SAN ANDRÉS (73) (Trubia)-CASCADAS DE BUANGA (345)-PICO PLANTÓN (751) (Sierra de Buanga) (Circuito)
near San Andrés, Asturias (España)
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SAN ANDRÉS (73) (Trubia)-CASCADAS DE BUANGA (345)-PICO PLANTÓN (751) (Sierra de Buanga) (Circuito).
DATOS TÉCNICOS:
RECORRIDO: 15,5 k.
ALTURA MÁXIMA: 751 m.
ALTURA MÍNIMA: 73 m.
ASCENSO TOTAL: 762 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 4 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Junio de 2021.
El pueblo de SAN ANDRÉS (73) y su entorno se encuentran en la puerta de entrada de los Valles de Trubia con el río homónimo atravesando la población. El río Trubia está incluido en la Red Natura 2000 como zona de especial conservación. El bosque de ribera, que lo envuelve y que nosotros recorreremos en el tramo final siguiendo la Senda del Oso dirección norte, está dominado por los alisos, pudiéndose avistar aves como el mirlo acuático y la lavandera cascadeña. El lugar tiene una ermita dedicada a San Andrés y a la Virgen del Rosario.
Las CASCADAS DE BUANGA o GUANGA (345) son producto del arroyo homónimo que bordea el flanco occidental de la sierra del mismo nombre en el área suroriental del municipio moscón. Pero como cascadas forman parte de uno de los espacios naturales del concejo de Oviedo más desconocidos, aunque de gran valor histórico, cultural y medioambiental, junto a formaciones geológicas, fauna, flora y los distintos aprovechamientos tradicionales del monte. Se contabilizan hasta ocho, siendo la superior de fácil acceso, en contraste con las inferiores más escondidas, con pasos complicados y peligrosos.
El PICO PLANTÓN (751) es el techo de la Sierra de Buanga, ubicado en el extremo meridional de la misma, conformando un macizo de suave relieve con resaltes de roca cuarcítica, entre ellos el pico Bobia (659) en el centro, cubierto de matorral bajo con pradería intercalada en su alomada superficie y helechal a los pies de las faldas. El cordal es línea divisoria de los concejos de Grado, Santo Adriano y Oviedo.
Aparcamos el vehículo en el lavadero de San Andrés junto al río Trubia, cruce con la carretera que sube a Castañedo del Monte. Si quisiéramos visitar las ocho cascadas, tendríamos que caminar unos metros en dirección a esa aldea y girar a la derecha al lado de una casa, iniciando el ascenso por un camino estrecho y muy pindio con los inconvenientes ya apuntados. Otra opción sería llegar hasta la cascada superior por el itinerario marcado oficialmente e ir descendiendo por veredas resbaladizas no exentas de peligro.
Nosotros, siguiendo las continuas marcas bien definidas, caminamos unos metros dirección Trubia e inmediatamente tomamos una pista de hormigón a mano izquierda. Este camino nos lleva en subida poco después hasta un panel de FAPAS sobre la “Ruta del Oso” –no confundir con la Senda del Oso-, ruta que se solapa con nuestro itinerario hasta la encrucijada de la zona alta. El texto del cartel ofrece explicaciones sobre la presencia de ese mamífero en la zona para alimentarse de cerezas, manzanas o castañas.
“A medida que se asciende la pista se convierte en un sendero entre murias bien conservadas. A los lados predominan los castaños con múltiples pies jóvenes… Junto a ellos se podrán ver bosquetes de abedul y, a continuación, algunos castaños centenarios con tallo caborno (huecos)… Más arriba, se encuentra un pequeño rebollar. El rebollo es un tipo de roble que prefiere las laderas de solana con suelo ácido, condiciones que se dan en esta zona, donde abundan las cuarcitas y areniscas...”
