Sant Marc de Brocà

Aparcamos el vehículo en la calle del Raval, cerca del área de picnic la Font de l’Andino, nos encontramos en el municipio de Baga y vamos a ascender el 100 cims de Sant Marc de Brocà, 1611 msnm, iniciamos el recorrido cruzando el Pont del Roser, para poder ver la Cruz del mismo nombre, vamos sobre los GR-4 y 2, al pasar por debajo de la C-16 subimos por un sendero local que por la izquierda asciende el Serrat de les Forques, ya en los Plans de Rotllan seguimos también por la izquierda, un camino que soporta el PR- C 158, llegaremos a la ruinas de Clara y al vehinat de Sant Marti de Brocà con una iglesia consagrada en 1081, metros más arriba pasaremos por la masía del Castell, lugar donde se cree existió el castillo de Brocà, nos alejamos del PR que pasa por detrás de la masía al ver que está habitada para continuar rodeando por unas pistas hasta el Pla del Llosar donde hay una barraca de piedra seca, nos causa atención al ver todos los pinos con capullos de orugas procesionarias, que cuando rozas sus pelos, te producen una urticaria al clavarse en tu piel, forma de extraerlos pegar cualquier cinta adhesiva y los arranca, continuamos siguiendo las señales blanco-amarillas del PR, sendero muy bien fresado por las faldas de la montaña de Sant Marc, en su cima las ruinas de la ermita de Sant Marc y un vértice geodésico, desde esta cima las vistas son cautivadoras, sobre nuestras cabezas podemos ver el emergente Puigllançada y la Tossa, separadas por la carretera que muere en el collado de Pal, hacia el oeste son los Pollegos del Pedraforca los que hipnotizan nuestra mirada, dos cabritas curiosas, no dejan de observar a los intrusos que miran sus montañas, cuando nos acercamos y reducimos su distancia de seguridad, se esconden en la ermita, el descenso por sendero inclinado y de fácil andar hasta las Bassas de Tarnes están con una gruesa capa de hielo, hasta la collada Grosa el camino es suave, volvemos a encontrar las marcas blanco-rojas de los GR 150 y 4-2, el descenso por la Canal Mala es vertiginoso, la senda se contorsiona por el torrente hasta llegar a los llanos del Paller de Dalt, ruinas del primer santuario del Paller, donde unas grandes rocas, desplomadas de sus apoyos, rodaron ladera abajo, ahora las vemos estáticas, brotando sobre la hierba, formando un paisaje insolito y atractivo refugio de unas vacas que pacen al son de sus cencerros, el siguiente tramo de descenso, es el paso de la Foranca, un estrecho canal de paredes verticales, donde tendremos que apoyar con las manos algún paso, después el terreno se ensancha hasta el Santuario del Paller, hoy convertido en hostal, por una carretera rural, entramos en el pueblo paseando por sus vetustas calles, calles enlosadas con atractivos rincones que nos hechizan, hemos andado juntos Belén, Neus, Alfonso, Antonio, Ricard y Julián.