Sant Cugat-Barcelona pasando por el parque Tibidabo

Nuestra visión de la ruta

Esta es una ruta bastante sencilla, muy transitada por numerosos caminantes y otros deportistas, que discurre entre Sant Cugat y Barcelona. La mayor parte de ella transcurre por un camino bastante amplio y sin dificultades por lo que puede ser disfrutada en familia sin problemas.

Durante el camino podremos dejarnos seducir por la belleza de la flora del lugar y algunas de las vistas más bonitas de la ciudad de Barcelona y de Sant Cugat. Además permite ser realizada en unas 6 horas, posiblemente mucho menos, dependiendo de la tranquilidad con la que nos guste andar y deleitarnos con el camino.


El lugar

La ruta atraviesa el Parque Natural de la Sierra de Collserola. La sierra de Collserola se alza como atalaya en medio del área metropolitana de Barcelona. Un magnífico macizo, cercano, familiar y valioso. Un privilegio para la gran población que vive a su alrededor. Más de 8.000 ha de espacio natural protegido, donde predominan los espacios forestales pero con una variedad de formaciones vegetales que le confieren una valiosa diversidad biológica. (Más info: http://www.parcnaturalcollserola.cat/es)

La ruta

Comenzamos en la parada del Volpelleres, desde donde atravesaremos el municipio de San Cugat del Vallés hasta el punto donde parte el sendero.

Hacia el siglo IV, en el lugar donde hoy se encuentra el monasterio de San Cugat del Vallés, ya se encontraba una fortaleza romana, posteriormente conocida como Castrum Octavianum, que protegía el cruce de la Vía Augusta con la vía de Egara (Tarrasa) a Barcino (Barcelona). La tradición cristiana sitúa en este lugar donde, en el año 313 fue martirizado Cucuphas (Cucufato, Cugat en catalán), venido de África para predicar la fe cristiana en territorio romano. La construcción del monasterio en el siglo IX contribuyó al crecimiento del pueblo durante la edad media. A principios del siglo XX, la llegada de los ferrocarriles de Cataluña (en 1917) indujo que el pueblo cambiara su carácter rural por uno más urbano y estival, con la creación de varios núcleos de casas de veraneo. Durante la República, entre 1936 y 1939 el nombre oficial de la población fue Pins del Vallés.

Aquí hay que hacer una visita obligatoria al monasterio de San Cugat del Vallés, una antigua abadía benedictina construida entre los siglos IX y XIV que destaca por su notable claustro. Fue el monasterio de mayor importancia de todo el condado de Barcelona y declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 1931.

Una vez atravesado el municipio encontramos nuestro sendero. Tras avanzar unos pocos minutos nos encontramos con el Pino de Xandro, Pino piñonero (Pinus pinea) de unos 23 metros de altura, con un perímetro de tronco de 3,20 metros, una copa de 21 metros de diámetro y más de 230 años. La estructura que rodea el pino, se remonta al año 1997, cuando el árbol sufrió una agresión vandálica realizándole cortes en la corteza. La profundidad de éstos, hizo que las heridas fueran importantes y que hubiera que tomar medidas para salvarlo.

Tras las posibles fotos, continuamos nuestro camino durante un buen rato hasta encontrarnos con un desvío hacia la izquierda que nos llevará hasta Ermita de sant Adjutori. Construcción románica del siglo X, con reformas y ampliaciones de los siglos XII, XVI y XVII.

Documentada en el año 986, figura como posesión del monasterio de Sant Cugat, con la antigua denominación de Santa María de Gausac. Había sido una de las parroquias de la población de Sant Cugat.

La ermita forma parte de un reducido grupo de capillas con planta circular sin ábside, cubierta con una bóveda semiesférica. Tiene una ventana con arco de piedra tallada, el resto de piedras de su construcción están sin desbastar. La parte de poniente, donde debía haber una puerta, ha sido reconstruida. En el monasterio de Sant Cugat se conserva una imagen del tipo sedes sapientiae de la Virgen del Bosque del siglo XIII, que se encontró en la masía de Can Jané, donde se había llevado en el siglo XIX cuando la ermita empezaba a estar abandonada.

Unos pasos más adelante encontramos el Horno ibérico, que data del periodo bajorepublicano romano ( siglos II i I a. C.). Los dos monumentos han sido declarados Bien Cultural de Interés Local, formando parte del Catálogo del Patrimonio Arquitectónico de Sant Cugat del Vallés. Tras esto damos la vuelta y volvemos sobre nuestros pasos hasta retomar el camino principal.

El recorrido nos lleva ahora hasta la Ermita de San Medín, santuario donde cada 3 de marzo se celebra allí el tradicional encuentro de San Medín.​ Está cerca del antiguo camino romano de Egara (Tarrasa) a Barcino (Barcelona), que pasando por Castrum Octavianum (Sant Cugat) entraba a la sierra de Collserola por el valle de Gausac (o valle de Sant Medir).

Llamada antiguamente de San Emeterio, la ermita es de origen románico, aunque debido a las transformaciones que ha sufrido no queda casi ningún vestigio original. Consta de planta rectangular con sacristía. En el exterior se aprecia un campanario de espadaña y la puerta de entrada con arco de medio punto, donde se encuentra un relieve grabado fechado en 1447 con las imágenes de la Santísima Trinidad.

Ahora nos desviamos del sendero principal y tomamos un camino alternativo no señalizado (aunque sencillo de seguir), que incluye una pendiente más notoria y que enlazando con otros senderos parecidos, nos lleva hasta el Cerro del Maltal de Magarola. Esta colina de 430 metros se sitúa en la intersección de los términos municipales de Barcelona ( Barcelonès ) y Cerdanyola del Vallès y Sant Cugat del Vallès ( Barcelona ), en la sierra de Collserola . En la cima hay un vértice geodésico. Desde el 1988 se realiza en los meses de septiembre y octubre el seguimiento de la migración otoñal de aves rapaces, y en la cima se ha construido una plataforma de madera, equipada con paneles informativos, para alojar los participantes. Desde este punto podremos disfrutar de las mejores vistas del camino, siendo posible ver Barcelona y Sant Cugat al mismo tiempo y recompensando de manera muy grata el esfuerzo realizado.

A partir de aquí el camino desciende hasta encontrar la carretera, donde utilizaremos una pista que nos llevará hasta el conocido parque Tibidado que es, con 512 metros sobre el nivel del mar,1​ el pico más alto de la sierra de Collserola, en el municipio de Barcelona. Es popular por sus vistas sobre la ciudad y por sus espacios naturales, que son usados con fines recreativos. Además podremos ver el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón una iglesia obra del arquitecto Enric Sagnier i Villavecchia y finalizada por su hijo Josep Maria Sagnier i Vidal. Esta iglesia, debido a su diseño y su ubicación en lo alto de la montaña, y por supuesto su nombre, recuerdan a la Basílica del Sacré Cœur del barrio parisino de Montmartre.

Una vez llegamos este punto, realizamos una parada para disfrutar del precioso atardecer que desde aquí puede contemplarse y que mucha gente sube a presenciar cada fin de semana. Después de caer el sol, podríamos volver al centro de Barcelona, utilizando los diferentes medios de transporte que parten desde allí. Nosotros andamos por la carretera de manera descendente durante unos 40 min. hasta llegar a la avenida diagonal, donde retomamos el camino a casa.

Espero que sea tan agradable como lo fue para un servidor, que aunque lejos de mi maravillosa isla natal y echando de menos a mi compañero de ruta habitual (sin desmerecer para nada la increíble compañía actual) pude sorprenderme con la belleza de la naturaleza y vistas del lugar.

¡Disfrutad!