Al cabo de un kilómetro de recorrido muy empinado en algunos tramos, 270 metros de desnivel, con la mirada vuelta al espléndido valle a nuestras espaldas, llegamos a una encrucijada, tupido bosque mixto de hayas, abedules, castaños y avellanos, a los pies base suroccidental de PEÑA EL CASTIELLO (396). “Su nombre se debe al lugar donde estuvo ubicado el castillo desde el cual el célebre Conde Gonzalo Peláez, en 1134, se encastilló a la espera de las tropas de Alfonso VII de León. Este rey se dirigía hacia este territorio en pos de evitar la rebelión que trataba de recuperar la soberanía del Reino de Asturias”.
En la encrucijada una señalización vertical marca la dirección a San Andrés, de donde venimos, a Perlavia hacia el noroeste y Cascada de Guanga, 200 metros al sur, que es la superior u octava contando desde abajo. Hacia ésta (345-K. 1,2), encajada en una falla del terreno, nos dirigimos por un ramal descendiendo ligeramente. Penetramos en un recinto mágico de cautivador hechizo con molino en ruinas en primer término y la cascada al fondo. Sorteando troncos caídos y mosaico de raíces desnudas por la erosión de las aguas nos acercamos al ancho y alto chorro chispeante. Sinfonía de luz, color y sonido con variada gama de contrastes cromáticos y multiformes irisaciones. Epatante espectáculo.
Fuera ya de la falla, damos unos pocos pasos por cómoda vereda en el sentido de la corriente, para entrever tras el ramaje la que sería séptima cascada en forma de caudalosa y concentrada torrentera, regresando seguidamente al centro de la encrucijada. Aquí abandonamos la ruta oficial (SAN ANDRÉS-CASCADAS DE GUANGA-PERLAVIA), cuyas marcas continúan hacia esta última población, punto final de la misma.
Desde el mismo cruce sale una senda rumbo suroeste, que seguimos arropados bajo la referida densa flora, para vadear poco después sin problema el arroyo de Buanga (360-K. 1,55), que en ese tramo discurre apaciblemente a través del valle moscón, donde se alternan camperas y arbolado con algún caserío habitado. A poco de cruzar el riachuelo cambia radicalmente el paisaje. La densa masa arbórea da paso al matorral, con predominio casi exclusivo de los helechos, por donde seguimos un sendero muy marcado, transitando durante más de dos kilómetros en ascenso sostenible a los pies de las faldas occidentales de la Sierra de Buanga.
Así llegamos al collado (655-K. 3,8), que separa los valles moscones de los del concejo de San Adriano. En el entorno se ven cabañas en praderías y vegetación diversa. Giro radical dirección noreste, subiendo fácilmente por vereda marcada entre matorral bajo y zonas herbosas hasta culminar en el PICO PLANTÓN (751-K. 4,35), señalado con vértice geodésico, original placa del Grupo de Montaña “El Pozobal”, belén de cumbres y pequeñas lápidas en recuerdo de varios montañeros. La cima es también el techo de la ruta, lo que nos permite amplias y bellas panorámicas, especialmente por el este: los Valles de Trubia y la Sierra del Aramo (1.791), con el pico Mostayal (1.312) rematando la misma en su extremo norte. A nuestros pies cara sur estamos viendo Castañedo del Monte y al suroeste a mayor altitud el pueblo de Linares más el Alto la Cruz (843).
Retrocedemos hasta el collado y, tras cruzar una portilla, tomamos la carretera (640-K. 4,95), con fuente en ese punto, que nos conduce en descenso hasta Castañedo (558-K. 6,1), lugar con caserío diseminado en ladera orientada al sur, formando un conjunto que aún mantiene cierto tipismo, sobre fondo de espléndido paisaje. Por esta zona posiblemente discurría uno de los ramales del antiguo Camín Real de la Mesa, descendiendo de Linares por Castañedo hacia Villanueva, para enlazar con el viejo itinerario del Puerto de Ventana.
