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Sámano - Peña Santullan - Samano

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Trail stats

Distance
8.95 mi
Elevation gain
1,923 ft
Technical difficulty
Moderate
Elevation loss
1,923 ft
Max elevation
1,441 ft
TrailRank 
29
Min elevation
179 ft
Trail type
Loop
Moving time
4 hours 19 minutes
Time
7 hours 27 minutes
Coordinates
2587
Uploaded
August 23, 2020
Recorded
August 2020
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near Sámano, Cantabria (España)

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Itinerary description

Recorrido circular desde Santullán recorriendo todo el castro de la Peña de Santullán, subida a su cima por el cresterío en lugar de por sendero y subidas al Otañes y Pico de la Cruz.

Partimos de Santullán, Castro Urdiales (Cantabria) dejando el coche en un aparcamiento junto a unos chalets desde donde se puede ver la parte más desfavorecida de la Peña de Santullán, su cara norte, donde está localizada la cantera.

Nada hace presagiar lo que nos vamos a encontrar, ya que la cara sur no está afectada por la mina y tiene unas vistas muy agradecidas.

Empezamos el recorrido tras la iglesia, metiéndonos entre unas casas. Pronto llegamos a una rotonda la cual bordeamos por un camino peatonal pintado de rojo.

Por carretera pasamos por una rotonda por la que se puede ir a Sámano, siguiendo de frente hasta llegar al Polígono industrial Vallegón.

Nos desviamos a la izquierda adentrándonos en la montaña por una pista. Empiezan las vistas espectaculares de un paisaje kárstico que no nos va a abandonar en las siguientes horas.

Llegando a una borda cogemos un desvío ascendente hacia la izquierda. Empiezan las primeras rampas de la Peña de Santullán.

Tras unos cientos de metros dejamos la pista desviándonos ladera arriba por una campa donde se atisba tímidamente una trocha. Podemos ver pastar un rebaño de vacas.

Siempre en sentido ascendente en búsqueda de la cima rocosa, pasamos entre campa y rocas por donde podamos dejando a la izquierda un corte en la roca por el que no se puede pasar a pesar de ver que un camino se dirige hacia él. Nos podemos desviar a verlo pero deberemos de volver.

Llegamos a la cima, pasando antes por unos restos de lo que fue el castro o fortificación anterior a los romanos, ahí es nada. No esperéis encontrar grandes yacimientos, hay que echarle imaginación, se trata simplemente de una pedrera.

La cima no tiene nombre, al menos yo no lo he encontrado. Bordeamos la misma en sentido antihorario en búsca de una de las puertas del castro, la puerta de Vallegón. Apenas una pedrera con un pasillo y restos de un diminuto muro quedan de la época.

Seguimos en sentido antihorario hasta llegar a otra de las puertas, la puerta Norte o de la Saganza. Más de lo mismo, pedrera y algún resto de lo que fue un muro.

Empezamos a subir de nuevo hasta la cima que habíamos rebasado para alcanzar el cresterío de la Peña de Santullán. Podíamos ir por el sendero que nos lleva al techo del día pero se me antoja complicarme la vida y decido hacer cima por el cresterío, entre rocas.

Después de hacerlo creo que ha merecido la pena, no tiene apenas complicación y la sensación de caminar sobre roca en lugar de camino me hace sentir que estoy en una cima más importante. Os lo aconsejo.

Emprendemos el recorrido del cresterío siempre con majestuosas vistas a la Peña de Santullán. No podremos evitar de vez en cuando echar una vista atrás para ver lo recorrido y darnos una palmadita en la espalda por el logro o una colleja por no haber decidido ir por el camino como lo hacen las personas.

Pasamos en el recorrido por un pequeño collado donde localizamos un enorme mojón el cual no podemos evitar fotografiar. Buenas vistas a Castro Urdiales.

