159. San Zadornil Metrópoli Verde ('afeitada' por 'fuerza mayor')
near San Zadornil, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 47 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 391 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hoy la ruta ‘se la jugaba’. Publicidad y parabienes, promoción y notoriedad, habían generado expectativas elevadas sobre sus alicientes. Con el listón tan alto, preparados íbamos para encarar y digerir una posible decepción sin frustración. ‘Por si acaso’.
Pero, en realidad, eso quedó enseguida muy en segundo plano. Las circunstancias allí, al poco de empezar, cambiaron totalmente nuestra perspectiva. Nos olvidamos de las expectativas. Nuestra atención se focalizó en cosas más tangibles; y también más vitales.
Debido a ello, en esta crónica corremos el riesgo de que todo se entremezcle: los preámbulos, la ruta en sí, sus aspectos sobresalientes, y las anécdotas. Intentaré mantenerlos separados, aunque no sé si aquí sirve el escalpelo. Todo se embarulló como un nudo gordiano.
Queríamos hacer esta ruta desde hacía tiempo. Por una u otra razón, se nos había ido quedando en la lista de espera, siendo (para nosotros) la lejanía el principal motivo . En el segundo día seguido sin lluvia en casi dos semanas, aprovechamos el resquicio.
Pedrigrí y buena prensa de la zona aparte, deseábamos darle una pequeña satisfacción a un ‘amigo virtual’. Como muestra de simpatía por su buen hacer describiendo las rutas con rigor matemático y con primor literario. También, sin duda, con dedicación de tiempo. Admirable.
La versión de la ruta cuyo trazado íbamos a seguir es suya. No obstante, para no causarle turbación mencionando su ‘alias’ en Wikiloc, y dado que de la ‘Metrópoli Verde’ en los montes de San Zadornil hay muchas variantes posibles, no le identificaré públicamente.
LA RUTA
A la localidad burgalesa de San Zadornil apenas hay otro modo de llegar que no sea entrando en Álava (tras salir de Burgos). Tal es su enrevesada ubicación. Sus montes ofrecen atractivas rutas senderistas y montañeras. Varias ramificaciones configuran la llamada ‘Metrópoli Verde’.
Elegimos uno de los recorridos populares. Pretendíamos llegar hasta la cumbre del Barrendón (si era posible), pasando primero por la Fuente del Coño (sic). Después bajaríamos por el Tejo de May, la Fuente del Casumbo, Membrulle, y vuelta a San Zadornil.
…Planes….
Las ‘circunstancias’ inesperadas sólo nos permitieron hacer el primero y el último cuarto de la ruta prevista, más algunos añadidos compensatorios. Así hasta completar 13 km (lo justo para ‘salvar los muebles’). Pero nos impidieron recorrer la parte intermedia; la más alta.
En el km 4,6, un cartel indicaba ‘Cacería_Prohibido el Paso’ (Jabalí). Giramos a la derecha (saliéndonos de la ruta prefijada) para alejarnos de la zona conflictiva. En el km 5,7 fuimos a dar con el trazado de descenso de esa ruta. Sin embargo, una cinta blanqui-roja (sin más indicación) cruzaba la pista de lado a lado.
Decididos a que no se nos arruinase la excursión, hicimos caso omiso (‘quién sabía por qué estaba allí la cinta’). Ascendimos hasta el km 6,4 por donde tendría que haber sido el descenso. Empezaron a oírse ladridos y pitidos; no lejanos. Así, con la ‘espada de Damocles’ encima, no era fácil disfrutar del precioso entorno.
Regresamos a la cinta (ahora, km 7,2). “Vamos a alejarnos más. Pero sin volvernos. Que no somos jabalíes”. En ese punto, pues, en lugar de coger el camino de bajada cabizbajos hacia el inicio, tomamos uno que faldeaba. En dirección contraria a donde un cazador nos había dicho que estaría la refriega. Distanciándonos más aún (…supuestamente).
No duró mucho nuestro sosiego. Sólo 500 metros (hasta el km 7,7). Los teníamos ya por arriba, en la ladera. “Pues sí que corren los jabalíes”. Regresamos a ‘la cinta’. No quedaba otra salida que el camino de descenso. Estábamos en el km 8,3. “No ha estado tan mal, ni tan escasa. Y aún tenemos por delante 5 km de paz. Ahora sí”.
