San Felipe

Comenzamos la ruta en el aparcamiento junto a la piscina natural de San Felipe, caminando hacia el oeste por el borde del mar, pero llegamos a un punto sin salida, por lo que tuvimos que retroceder unos cuantos metros, hasta alcanzar la carretera que va paralela al mar. Seguimos por asfalto, alejándonos de la costa, hasta el final de la carretera.

En ese punto comienza la subida por el camino histórico de San Felipe, que es un tramo empedrado muy bien acondicionado, que asciende hacia la autopista del norte. Casi llegando a los pilares de la autopista, se pasa junto a unas cuantas cuevas aborígenes, que están señalizadas con paneles informativos.

Tras cruzar por debajo la autopista, terminamos incorporándonos a su lateral, para atravesar un túnel de la autopista, de unos 300 metros, pero perfectamente separado del tráfico.

El camino continúa ascendiendo hasta llegar a la carretera GC-291, que hay que cruzar y continuar unos 50 metros hasta encontrar el inicio de una vereda que sube por la ladera. En algunos tramos, la vereda se pierde, pero no es demasiado complicado seguir el ascenso hasta alcanzar el grupo de casa que conforma el núcleo de El Gallego.

Un poco antes de llegar al núcleo, girando a la izquierda y subiendo por una loma de piedra, se llega al Tagoror (lugar de reunión de los aborígenes canarios) de El Gallego, donde se aprecian perfectamente sus asientos de piedra. En la parte alta del tagoror se disfruta de unas magníficas vistas de casi toda la costa norte de Gran Canaria, desde la montaña de Gáldar, hasta La Isleta en Las Palmas.

A partir de El Gallego, continuamos por la pista asfaltada que lo atraviesa, girando a la izquierda en la primera desviación, para buscar un sendero que nace en el margen derecho, 300 metros más adelante. Este sendero desciende en zigzag por la vertiente norte del barranco del Calabozo, pasando junto al muro de la presa de Valerón, para alcanzar de nuevo la GC-291. Este tramo tiene piedras sueltas y zonas de picón, por lo que es fácil resbalar.

Una vez en la carretera, podíamos haber girado a la izquierda, para llegar al Cenobio de Valerón y volver a San Felipe por el mismo camino, pero optamos por girar a la derecha, lo que nos obligó a recorrer otros dos kilómetros y medio sobre asfalto.

Cien metros después de atravesar el túnel de la carretera, a la izquierda, hay una pista de tierra, cerrada para el tráfico de vehículos, que termina llegando al fondo del barranco del Calabozo, donde empalma con otra pista que ya conduce directamente a San Felipe.

Una ruta muy interesante en su primera parte, por su contenido etnográfico y por los paisajes que se divisan. Sin embargo, una vez visitado el tagoror de El Gallego, el trayecto va perdiendo interés, por lo que puede ser preferible volver a San Felipe por el mismo camino o aprovechar para visitar el cercano Cenobio de Valerón.