Sanjuanista R1E1 El Centenillo-La Carolina (por El Guindo)

El Centenillo: Iniciamos nuestro camino en la Corredera, antiguo centro neurálgico del poblado minero. Nos dirigimos hacia la plaza de la Iglesia pasando por aún conservadas casas coloniales. En la plaza, dejamos a la izquierda la antígua morada del cura y la farmacia en la esquina y ascendemos pasando entre el viejo hospital a la izquierda, ahora casa de retiro de la congregación de las Esclavas, y el cuartel de la Benemérita, ahora convertido en alojamiento rural. Comenzamos un intenso descenso que nos llevará por terrenos del filón norte, pasando cerca del pozo Rancheros y rozando la carretera algo más abajo. Continuamos perdiendo metros por el viejo camino a La Carolina, transitando por un bonito bosque. Más adelante confluimos con un amplio camino que nos sale por la derecha y que nos saca a la carretera que se dirige a La Carolina en la base del cerro de la Cuna. Caminamos con precaución por el asfalto entre trincheras abiertas a pico y martillo, restos mineros a uno y otro lado y la puerta de entrada de alguna importante finca ganadera de Sierra Morena, todo ello sin parar el descenso que iniciamos en el punto de partida. En una larga recta, avistamos pronto el puente de la Pasada del Castaño, localmente conocido como puente del río Los Curas que bien merece una parada para contemplar el frondoso bosque de ribera que lo abraza.

Parada y resuello que nos hará falta para iniciar el primer acenso, una endiablada subida hasta el collado del poblado minero de El Guindo, donde se ubica el camino de acceso y algunas alegorías al esplendoroso pasado minero de la zona. Podemos organizar una visita al poblado hasta la boca del pozo principal, que nos demoraría entre ida y vuelta unos 90 minutos, o continuar, ahora de nuevo por un incesante descenso, sin dejar de extremar el cuidado al transitar por carretera, poco transitada, pero carretera estrecha, de montaña con curvas peligrosas y poco o ningún arcén. A la salida del poblado, en una curva a izquierdas, se inicia un importante desnivel que anuncia la conocida como cuesta del ancla 3. Terminada esta, el camino torna más horizontal pero continua descendiendo buscando el cauce del río de La Campana. Pasaremos un puente de un arroyo subsidiario de este y andaremos atentos ya que pronto abandonaremos el asfalto para tomar la vía pecuaria. Identificaremos tal circunstancia porque, por la izquierda, se abre un camino y, por la derecha, el quitamiedos de la carretera deja un hueco para el paso del ganado. Aquí dejaremos el asfalto transitoriamente y caminaremos por senda de transhumancia, pasaremos el vado de dos arroyos menores y, por fin, alcanzamos el de la confluencia del río de La Campana con el río Renegadero. Tras cruzarlo, lo seguiremos por su margen derecha hasta alcanzar el puente de los cinco ojos, localizado donde se entrecruzan la vía pecuaria y el camino del contadero, el cual tomaremos cruzándolo y tomando el camino asfaltado que nos llevará en otro arreón ascendente a La Peñuela. Este puente, de claro origen medieval y posible reminiscencias romanas se propone como paso del frailecico a su primera posada andaluza, el convento de La Peñuela. Desconocemos si en aquella época paso y pudo refrescarse en la conocida, desde que estuvo por estos pagos, como fuente de San Juan de la Cruz, a un tiro de piedra de la ermita, primitivo oratorio de la comunidad carmelita reformada, que nos saldrá al paso para indicarnos que podemos dar por concluida la etapa.