…Pues no. En el km 9,5, ya bastante abajo, volvimos a oír no sólo pitidos, ladridos y gritos. También tiros. Cerca. “Pero si nos habían dicho que sería sólo ‘de allá para arriba’”. Y esa afirmación la habíamos oído ya muy arriba. “Comprendo que los jabalíes son un poco laxos con la gramática y la geometría, pero…”.
Vimos en la guía de la ruta que, 300 metros por delante, el trazado hacía un ángulo de casi 180 grados en sentido contrario a la vorágine que nos acompañaba. “Corre, corre. Hasta allí. Y agacha la cabeza. Y atenta si ves algún jabalí herido. Y vete seleccionando constantemente árboles cercanos detrás de los que puedas resguardarte”.
Así fue, literalmente. ‘De película’.
Conseguimos llegar indemnes al km 9,8. “¡Uuufff! ¡Logrado! Respira”. Seguíamos oyendo la gresca, pero parecía ir quedando detrás. Aún tuvimos 3 km de disfrute, ahora calmado, hasta San Zadornil. Nada nos impidió después añadir casi 1 km más, callejeándolo.
DESTACADO
La ‘guerra’ en el ‘paraíso’:
Lo más destacado de la ruta fue, en realidad, algo no consustancial a ella: la experiencia de la cacería. Lo admito, fue emocionante. Y lo fue más, precisamente, porque no somos personas osadas (ni imprudentes).
Habríamos preferido ir contemplando el bello entorno en calma. Pero no sufrimos. Sólo vivimos un par de largas horas en tensión controlada, buscando evitar daños y, a la vez, recreándonos en la naturaleza. Curiosa y excitante combinación.
Mas, ¡qué son dos horas comparadas con los días, los meses… que podremos rejuvenecernos con el recuerdo de esa aventura!
El resistente ocaso otoñal:
También transitorio, pero más duradero, el otoño, ya en su ocaso, aún ofrecía estampas que alegraban la vista.
Los colosales castaños habían perdido sus enormes hojas aserradas, con dientes agudos. Ahora alfombraban las orillas de los caminos y tapaban las cunetas. Pero a las hayas aún les quedaba parte de su carga y su vistoso colorido entre amarillo y cobrizo.
No he visto con frecuencia a las hayas entremezcladas con otras especies de árboles. Les gusta tener su espacio propio. En este caso, en cambio, lo compartían sin remilgos con los pinos o los castaños. En las zonas altas sí colonizaban amplias extensiones en exclusiva.
El pueblo y ‘agur’:
Para aumentar la variedad al final, nos dimos una vuelta por San Zadornil. Pequeño y reconcentrado. Agrada pasear por sus estrechas calles, entre sus casas de piedra.
Destaca muy especialmente la elegante torre de su iglesia románica. Apretada de espacio, como todo lo demás, hay que fotografiarla por partes.
En las afueras del pueblo, cruzando el río en dirección sur, se conserva un antiguo molino de agua, con sus mecanismos a la vista. Interesante.
Un perro de considerable tamaño se nos acercó. Parecía noble y tranquilo. Sólo mostraba curiosidad. Pero el dueño, educado, le llamó por su nombre y le dijo ‘¡quieto!’. Intercambiamos unas palabras. Todo hasta aquí en castellano. Le dijimos ‘adiós’. Nos dijo ‘agur’. No nos sorprendió.
¿Expectativas satisfechas?
La ruta, en sus muchas ramificaciones y puntos de interés, está muy bien señalizada, incluso con letreros en postes. Es digno de elogio ese trabajo informativo. En ese sentido, entre las mejores rutas realizadas.
Es una delicia para el caminante (al igual que otras muchas por estas inmensas tierras, aunque tengan menos ‘renombre’). Además, el terreno de los caminos se mantiene en buen estado, incluso después de las lluvias.