Continuamos bajando por la carretera unos trescientos metros, donde nos incorporamos al GR 109 ASTURIAS INTERIOR (520-K. 6,4). Es una senda rumbo suroeste en descenso, que al cabo de 3,5 kilómetros nos lleva hasta Villanueva. El camino ahora está bien acondicionado, porque las zonas más complicadas en su día por el barro o desnivel están hormigonadas. Los primeros tramos discurren entre frondoso arbolado atravesando la garganta del reguero de Sabadía, a los pies cara este de la Sierra de la Pedrisca. Más abajo se despeja el terreno con hermosas panorámicas del valle, garganta de la ruta de las Xanas y peña Forcá (1.108) luciendo al fondo, extremo norte de la Sierra de Caranga.
Llegamos a Villanueva (167-K. 9,5), capital del concejo de Santo Adriano, atravesada por la popular SENDA DEL OSO, cuyo caserío se asienta a ambos márgenes de la ribera del Trubia. Testimonio de la importancia de esta localidad, como nudo de comunicaciones a los que antes aludíamos, es el puente medieval sobre el citado Trubia, uno de los mejores ejemplares con perfil alomado que existe en Asturias, tanto por su cuidada fábrica como excelente conservación, y sobre el que hay referencias explícitas de 1691 con motivo de grandes inundaciones.
Nos quedan seis kilómetros de andadura cómoda por terreno llano siguiendo la Senda del Oso, dirección norte, a través del bosque de ribera que arropa el cauce del río. En los últimos ochocientos metros abandonamos la senda, que continúa hacia Trubia y Fuso de la Reina, y seguiremos un ramal que nos deja en la carretera a Castañedo, a escasos metros del lavadero (73-K. 15,5) donde habíamos dejado el coche.
Ruta de recorrido medio y fácil, con acusado desnivel en el primer kilómetro y sostenible hasta el pico Plantón, que discurre en todo momento por pistas, sendas o senderos bien marcados. Es polémico el acceso a las cascadas y el nivel de dificultad asignado. Algunos senderistas que las recorren en su totalidad califican de difícil la ruta por las circunstancias ya apuntadas. Si seguimos el trazado de los paneles oficiales con paso sólo por las dos últimas, cosa que hicimos, el itinerario resulta muy llevadero. A destacar las panorámicas tanto a lo largo del trayecto como desde las zonas altas. Especial embrujo emana la falla donde encaja la cascada superior, un rincón con encanto en el centro de Asturias y gran desconocido para el público en general.
DATOS TÉCNICOS:
RECORRIDO: 15,5 k.
ALTURA MÁXIMA: 751 m.
ALTURA MÍNIMA: 73 m.
ASCENSO TOTAL: 762 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 4 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Junio de 2021.
El pueblo de SAN ANDRÉS (73) y su entorno se encuentran en la puerta de entrada de los Valles de Trubia con el río homónimo atravesando la población. El río Trubia está incluido en la Red Natura 2000 como zona de especial conservación. El bosque de ribera, que lo envuelve y que nosotros recorreremos en el tramo final siguiendo la Senda del Oso dirección norte, está dominado por los alisos, pudiéndose avistar aves como el mirlo acuático y la lavandera cascadeña. El lugar tiene una ermita dedicada a San Andrés y a la Virgen del Rosario.
Las CASCADAS DE BUANGA o GUANGA (345) son producto del arroyo homónimo que bordea el flanco occidental de la sierra del mismo nombre en el área suroriental del municipio moscón. Pero como cascadas forman parte de uno de los espacios naturales del concejo de Oviedo más desconocidos, aunque de gran valor histórico, cultural y medioambiental, junto a formaciones geológicas, fauna, flora y los distintos aprovechamientos tradicionales del monte. Se contabilizan hasta ocho, siendo la superior de fácil acceso, en contraste con las inferiores más escondidas, con pasos complicados y peligrosos.
El PICO PLANTÓN (751) es el techo de la Sierra de Buanga, ubicado en el extremo meridional de la misma, conformando un macizo de suave relieve con resaltes de roca cuarcítica, entre ellos el pico Bobia (659) en el centro, cubierto de matorral bajo con pradería intercalada en su alomada superficie y helechal a los pies de las faldas. El cordal es línea divisoria de los concejos de Grado, Santo Adriano y Oviedo.
