ingenieria del siglo XIII, se tuvieron que salvar las dificultades del terreno, ya que es muy abrupto y con mucha pendiente, construyendo grandes muros de contención que han aguantado el paso de los siglos como si nada.

El camino tiene entre dos y tres metros de ancho y, aunque salva mucha pendiente, se sube cómodamente. Llegamos a una curva donde vemos un cartel y una especie de banquetas de piedra, saldremos del Camí Ral y seguiremos por el sendero de tierra para ir hasta la Mina dels Bandolers. Hacemos una pequeña grimpada de unos tres metros para llegar hasta la Mina dels Bandolers. Hay muchas raices y piedras donde nos podemos agarrar para subir sin problemas.

La Mina dels Bandolers, una grieta de unos cincuenta metros de longitud, con una achura de entre uno y dos metros en su parte más ancha. Aquí se escondían los bandoleros que atracaban a los viajeros que hacían el Camí Ral de Vic a Olot. Ahora ya solo nos queda deshacer el camino hasta la mina para volver a salir al Camí Ral. Pasada la Font de Les Marrades, el rústico adoquinado del suelo con piedras de la zona, desaparece y se convierte en una camino normal y corriente.

Pasado el Collet de la Cirera, atravesamos una puerta que delimita una finca. El paso está permitido al tratarse de un Camí Ral. La bajada es un poco larga y el terreno bastante irregular, tierra, piedras, raíces ... no se hace aburrido. Ya al final de la bajada, pasamos junto a la casa rural de L'Esquirol.

Unos campos de girasoles a nuestra izquierda apuntando ya hacia el oeste y salimos nuevamente al punto donde giramos por primera vez a nuestra derecha al inicio de la ruta. Ahora giraremos otra vez hacia la derecha y así llegaremos de nuevo al Molí Vell. El granero del Molí Vell está un poco elevado del suelo, así evitan que los rodedores hagan de las suyas.

Y así terminamos esta fantástica ruta, en la que hemos tenído un poco de todo, descansando en la hierba. Una ruta que sin las múltiples paradas que hemos hecho para ver y bañarnos en los gorgs, se puede realizar perfectamente en unas cuatro horas y media. El problema que le veo es que no tiene ningún tipo de señalización, a excepción del Camí Ral, por lo que al subir por el Torrent del Puig es fácil perderse o desorientarse, ya que hay muchas variantes y cruces, donde si nos equivocamos ... la podemos liar. De ahí que aconseje llevar mapa y brújula o, si es posible, gps con el track bien grabado, así iremos sobre seguro.

Distancia: 8 kilómetros
Desnivel: 450 metros
Duración: 5 - 6 horas, tranquilamente y parando en los gorgs para bañarnos.