Mi valoración de las bondades de la ruta está limitada por dos factores:
Primero, sólo pudimos ver una parte. Ésta, dentro de su indudable atractivo, nos pareció relativamente homogénea, sin grandes contrastes. De haber podido ir aún más arriba, imagino que habríamos encontrado más variedad.
Segundo, la experiencia de la cacería eclipsó en parte lo demás. No es que nos impidiera degustarlo. Incluso, probablemente, dado el estado emocional generado, se amplificase nuestra percepción de la belleza del entorno; por oposición. No sé.
ANÉCDOTA
Prácticamente toda la ruta fue una anécdota. Resulta difícil deslindar ruta y anécdota desde km 3,5 (allí, un cazador amable, que subía en un todo-terreno, nos avisó de la zona de caza) hasta el 10,5 (allí, la contienda pareció quedarnos detrás, definitivamente).
Y no es que no fuéramos previsores. El día antes habíamos indagado en internet sobre posibles batidas de caza en la zona. Nada vimos. Más aun, por si acaso, teníamos dos rutas cercanas en la ‘recámara’, como alternativas.
Pero llevábamos ya una hora de camino cuando nos topamos con el cartel…. ¿Volver al inicio, desplazarse a otro punto, y comenzar una nueva ruta (y sin saber si…)?
Por resumir: nos fuimos quedando ‘sin tierra’ bajo nuestros pies. No nos quedó otro remedio sino el de ‘afeitar’ la ruta.
(a) Habíamos entendido al cazador que la batida ocurriría en la zona del Barrendón, en las cumbres. Nos dijimos entonces: “Bueno, no importa, hemos leído que el acceso allí es bastante selvático. Así que llegamos hasta el collado de la chabola y giramos”.
…Camino cerrado por la señal.
(b) …“Vale, pues nos metemos por la ‘puerta trasera’ (‘subiendo por la bajada’, por donde la cinta)”. La cinta fue sobrepasada sin problemas, pero la ‘espada de Damocles’ esperaba arriba…. “Bien, vamos a la derecha, alejémonos”.
…Pero ni así.
(c) …“Pues entonces para abajo, aunque un poco de lado”. Nada de trucos. O abajo, pero bien abajo, o nada. Y gracias. A pesar de todo, salimos contentos. (Y de una pieza). Experiencia memorable. Doscientos km de carretera rentabilizados.
…Ni una palabra crítica o quejumbrosa.
Sinceramente, y a riesgo de equivocarme, creo que ‘se les fue de las manos’. Comprensible: El monte no tenía puertas. Aunque quieras arrinconar a los jabalíes hacia arriba, ellos saben que no tienen alas; que, llegados a una cresta rocosa, tienen que tirar de lado y/o bajar.
Confío en que, entre tanta balacera y polvareda sonora, el personal propio y ajeno saliera ileso. No éramos los únicos ‘extraños’, aunque sí los más madrugadores. Algunas voces de caminantes oímos, ya muy abajo.
Sólo nos cruzamos con tres jóvenes que iban hacia el centro del ‘volcán’. Les dimos el parte de incidencias. Ellos habían pasado antes por la Casa del Parque. Les dijeron que la zona de la batida estaría más a la izquierda y más arriba.
“¡Já! Los jabalíes, ya se sabe cómo son…. Cabezotas…. Sólo miran por ‘lo suyo’. La derecha y la izquierda les traen sin cuidado”.
RUTAS CERCANAS
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-bozoo-al-pico-recuenco-82136444
No lejos, pero en el lado sur de la barrera de los montes de San Zadornil:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ranera-106799092
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fortaleza-de-tedeja-y-ribera-del-ebro-desde-trespaderne-117606019
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 47 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 391 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hoy la ruta ‘se la jugaba’. Publicidad y parabienes, promoción y notoriedad, habían generado expectativas elevadas sobre sus alicientes. Con el listón tan alto, preparados íbamos para encarar y digerir una posible decepción sin frustración. ‘Por si acaso’.
Pero, en realidad, eso quedó enseguida muy en segundo plano. Las circunstancias allí, al poco de empezar, cambiaron totalmente nuestra perspectiva. Nos olvidamos de las expectativas. Nuestra atención se focalizó en cosas más tangibles; y también más vitales.