Aparcamos el vehículo en el lavadero de San Andrés junto al río Trubia, cruce con la carretera que sube a Castañedo del Monte. Si quisiéramos visitar las ocho cascadas, tendríamos que caminar unos metros en dirección a esa aldea y girar a la derecha al lado de una casa, iniciando el ascenso por un camino estrecho y muy pindio con los inconvenientes ya apuntados. Otra opción sería llegar hasta la cascada superior por el itinerario marcado oficialmente e ir descendiendo por veredas resbaladizas no exentas de peligro.
Nosotros, siguiendo las continuas marcas bien definidas, caminamos unos metros dirección Trubia e inmediatamente tomamos una pista de hormigón a mano izquierda. Este camino nos lleva en subida poco después hasta un panel de FAPAS sobre la “Ruta del Oso” –no confundir con la Senda del Oso-, ruta que se solapa con nuestro itinerario hasta la encrucijada de la zona alta. El texto del cartel ofrece explicaciones sobre la presencia de ese mamífero en la zona para alimentarse de cerezas, manzanas o castañas.
“A medida que se asciende la pista se convierte en un sendero entre murias bien conservadas. A los lados predominan los castaños con múltiples pies jóvenes… Junto a ellos se podrán ver bosquetes de abedul y, a continuación, algunos castaños centenarios con tallo caborno (huecos)… Más arriba, se encuentra un pequeño rebollar. El rebollo es un tipo de roble que prefiere las laderas de solana con suelo ácido, condiciones que se dan en esta zona, donde abundan las cuarcitas y areniscas...”
Al cabo de un kilómetro de recorrido muy empinado en algunos tramos, 270 metros de desnivel, con la mirada vuelta al espléndido valle a nuestras espaldas, llegamos a una encrucijada, tupido bosque mixto de hayas, abedules, castaños y avellanos, a los pies base suroccidental de PEÑA EL CASTIELLO (396). “Su nombre se debe al lugar donde estuvo ubicado el castillo desde el cual el célebre Conde Gonzalo Peláez, en 1134, se encastilló a la espera de las tropas de Alfonso VII de León. Este rey se dirigía hacia este territorio en pos de evitar la rebelión que trataba de recuperar la soberanía del Reino de Asturias”.
En la encrucijada una señalización vertical marca la dirección a San Andrés, de donde venimos, a Perlavia hacia el noroeste y Cascada de Guanga, 200 metros al sur, que es la superior u octava contando desde abajo. Hacia ésta (345-K. 1,2), encajada en una falla del terreno, nos dirigimos por un ramal descendiendo ligeramente. Penetramos en un recinto mágico de cautivador hechizo con molino en ruinas en primer término y la cascada al fondo. Sorteando troncos caídos y mosaico de raíces desnudas por la erosión de las aguas nos acercamos al ancho y alto chorro chispeante. Sinfonía de luz, color y sonido con variada gama de contrastes cromáticos y multiformes irisaciones. Epatante espectáculo.
Fuera ya de la falla, damos unos pocos pasos por cómoda vereda en el sentido de la corriente, para entrever tras el ramaje la que sería séptima cascada en forma de caudalosa y concentrada torrentera, regresando seguidamente al centro de la encrucijada. Aquí abandonamos la ruta oficial (SAN ANDRÉS-CASCADAS DE GUANGA-PERLAVIA), cuyas marcas continúan hacia esta última población, punto final de la misma.
Desde el mismo cruce sale una senda rumbo suroeste, que seguimos arropados bajo la referida densa flora, para vadear poco después sin problema el arroyo de Buanga (360-K. 1,55), que en ese tramo discurre apaciblemente a través del valle moscón, donde se alternan camperas y arbolado con algún caserío habitado. A poco de cruzar el riachuelo cambia radicalmente el paisaje. La densa masa arbórea da paso al matorral, con predominio casi exclusivo de los helechos, por donde seguimos un sendero muy marcado, transitando durante más de dos kilómetros en ascenso sostenible a los pies de las faldas occidentales de la Sierra de Buanga.
