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SALVATIERRA DE TORMES - ALDEAVIEJA - DOLMEN EL TERIÑUELO Y VUELTA

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Trail stats

Distance
5.85 mi
Elevation gain
322 ft
Technical difficulty
Easy
Elevation loss
322 ft
Max elevation
3,110 ft
TrailRank 
40 4.7
Min elevation
2,914 ft
Trail type
Loop
Coordinates
110
Uploaded
October 23, 2022
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  •   4.7 1 review
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near Salvatierra de Tormes, Castilla y León (España)

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Itinerary description

A orillas del Tormes, Salvatierra fortificaba el flanco sur del reino leonés frente a posibles incursiones musulmanas. Las ruinas del Castillo de la mora encantada que datan del siglo XV, domina el embalse de Santa Teresa, cuya construcción marcó su historia de forma traumática a mediados de siglo XX, inundando sus huertas y despoblando el casco urbano hasta fechas recientes. Pero su historia se remonta muchos siglos antes: el hallazgo de restos tardorromanos y visigodos en el yacimiento del Cortinal de San Juan, hoy también bajo las aguas descubría uno de los yacimientos visigodos rurales más relevantes de la Meseta Norte.
Ceñida por murallas de pizarra que contaba con cuatro puertas de la que sólo se conserva la que se abría hacia el río, parece que el comienzo de su construcción data de época premedieval, aunque los paños hoy visibles son más tardíos, del siglo XIII destinados a vigilar un puente hoy derruido.
Para llegar a Salvatierra salimos de la autovía A66 y tomamos la SA-104, una pequeña carretera que nos permite disfrutar de un paisaje adehesado por cuyos cielos es fácil ver cruzar grupos de grajos y milanos jugando con las corrientes térmicas del aire. Enseguida veremos los primeros ramales del pantano y pasaremos por Aldeavieja de Tormes, pocos kilómetros antes de alcanzar Salvatierra.
Dejamos el coche en una de sus calles, entre bellas casas de pizarra, muros aún derruidos y solares en busca de alguien que se anime a recuperarlos. La población, desalojada tras la inundación del pantano, presenta el indudable atractivo de lo que fue una importante villa fundada por el rey de León Alfonso cuando en 1.203 fundó el concejo de Salvatierra o Alfoz de Salvatierra.
Se ha recuperado los lavaderos, y las antiguas escuelas se transformaron en un albergue perfectamente equipado gracias a la inversión de 225.000 euros que aportó Adrecag. Ahora, además de alojamiento para quien quiera conocer esta zona, organiza actividades de interpretación de la naturaleza. Salvatierra también cuenta con un hotel rural con restaurante y un bar que también es tienda. Los más piadosos o simplemente interesados en el arte, no pueden dejar de visitar la interesante Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de Monviedro y su reloj solar donde descubriremos lápidas de nobles, retablo mayor churrigueresco, un órgano barroco en el coro y ropas litúrgicas bordadas en oro.
Pero aquí hemos venido a caminar. Salimos por la carretera comarcal sin tráfico en dirección Aldeavieja de Tormes, y a unos doscientos metros, en un cerrado recodo de la misma, veremos un amplio camino de tierra que asciende una loma donde nos saludan encinas, cerdo ibérico que nos recuerda que estamos próximos a la villa chacinera de Guijuelo, y vacas que pastan en prados salpicados por romero y tomillo y numerosas flores que despuntan si lo realizamos en primavera. Es un paseo breve y sencillo, de poco más de once kilómetros carentes de dificultad y que nos permite disfrutar de unas magníficas vistas del pantano con Cespedosa de Tormes enseñoreándose en la orilla contraria.
Tomaremos una bifurcación a la derecha pues el camino de la izquierda nos llevaría a la entrada de una vivienda situada frente a un otero. En nuestro camino veremos algún ejemplar de arce de Montpellier entre tapiales de piedra seca y praderas que descienden hacia una vaguada donde pasta el ganado.
Salvo el primer repechón no volveremos a encontrar otra cuesta. El punto más alto lo alcanzamos en otro cruce de caminos, que habremos de tomarlo esta vez hacia la izquierda, en un punto señalado como coto de caza opuesto a una portera verde que marca el camino en dirección contraria.
Por estos parajes debió pasear en su infancia Filiberto Viillalobos, el vecino más ilustre de la villa que nació en 1879 para dedicarse a la medicina antes de llegar a ser diputado en las Cortes Generales, así como Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la Segunda República Española.
Lejos de los escasos diez habitantes dedicados a la ganadería que habitan hoy en invierno, Villalobos debió conocer el antiguo edificio que fue hospital palúdico y que en su planta baja albergaba la prisión mientras que la planta superior estaba destinada a escuela. En ese mismo edificio encontramos hoy una sala polivalente que alberga una exposición fotográfica sobre la historia del pueblo, y justo a su derecha sobreviven los toriles y un gran arco, junto a la casona noble que fuera del comendador, que nos recuerda que Salvatierra también tuvo en tiempos una sinagoga.
Comenzamos el descenso de nuestro camino mientras contemplamos la silueta de la Sierra de Béjar a nuestra izquierda y la del cerro del Berrueco situado también en tierras del Alto Tormes por donde discurrimos y un poco más abajo a nuestra izquierda, una piara de cerdos negros dormita tumbada a la Solana. Vislumbramos ya los tejados de Aldeavieja y la espadaña de su campanario, donde poco a poco nos vamos acercando. En este pequeño pueblo podremos reponer fuerzas en el bar que hay instalado a la entrada de la carretera que nos trae desde Guijuelo, en el local que antes fueron las antiguas escuelas. Esta carretera atraviesa su casco urbano, y en una de sus salidas, la de el camino de la Aceña, habremos de salir del pueblo para dirigirnos hacia el paraje que alberga el dolmen de Teriñuela. Avanzaremos pues por el camino tierra dejando a ambos lados los corrales donde guardan las vacas mientras los prados de nuestra izquierda descienden hacia el pantano. No es raro ver allí una zona donde suelen aparcar autocaravanas para hacer noche y disfrutar de un baño en sus aguas, montar en canoa o practicar la pesca de las truchas y barbos que nadan cerca de sus orillas.
Llegados a una curva y frente a un cartelón cuya imagen desvaída nos anuncia que allí se iba a construir una urbanización con el nombre de dolmen Teriñuela, tomamos un camino que se interna a nuestra izquierda medio comido por la hierba y que, paralelo al vallado de alambre nos adentra por una finca donde al fondo se agrupan las encinas y parece que se alza un pequeño montículo. Ese túmulo perfectamente identificable, alberga los restos del dolmen de apreciable tamaño que se encuentra en un pobre estado de conservación. Este monumento funerario del neolítico, de forma circular con una entrada que mira al mediodía, y con una cámara de sepulcro a la que le faltan las losas que cerraban su bóveda. Aún conserva 10 ortostatos, las piedras verticales empleadas en la construcción de una cámara megalítica, alguna de ellas a punto de desmoronarse. Durante las excavaciones que se efectuaron, encontraron, entre otros, materiales de cerámica, varios cuchillos de sílex, una hoja de puñal de lengüeta, punzones, puntas de flecha y una plaquita de oro… El dolmen de Teriñuela pide a gritos labores de consolidación que frene su deterioro, máxime habiendo sido declarado bien de interés cultural en 1994.