Debido a ello, en esta crónica corremos el riesgo de que todo se entremezcle: los preámbulos, la ruta en sí, sus aspectos sobresalientes, y las anécdotas. Intentaré mantenerlos separados, aunque no sé si aquí sirve el escalpelo. Todo se embarulló como un nudo gordiano.
Queríamos hacer esta ruta desde hacía tiempo. Por una u otra razón, se nos había ido quedando en la lista de espera, siendo (para nosotros) la lejanía el principal motivo . En el segundo día seguido sin lluvia en casi dos semanas, aprovechamos el resquicio.
Pedrigrí y buena prensa de la zona aparte, deseábamos darle una pequeña satisfacción a un ‘amigo virtual’. Como muestra de simpatía por su buen hacer describiendo las rutas con rigor matemático y con primor literario. También, sin duda, con dedicación de tiempo. Admirable.
La versión de la ruta cuyo trazado íbamos a seguir es suya. No obstante, para no causarle turbación mencionando su ‘alias’ en Wikiloc, y dado que de la ‘Metrópoli Verde’ en los montes de San Zadornil hay muchas variantes posibles, no le identificaré públicamente.
LA RUTA
A la localidad burgalesa de San Zadornil apenas hay otro modo de llegar que no sea entrando en Álava (tras salir de Burgos). Tal es su enrevesada ubicación. Sus montes ofrecen atractivas rutas senderistas y montañeras. Varias ramificaciones configuran la llamada ‘Metrópoli Verde’.
Elegimos uno de los recorridos populares. Pretendíamos llegar hasta la cumbre del Barrendón (si era posible), pasando primero por la Fuente del Coño (sic). Después bajaríamos por el Tejo de May, la Fuente del Casumbo, Membrulle, y vuelta a San Zadornil.
…Planes….
Las ‘circunstancias’ inesperadas sólo nos permitieron hacer el primero y el último cuarto de la ruta prevista, más algunos añadidos compensatorios. Así hasta completar 13 km (lo justo para ‘salvar los muebles’). Pero nos impidieron recorrer la parte intermedia; la más alta.
En el km 4,6, un cartel indicaba ‘Cacería_Prohibido el Paso’ (Jabalí). Giramos a la derecha (saliéndonos de la ruta prefijada) para alejarnos de la zona conflictiva. En el km 5,7 fuimos a dar con el trazado de descenso de esa ruta. Sin embargo, una cinta blanqui-roja (sin más indicación) cruzaba la pista de lado a lado.
Decididos a que no se nos arruinase la excursión, hicimos caso omiso (‘quién sabía por qué estaba allí la cinta’). Ascendimos hasta el km 6,4 por donde tendría que haber sido el descenso. Empezaron a oírse ladridos y pitidos; no lejanos. Así, con la ‘espada de Damocles’ encima, no era fácil disfrutar del precioso entorno.
Regresamos a la cinta (ahora, km 7,2). “Vamos a alejarnos más. Pero sin volvernos. Que no somos jabalíes”. En ese punto, pues, en lugar de coger el camino de bajada cabizbajos hacia el inicio, tomamos uno que faldeaba. En dirección contraria a donde un cazador nos había dicho que estaría la refriega. Distanciándonos más aún (…supuestamente).
No duró mucho nuestro sosiego. Sólo 500 metros (hasta el km 7,7). Los teníamos ya por arriba, en la ladera. “Pues sí que corren los jabalíes”. Regresamos a ‘la cinta’. No quedaba otra salida que el camino de descenso. Estábamos en el km 8,3. “No ha estado tan mal, ni tan escasa. Y aún tenemos por delante 5 km de paz. Ahora sí”.
…Pues no. En el km 9,5, ya bastante abajo, volvimos a oír no sólo pitidos, ladridos y gritos. También tiros. Cerca. “Pero si nos habían dicho que sería sólo ‘de allá para arriba’”. Y esa afirmación la habíamos oído ya muy arriba. “Comprendo que los jabalíes son un poco laxos con la gramática y la geometría, pero…”.
