Salvaleón. La fuga de Menacho

El Ayuntamiento de Salvaleón ha querido sumarse a los actos para reivindicar la figura del héroe de la Independencia el General Menacho, formando parte del programa esta ruta senderista que discurre por los parajes naturales en los que estuvo el general con su tropas.
La historia sucedió en febrero de 1810. La Guerra de la Independencia había empezado casi dos años antes. Extremadura solo tenía a su ejército. Los ingleses se habían retirado a finales del año anterior, después de la batalla de Talavera y de los tres meses que permanecieron en Badajoz, tiempo en el que tuvieron mucho eco las fiestas que Wellington daba en el palacio de Capitanía y su gusto por sacar a bailar a las mujeres de la ciudad.

Desde Cádiz

Las tropas de Napoleón avanzaban como una apisonadora por España. Madrid ya había sido tomada y la regencia estaba en Sevilla. Pero cuando los franceses iniciaron su avance hacia Andalucía, tuvieron que trasladarla a Cádiz. El único ejército que quedaba en pie era el extremeño. Y Cádiz lo reclamó para reorganizar la defensa de España desde allí.

Con el Duque de Alburquerque al frente, lograron llegar a la 'tacita de plata'. Salvó a España, pero a Extremadura la dejó pelada con los franceses ya en el norte avanzando por Plasencia. Solo quedaron aquí las tropas de Menacho, que estaba en la retaguardia a la altura de Santa Marta de los Barros. Cuando los franceses entraron por el sur desde Andalucía, el general se encontró en medio de un fuego cruzado y después de una escaramuza en Feria, consiguió escaparse y refugiarse en Salvaleón junto a sus soldados.

Allí pasaron dos días a salvo de los franceses, gracias la orografía de este municipio asentado entre tres sierras. Hasta que los hombres de Napoleón les rodearon, al tiempo que el resto de tropas francesas entraron en Badajoz y la cercaron por primera vez.

Menacho estaba atrapado con 1.500 hombres y para burlarlos se le ocurrió tenderles una trampa. La historia cuenta que mandó a tres tamborcillos de los que tenía en los batallones a subir cada uno a un monte para que encendieran un fogata por la noche y tocaran el tambor. Los franceses picaron el anzuelo y corrieron hacia las hogueras pensando que el ejército de Menacho estaría acampado en torno a las hogueras.

Con esta argucia, el general y sus hombres emprendieron a la carrera su huida hacia Badajoz. Corrieron durante toda la noche los 50 kilómetros que separan ambas localidades por el camino que discurre casi paralelo a la carretera. Menacho entró en la ciudad el 12 de febrero sin que los franceses pusieran resistencia. La gesta inspiró 'El himno a Badajoz victoriosa'.

Si los franceses hubieran derrotado a Menacho en Salvaleón, Badajoz habría caído porque dentro apenas quedaban para defenderla 300 hombres armados con trabucos y navajas frente a los cañones de Napoleón. Siendo así, la dominación francesa posiblemente no habría durado solo un año.

Pero esta hazaña no solo cambió el destino de la ciudad sino también el de España porque desde Portugal volvió a entrar el ejército para recomponer su defensa y el del propio Menacho, que ya no volvió a salir de Badajoz.

Este relato corresponde al profesor Julián García Blanco, presidente de la asociación histórico-militar Alfonso IX y miembro de la junta directiva de Amigos de Badajoz publicado en el Diario HOY.