Así llegamos al collado (655-K. 3,8), que separa los valles moscones de los del concejo de San Adriano. En el entorno se ven cabañas en praderías y vegetación diversa. Giro radical dirección noreste, subiendo fácilmente por vereda marcada entre matorral bajo y zonas herbosas hasta culminar en el PICO PLANTÓN (751-K. 4,35), señalado con vértice geodésico, original placa del Grupo de Montaña “El Pozobal”, belén de cumbres y pequeñas lápidas en recuerdo de varios montañeros. La cima es también el techo de la ruta, lo que nos permite amplias y bellas panorámicas, especialmente por el este: los Valles de Trubia y la Sierra del Aramo (1.791), con el pico Mostayal (1.312) rematando la misma en su extremo norte. A nuestros pies cara sur estamos viendo Castañedo del Monte y al suroeste a mayor altitud el pueblo de Linares más el Alto la Cruz (843).
Retrocedemos hasta el collado y, tras cruzar una portilla, tomamos la carretera (640-K. 4,95), con fuente en ese punto, que nos conduce en descenso hasta Castañedo (558-K. 6,1), lugar con caserío diseminado en ladera orientada al sur, formando un conjunto que aún mantiene cierto tipismo, sobre fondo de espléndido paisaje. Por esta zona posiblemente discurría uno de los ramales del antiguo Camín Real de la Mesa, descendiendo de Linares por Castañedo hacia Villanueva, para enlazar con el viejo itinerario del Puerto de Ventana.
Continuamos bajando por la carretera unos trescientos metros, donde nos incorporamos al GR 109 ASTURIAS INTERIOR (520-K. 6,4). Es una senda rumbo suroeste en descenso, que al cabo de 3,5 kilómetros nos lleva hasta Villanueva. El camino ahora está bien acondicionado, porque las zonas más complicadas en su día por el barro o desnivel están hormigonadas. Los primeros tramos discurren entre frondoso arbolado atravesando la garganta del reguero de Sabadía, a los pies cara este de la Sierra de la Pedrisca. Más abajo se despeja el terreno con hermosas panorámicas del valle, garganta de la ruta de las Xanas y peña Forcá (1.108) luciendo al fondo, extremo norte de la Sierra de Caranga.
Llegamos a Villanueva (167-K. 9,5), capital del concejo de Santo Adriano, atravesada por la popular SENDA DEL OSO, cuyo caserío se asienta a ambos márgenes de la ribera del Trubia. Testimonio de la importancia de esta localidad, como nudo de comunicaciones a los que antes aludíamos, es el puente medieval sobre el citado Trubia, uno de los mejores ejemplares con perfil alomado que existe en Asturias, tanto por su cuidada fábrica como excelente conservación, y sobre el que hay referencias explícitas de 1691 con motivo de grandes inundaciones.
Nos quedan seis kilómetros de andadura cómoda por terreno llano siguiendo la Senda del Oso, dirección norte, a través del bosque de ribera que arropa el cauce del río. En los últimos ochocientos metros abandonamos la senda, que continúa hacia Trubia y Fuso de la Reina, y seguiremos un ramal que nos deja en la carretera a Castañedo, a escasos metros del lavadero (73-K. 15,5) donde habíamos dejado el coche.
Ruta de recorrido medio y fácil, con acusado desnivel en el primer kilómetro y sostenible hasta el pico Plantón, que discurre en todo momento por pistas, sendas o senderos bien marcados. Es polémico el acceso a las cascadas y el nivel de dificultad asignado. Algunos senderistas que las recorren en su totalidad califican de difícil la ruta por las circunstancias ya apuntadas. Si seguimos el trazado de los paneles oficiales con paso sólo por las dos últimas, cosa que hicimos, el itinerario resulta muy llevadero. A destacar las panorámicas tanto a lo largo del trayecto como desde las zonas altas. Especial embrujo emana la falla donde encaja la cascada superior, un rincón con encanto en el centro de Asturias y gran desconocido para el público en general.
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Comments (2)
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Genial explicación, gracias por compartir.
Hola, andros. Muy agradecido por tu generoso comentario. Como siempre, un placer. Saludos.