Vimos en la guía de la ruta que, 300 metros por delante, el trazado hacía un ángulo de casi 180 grados en sentido contrario a la vorágine que nos acompañaba. “Corre, corre. Hasta allí. Y agacha la cabeza. Y atenta si ves algún jabalí herido. Y vete seleccionando constantemente árboles cercanos detrás de los que puedas resguardarte”.
Así fue, literalmente. ‘De película’.
Conseguimos llegar indemnes al km 9,8. “¡Uuufff! ¡Logrado! Respira”. Seguíamos oyendo la gresca, pero parecía ir quedando detrás. Aún tuvimos 3 km de disfrute, ahora calmado, hasta San Zadornil. Nada nos impidió después añadir casi 1 km más, callejeándolo.
DESTACADO
La ‘guerra’ en el ‘paraíso’:
Lo más destacado de la ruta fue, en realidad, algo no consustancial a ella: la experiencia de la cacería. Lo admito, fue emocionante. Y lo fue más, precisamente, porque no somos personas osadas (ni imprudentes).
Habríamos preferido ir contemplando el bello entorno en calma. Pero no sufrimos. Sólo vivimos un par de largas horas en tensión controlada, buscando evitar daños y, a la vez, recreándonos en la naturaleza. Curiosa y excitante combinación.
Mas, ¡qué son dos horas comparadas con los días, los meses… que podremos rejuvenecernos con el recuerdo de esa aventura!
El resistente ocaso otoñal:
También transitorio, pero más duradero, el otoño, ya en su ocaso, aún ofrecía estampas que alegraban la vista.
Los colosales castaños habían perdido sus enormes hojas aserradas, con dientes agudos. Ahora alfombraban las orillas de los caminos y tapaban las cunetas. Pero a las hayas aún les quedaba parte de su carga y su vistoso colorido entre amarillo y cobrizo.
No he visto con frecuencia a las hayas entremezcladas con otras especies de árboles. Les gusta tener su espacio propio. En este caso, en cambio, lo compartían sin remilgos con los pinos o los castaños. En las zonas altas sí colonizaban amplias extensiones en exclusiva.
El pueblo y ‘agur’:
Para aumentar la variedad al final, nos dimos una vuelta por San Zadornil. Pequeño y reconcentrado. Agrada pasear por sus estrechas calles, entre sus casas de piedra.
Destaca muy especialmente la elegante torre de su iglesia románica. Apretada de espacio, como todo lo demás, hay que fotografiarla por partes.
En las afueras del pueblo, cruzando el río en dirección sur, se conserva un antiguo molino de agua, con sus mecanismos a la vista. Interesante.
Un perro de considerable tamaño se nos acercó. Parecía noble y tranquilo. Sólo mostraba curiosidad. Pero el dueño, educado, le llamó por su nombre y le dijo ‘¡quieto!’. Intercambiamos unas palabras. Todo hasta aquí en castellano. Le dijimos ‘adiós’. Nos dijo ‘agur’. No nos sorprendió.
¿Expectativas satisfechas?
La ruta, en sus muchas ramificaciones y puntos de interés, está muy bien señalizada, incluso con letreros en postes. Es digno de elogio ese trabajo informativo. En ese sentido, entre las mejores rutas realizadas.
Es una delicia para el caminante (al igual que otras muchas por estas inmensas tierras, aunque tengan menos ‘renombre’). Además, el terreno de los caminos se mantiene en buen estado, incluso después de las lluvias.
Mi valoración de las bondades de la ruta está limitada por dos factores:
Primero, sólo pudimos ver una parte. Ésta, dentro de su indudable atractivo, nos pareció relativamente homogénea, sin grandes contrastes. De haber podido ir aún más arriba, imagino que habríamos encontrado más variedad.
Segundo, la experiencia de la cacería eclipsó en parte lo demás. No es que nos impidiera degustarlo. Incluso, probablemente, dado el estado emocional generado, se amplificase nuestra percepción de la belleza del entorno; por oposición. No sé.
ANÉCDOTA
Prácticamente toda la ruta fue una anécdota. Resulta difícil deslindar ruta y anécdota desde km 3,5 (allí, un cazador amable, que subía en un todo-terreno, nos avisó de la zona de caza) hasta el 10,5 (allí, la contienda pareció quedarnos detrás, definitivamente).