Continuamos el cresterío hasta llegar a una pista por la que sube la maquinaria de la cantera. Antes de la pista, que anticipo será nuestra vía de bajada, nos desviamos hacia lo alto siguiendo unas marcas de pintura amarilla y algún que otro hito suelto.

Las marcas nos llevan a un collado de hierba a cuyos lados hay varias moles de piedra. La de la derecha es la Peña de Santullán, las dos de la izquierda creo que no tienen nombre, aún así no son menos importantes que la primera, así que como estamos hoy cabezones decidimos subirlas.

Pasado el collado nos desviamos a la izquierda, subiendo entre rocas a la primera peña y tras bajar al punto de partida a la segunda. Nos encontramos alguna trepada sencilla pero que no entraña riesgo alguno.

Volvemos al collado de nuevo emprendiendo el ascenso ahora a la Peña de Santullán. Aunque es más alta que las anteriores entraña menos dificultad.

Llegamos a la cima donde encontramos el buzón y unas vistas magníficas de toda la zona, desde el Mello y Alen hasta la zona de Candina y Laredo por la costa, incluido el Ventoso, zona de Villaverde. Lástima que el día no esta muy despejado.

Bajamos por nuestros pasos hasta la pista de la cantera bajando hasta llegar a una verja de ésta. La rebasamos por un lateral sin dificultad llegando a un cruce de caminos el cual tomamos de frente. A la izquierda podemos bajar a Santullán.

Por pista subimos entre eucaliptos hasta llegar a una verja de maderos de las que ya pocas quedan. La pasamos accediendo a una campa, la cual tenemos que cruzar en dirección a la siguiente cumbre. Apreciamos un promontorio de roca sobre la hierba, es el monte Otañes.

Tomamos como referencia los restos de un murete para localizar el punto de inicio de la ascensión. Luego entre rocas, por donde buenamente podamos y cogiendo referencias de varias encinas para después saber por donde bajar, alcanzamos la cumbre.

Vamos a alargar un poco la visita por el creterío unas decenas de metros para alcanzar unas buenas vistas al valle de Otañes.

Volvemos hasta el murete y tomándolo como referencia de nuevo descendemos la loma para en la parte baja saltarlo hasta llegar a una pista.

Vamos por ésta hasta llegar a una borda. Aquí tenemos un paso complicado. Hay que pasar una alambrada y no hay paso para ello.

Saltada la alambrada bajamos una loma entre hierba y helechos hasta llegar a unas encinas que esconden un paso para subir a la última cumbre, el Pico de la Cruz.

Nos metemos entre las encinas localizando un paso entre dos rocas, donde parte un poco evidente sendero entre rocas y encinas que nos lleva a la cumbre. He de reconocer que desde abajo parecía más complicado.

Llegamos a la cumbre coronada por una enorme cruz de cemento. Disfrutamos de unas buenas vistas de nuevo al valle de Otañes.

Bajamos por nuestros pasos hasta la borda, pasando ahora por una cerca que nos parece menos complicada que el salto anterior de la alambrada.

Llegamos a la pista que habíamos dejado anteriormente, siguiéndola durante unos kilómetros hasta llegar a la carretera que une Castro Urdiales con Sopuerta. Cruzamos la carretera bajando a continuación por unas escaleras que dan a un parque. Pasamos por un puente a todas luces romano enlazando con un camino vecinal asfaltado.

Seguimos el camino, pasando por la Torre de Otañes, una magnífica edificación con canales donde supongo en su día se ubicaba un molino.

Más adelante nos encontramos un grupo de casas donde enlazamos con la vía verde Castro-Traslaviña. Giramos a la izquierda y sin más complicación llegamos a Santullán.

Al llegar a unas casas subimos una cuesta de cemento y tras cruzar una carretera llegamos a la iglesia de Santullán y de ésta al coche, fin del recorrido.

He de reconocer que me ha llenado esta ruta, ya que no esperaba que tras la cantera, más que conocida cada vez que pasamos por la A-8 hacia Cantabria se escondiera esta joya.

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