San Cristóbal de los Oscos . Ruta del silencio

Ruta circular partiendo de San Cristóbal que nos adentra en bosques de robles, castaños, madroños salpicados por ríos y cascadas. Elegimos un día de Noviembre para asombrarnos con el Otoño en los Oscos. La verdad es que la estampa es magnífica. Según llegamos, el valle estaba sumido en un mar de nubes. Desde La ermita del pueblo, donde lucía un sol espléndido, gozamos de unas panorámicas para el recuerdo. Empezamos el descenso al valle donde cada vez nos adentrábamos más en el bosque y en esa niebla que lo envolvía. El entorno era mágico con el camino bajo la hoja caída y un sin fin de setas de todas clases. Alcanzamos el punto más bajo al vadear el río. Aunque iba con agua lo conseguimos pasar si muchas dificultades. Aquí nos encontramos con restos de corripas, antiguas construcciones donde almacenaban los erizos de las castañas. Empezamos a subir con una pendiente no muy alta pero si constante, por la que vamos abandonando el bosque. Así llegamos al pico de Balongo. Un alto en el camino para reponer fuerzas. A partir de aquí hasta el Brusquete nos encontramos con zonas empapadas de agua y algún paso complicado por bloque de piedras planas con verdín, que las hacían muy peligrosas por resbalón. Desde el Brusquete empezamos a descender de nuevo al valle, por fuertes pendientes, algunas de ellas con cuerdas laterales para evitar sustos de resbalones. Y así llegamos a las cascadas del Celon y del Picón. Nosotros no nos desviamos hacia la del Picón, ya que el terreno estaba en malísimo estado. El paso por el río en estos puntos se pasan por pasarela. Una vez pasada la última pasarela, nos toca vadear un riachuelo que hace de afluente. Trae mucha agua y es muy costoso de vadear, a través de alguna piedra muy resbaladiza. Ya solo nos queda ir ascendiendo hasta San Cristóbal, teniendo que vadear de nuevo un río con bastante agua.
La ruta es espectacular, y dependiendo de la época del año su dificultad será mayor o menor. En una época lluviosa y con mucha agua habrá tramos bastantes complicados, por el vadeo de ríos y pasos por planchas de piedras muy resbaladizas.