Samitier. Castillo y Ermitas.

Siguiendo desde la ruta anterior, a muy poca distancia de Mesón de Ligüerre, sobre la misma A-138, encontramos la salida por la derecha de la carretera que nos lleva a la población de Samitier.
Esta bonita población, con muy pocos habitantes en la actualidad, fue lugar de considerable actividad bélica en épocas pasadas. Su ubicación, en un lugar elevado, entre las comarcas de Ribagorza y Barbastro, la hizo asentamiento obligado de estructuras defensivas desde la época árabe, cuando se supone que se edificó el actual castillo, posteriormente reformado por los cristianos, alrededor del año 1040. El lugar tuvo cierta importancia en la lucha con los bandoleros de la zona, la contención de la expansión de la herejía hugonote y las peleas de los lugareños con su señor durante la llamada rebelión de Monclus. Las vistas que se aprecian ahora desde su emplazamiento hacia el valle del Cinca, con los embalses de Mediano y El Grado I, y el congosto de Entremón son excepcionales.
Aquí encontramos de nuevo numerosos ejemplos de arquitectura tradicional junto a algunos muy notables ejemplos de arquitectura religiosa, dado que Samitier ha sido asiento de 3 parroquias. La más antigua, ocupada por la iglesia de estilo románico lombardo (el mejor ejemplo de este estilo en la zona, y en muy buen estado tras la restauración realizada hace unos 25 años), estaba dedicada a los Santos Emeterio y Celedonio. Estaba ubicada en la cima del Tozal de Samitier, en la proximidad del antiguo castillo, del que se sabe que ya en 1030 estaba dominado por Sancho el Mayor, aunque otras fuentes atribuyen su creación a Ramiro I, entre 1030 y 1050, siendo por lo tanto una de las estructuras militares más antiguas del Sobrarbe; como dato de interés adicional, se confirió su cuidado a una comunidad de monjes-soldado, en lo que parece un anticipo de las futuras Órdenes Militares. Aparte del edificio principal (actualmente en estado de ruina), tenía una Torre Albarrana en un pico vecino del mismo Tozal, con una muralla de protección entre ambas edificaciones, formando lo que se conoce como el complejo defensivo de Samitier, con fantásticas vistas sobre el Entremón y el valle del Cinco (abstenerse personas con vértigo). La segunda parroquia se asentaba en la capilla de San Vicente, presumiblemente instalada en el piso inferior de la actual Torre de San Vicente, y la tercera parroquia corresponde a la actual iglesia de San Miguel. En una de las casas del pueblo se encuentra una placa con la inscripción Abadía de Samitier, fechada en el siglo XVI, y en la portada hay una fecha del siglo XVIII.
La población aparece citada como Sant Emeteri en una crónica del siglo XIV, y como Sanmitier a partir del siglo XVI. En el casco urbano veremos una iglesia del siglo XVII, que no tiene torre incorporada, una curiosa fuente con calaveras, y una protegida torre exenta, en estilo gótico del siglo XVI, con cinco pisos, donde se instaló un campanario techando las almenas superiores, dejando como únicas aberturas adicionales una aspillera en la cara sur y la puerta de entrada sobreelevada.
Esta ruta, corta pero de considerable interés histórico y con grandes vistas hacia el entorno vecino, tiene dos puntos de mayor interés: el complejo defensivo del Tozal de Samitier y el núcleo urbano de esta población. Ambos están unidos por una pista no asfaltada, por la que pueden subir coches altos, pero con cierta dificultad para los normales y hacia la mitad del camino de subida podremos encontrar otra iglesia gótica: la Ermita de Santa Waldesca, del siglo XVI, visitable, recientemente rehabilitada, protegida por una gran roca y también con excelentes vistas. Cuando se llega al complejo defensivo se ve la iglesia de los santos Emeterio y Celedonio plantada en el medio del camino, como una barrera más en el acceso al castillo. La iglesia es visitable y al final se sale por el otro lado, para seguir subiendo hacia el castillo y completar la visita con un recorrido que permite disfrutar de las impresionantes vistas del lugar, entre las que destaca la imagen de la iglesia ahora casi totalmente fuera del agua del antiguo poblado de Mediano, sumergido por el embalse cuando el nivel de las aguas aumenta.
Una subida de exigencia leve-moderada, sin dificultad técnica significativa, con dos importantes monumentos religiosos visitables y un castillo con vistas impresionantes, además del núcleo urbano, justifican sobradamente el tiempo dedicado a la visita. Corta y con pendiente moderada puede ser realizada por muchas personas, aunque no por personas con limitaciones severas de movilidad. Unas cuantas rutas presentadas en wikiloc muestran un itinerario que incluye el paso por esta ruta junto a la de Entremón; la ventaja de estas rutas circulares es que no hacen un trayecto en ida y vuelta, la desventaja es que esto solo es posible incorporando unos cuantos kilómetros de camino sobre vías asfaltadas; esta razón es lo que nos ha llevado a separar ambas rutas.