Desandando nuestros pasos volvemos a contemplar Salvatierra a la distancia, separada de nosotros por las aguas del pantano.
A finales del siglo XIII la villa perteneció al infante Don Pedro, hijo de Alfonso X el Sabio y señor de Ledesma, Alba de Tormes, Miranda del Castañar, Galisteo, y Granadilla, además de buena parte de las tierras fronterizas que hoy pertenecen a Portugal. Tras su muerte, el señorío de Salvatierra de Tormes, fue heredado por su único hijo legítimo, Sancho el de la Paz, que falleció en 1312 sin dejar descendencia legítima, por lo Salvatierra volvió a ser propiedad de la Corona.
Para regresar, podemos volver al camino de la Aceña y continuar unos metros por él, hasta que se nos presenta un desvío a la izquierda que nos enfila hacia el pantano, y nos ha de llevar por sus orillas hasta la zona donde ya nombramos que solían aparcar las autocaravanas, desde allí, tras contemplar un rato el hermoso paisaje, regresamos a Aldeavieja de Tormes por un camino parcialmente asfaltado, el camino del cementerio. Una vez allí ya sólo nos queda volver sobre nuestros pasos para regresar a Salvatierra por el mismo sendero por el que llegamos, aprovechamos para disfrutar del regreso con una nueva perspectiva del paisaje.

Servicios: alojamiento y bares.
Otros puntos de interés: pantano de Santa Teresa, restos de muralla y castillo, restos de sinagoga, dolmen megalítico.

Si quieres conocer más de la zona, echa un vistazo a la revista Arte y Encinas: https://www.adrecag.org/revista/mobile/index.html

Comments  (1)

  • Photo of agusmola
    agusmola Jun 25, 2023

    I have followed this trail  verified  View more

    No se puede acceder al dolmen pq han vallado la parcela con vallas de alambre de espino.

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