SANSILVESTRESENDA 2016 CARTAGENA
near Ciudad Jardín, Murcia (España)
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Itinerary description
“SANSILVESTRESENDA 2016”.- LOS JUNCOS, CALVARIO, SAN JULIÁN, TRINCABOTIJAS, CORTINA, FARO LA CURRA, DÁRSENA DE SANTIAGO, PUERTO, GALERAS, FAJARDO, LA PODADERA, ALGAMECA CHICA, LOS JUNCOS, 2016-12-31, 30,0 Km. 6 horas 54 minutos, +739 m. -763 m.
6:15 horas, Los Juncos. Por delante 30 kilómetros a recorrer, la ascensión de más de 700 metros y la inmensa satisfacción de transitar todos los montes que abrigan nuestro natural puerto, nuestra bahía de culturas, posiblemente uno de los fondeaderos naturales más bellos del mundo. Antes del alba, atravesamos el pescador barrio de Santa Lucía y nos elevamos al Monte de San Juan, desde donde, con las luces prendidas de nuestra ciudad, distinguíamos la ensenada y la bocana de nuestro puerto.
Al pasar por el Campo Santo de Los Remedios, paradójico nombre, un autobús permanecía arrancado, con las luces del interior encendidas y ni un vivo dentro. Serán las Ánimas Benditas que se van de excursión, comentó Vicente. Noche obscura en El Calvario. Las linternas de un gato nos miraban extrañadas. Por el norte nuestra ciudad prendida, por el sur, un amasijo de depósitos, tuberías e infinidad de lámparas luciendo, lanzaban al cielo columnas de humo, algunas no de vapor de agua. Pasamos al monte de San Julián; primeras claras del día y la bocana con sus dos faros, la dársena y el mar de Mandarache, preciosos.
Bajamos a Trincabotijas y atravesamos Cala Cortina, retratamos a Santa Florentina, San Isidoro y extasiándonos con nuestro puerto visitamos San Leandro, batería que obligó al Castillo de Olite a ponerse en la línea de fuego de La Parajola, según reza en una placa de su entrada. El agua en San Pedro sedosa. Recorrimos el muelle de La Curra y llegamos hasta su faro, el verde, el del este. También están adecentándolo. A la Dársena de Santiago, el Apóstol, llegamos con buen ritmo, donde tomamos un tentempié.
Pateamos el cantil de nuestro muelle, de este a oeste, y, junto al museo de nuestro insigne marino, doblamos hacia el norte para pasar junto a las puertas del Arsenal, llegar hasta el final de la Real calle y por el puente de La Concepción girar nuevamente al sur para junto a la Muralla del Constructor seguir la Rambla de Benipila hasta la puerta del Astillero, la antigua Bazán, hoy Navantia. Iniciamos la subida al Monte Galeras para, por un sinuoso camino, llegar hasta el Balcón del Puerto. Orgasmo de retinas.
Por nuestros pasos bajamos del castillo para girar al sur y, tras admirar el segundo Belén que he visto este año en el monte, llegar a la desvalijada batería de San Fulgencio. Subimos al Coto de la Podadera, pasamos junto al cuartel y batería de Fajardo y bajamos a la batería de igual nombre que el coto dicho. Nos posicionamos por encima del Cuartel y torre de Navidad, para admirar el faro rojo, el del oeste, recientemente embellecido.
Nos restaba, en dirección oeste, atravesar la Algameca Chica, el Liang Shang Po cartagenero, y, desde la desembocadura de Benipila, acompañar a la rambla hasta el Cartagonova, para dirigirnos, cómo no, a restablecer nuestros ejercitados cuerpos practicando el culto a la rubia, con la satisfacción del deber cumplido. Que el Todopoderoso nos dé salud y fuerzas para afrontar la 6ª edición de esta tradicional senda, en 2017.
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6:15 horas, Los Juncos. Por delante 30 kilómetros a recorrer, la ascensión de más de 700 metros y la inmensa satisfacción de transitar todos los montes que abrigan nuestro natural puerto, nuestra bahía de culturas, posiblemente uno de los fondeaderos naturales más bellos del mundo. Antes del alba, atravesamos el pescador barrio de Santa Lucía y nos elevamos al Monte de San Juan, desde donde, con las luces prendidas de nuestra ciudad, distinguíamos la ensenada y la bocana de nuestro puerto.
Al pasar por el Campo Santo de Los Remedios, paradójico nombre, un autobús permanecía arrancado, con las luces del interior encendidas y ni un vivo dentro. Serán las Ánimas Benditas que se van de excursión, comentó Vicente. Noche obscura en El Calvario. Las linternas de un gato nos miraban extrañadas. Por el norte nuestra ciudad prendida, por el sur, un amasijo de depósitos, tuberías e infinidad de lámparas luciendo, lanzaban al cielo columnas de humo, algunas no de vapor de agua. Pasamos al monte de San Julián; primeras claras del día y la bocana con sus dos faros, la dársena y el mar de Mandarache, preciosos.
Bajamos a Trincabotijas y atravesamos Cala Cortina, retratamos a Santa Florentina, San Isidoro y extasiándonos con nuestro puerto visitamos San Leandro, batería que obligó al Castillo de Olite a ponerse en la línea de fuego de La Parajola, según reza en una placa de su entrada. El agua en San Pedro sedosa. Recorrimos el muelle de La Curra y llegamos hasta su faro, el verde, el del este. También están adecentándolo. A la Dársena de Santiago, el Apóstol, llegamos con buen ritmo, donde tomamos un tentempié.
Pateamos el cantil de nuestro muelle, de este a oeste, y, junto al museo de nuestro insigne marino, doblamos hacia el norte para pasar junto a las puertas del Arsenal, llegar hasta el final de la Real calle y por el puente de La Concepción girar nuevamente al sur para junto a la Muralla del Constructor seguir la Rambla de Benipila hasta la puerta del Astillero, la antigua Bazán, hoy Navantia. Iniciamos la subida al Monte Galeras para, por un sinuoso camino, llegar hasta el Balcón del Puerto. Orgasmo de retinas.
Por nuestros pasos bajamos del castillo para girar al sur y, tras admirar el segundo Belén que he visto este año en el monte, llegar a la desvalijada batería de San Fulgencio. Subimos al Coto de la Podadera, pasamos junto al cuartel y batería de Fajardo y bajamos a la batería de igual nombre que el coto dicho. Nos posicionamos por encima del Cuartel y torre de Navidad, para admirar el faro rojo, el del oeste, recientemente embellecido.
Nos restaba, en dirección oeste, atravesar la Algameca Chica, el Liang Shang Po cartagenero, y, desde la desembocadura de Benipila, acompañar a la rambla hasta el Cartagonova, para dirigirnos, cómo no, a restablecer nuestros ejercitados cuerpos practicando el culto a la rubia, con la satisfacción del deber cumplido. Que el Todopoderoso nos dé salud y fuerzas para afrontar la 6ª edición de esta tradicional senda, en 2017.
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