San Isidro-Chorrera de las Sierpes-Robledo de las Hoyas (Fuencaliente)

Preciosa ruta otoñal que me lleva a transitar por uno de los robledales más extensos del sur de España, con la lluvia como compañía permanente (y a ratos la niebla), que le dan un aire mágico al entorno (de ambientes más norteños).

El inicio de la ruta es el área recreativa de San Isidro (junto a la ermita del mismo nombre), a la que llego por la N-420, unos kilómetros después de pasada la desviación a Fuencaliente -si se viene desde Córdoba-, concretamente un poco antes del pk 106.

En esta área hay un bosque de quejigos en torno a la ermita, cuyas hojas se secan en invierno, pero sin perderlas hasta prácticamente la salida de las nuevas hojas en la siguiente primavera (especie semicaducifolia o marcescente).

Tras cruzar el Arroyo del Azor por un puentecito, hay que pasar una puerta para adentrarnos en el Monte de utilidad pública “Arroyo del Azor”: la ruta tiene un acceso regulado, no pudiéndose realizar si es temporada de riesgo de incendio o hay alguna montería (conviene informarse previamente).

Sigo por un carril que atraviesa un pinar con grandes ejemplares, en dirección a la Chorrera de la Sierpes. Poco antes de llegar, el camino se estrecha en una bonita senda. La Chorrera por desgracia, tras la sequía padecida, viene seca, aunque el entorno merece la pena. La dejo a la derecha para seguir la indicación del Robledo de las Hoyas, continuando la senda en ascenso, que discurre un tramo por crestas cuarcíticas (donde abundan los enebros) y va remontando por el margen derecho del arroyo del Robledo de las Hoyas (coincidiendo con la canalización de manantiales de Fuencaliente). Se va encajonando por el barranco hasta cruzar al otro margen del arroyo y sigue aguas arriba hasta llegar a la caseta de captación de aguas. Aquí empieza el camino del robledo, un bellísimo recorrido que enlaza con el camino público. Continúo a la derecha durante poco más de 1 kilómetro para llegar hasta el centenario roble melojo conocido como “El Abuelo”, subiendo
primeramente hasta el Collado del Cañizal y luego bajando en los siguientes cruces de camino por el de la izquierda (atravesando el recorrido del gasoducto marcado con postes amarillos). Hay que recordar que el roble melojo (o rebollo) es un Quercus (nombre que le dieron los romanos a los robles en general -y por extensión a todos los árboles que producen bellota), vocablo de origen celta que significa “árbol hermoso”.

Desando el camino, para seguirlo sin
desviarme hasta la cancela del monte público y, pasada la misma, conecto con el Camino Real, que ladera abajo lleva de vuelta al área recreativa de San Isidro.