Y no es que no fuéramos previsores. El día antes habíamos indagado en internet sobre posibles batidas de caza en la zona. Nada vimos. Más aun, por si acaso, teníamos dos rutas cercanas en la ‘recámara’, como alternativas.
Pero llevábamos ya una hora de camino cuando nos topamos con el cartel…. ¿Volver al inicio, desplazarse a otro punto, y comenzar una nueva ruta (y sin saber si…)?
Por resumir: nos fuimos quedando ‘sin tierra’ bajo nuestros pies. No nos quedó otro remedio sino el de ‘afeitar’ la ruta.
(a) Habíamos entendido al cazador que la batida ocurriría en la zona del Barrendón, en las cumbres. Nos dijimos entonces: “Bueno, no importa, hemos leído que el acceso allí es bastante selvático. Así que llegamos hasta el collado de la chabola y giramos”.
…Camino cerrado por la señal.
(b) …“Vale, pues nos metemos por la ‘puerta trasera’ (‘subiendo por la bajada’, por donde la cinta)”. La cinta fue sobrepasada sin problemas, pero la ‘espada de Damocles’ esperaba arriba…. “Bien, vamos a la derecha, alejémonos”.
…Pero ni así.
(c) …“Pues entonces para abajo, aunque un poco de lado”. Nada de trucos. O abajo, pero bien abajo, o nada. Y gracias. A pesar de todo, salimos contentos. (Y de una pieza). Experiencia memorable. Doscientos km de carretera rentabilizados.
…Ni una palabra crítica o quejumbrosa.
Sinceramente, y a riesgo de equivocarme, creo que ‘se les fue de las manos’. Comprensible: El monte no tenía puertas. Aunque quieras arrinconar a los jabalíes hacia arriba, ellos saben que no tienen alas; que, llegados a una cresta rocosa, tienen que tirar de lado y/o bajar.
Confío en que, entre tanta balacera y polvareda sonora, el personal propio y ajeno saliera ileso. No éramos los únicos ‘extraños’, aunque sí los más madrugadores. Algunas voces de caminantes oímos, ya muy abajo.
Sólo nos cruzamos con tres jóvenes que iban hacia el centro del ‘volcán’. Les dimos el parte de incidencias. Ellos habían pasado antes por la Casa del Parque. Les dijeron que la zona de la batida estaría más a la izquierda y más arriba.
“¡Já! Los jabalíes, ya se sabe cómo son…. Cabezotas…. Sólo miran por ‘lo suyo’. La derecha y la izquierda les traen sin cuidado”.
RUTAS CERCANAS
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-bozoo-al-pico-recuenco-82136444
No lejos, pero en el lado sur de la barrera de los montes de San Zadornil:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ranera-106799092
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fortaleza-de-tedeja-y-ribera-del-ebro-desde-trespaderne-117606019
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Comments (5)
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La Metrópoli Verde....me quedo con la intriga de quien es ese amigo virtual
Para nosotros también es una zona a la que le tenemos muchas ganas pero que nos pilla muy lejos de donde vivimos
😊😇 Hola, MiraBurgos. Sí, está lejos, pero las tenemos tan interesantes (o más) más cerca. A ti debe quedarte ya poco sin explorar....
Puuuffff me queda mucho mucho por ver.....entre otras una tuya de Barbadillo de Herreros
Las alambradas, las garrapatas y las batidas son los demonios de senderistas y montañeros. Como tú maisid, nosotros ayer mismo tuvimos que "afeitar" una de las cimas previstas porque en esa zona estaban a la caza del jabalí. Y ellos llevan certeras escopetas; nosotros solo bastones.
Un saludo maisid, y más suerte en futuras rutas
A un lugar con tanta placidez, la balacera le añadió tensión emocional. No estuvo nada mal, aunque quizá fue excesivo el contrapunto. En la (larga) temporada de caza se acumulan bastantes experiencias ruteras desvirtuadas por ese motivo. Seguiré(mos) contando con la ilusión de un 'ángel de la guarda'....
Que podamos seguir contándolo. Un saludo, luis.itxina.