Sant Miquel de Rubio

Rubiò es un pequeño pueblo sobre un altozano, con su iglesia de Santa María en la cabecera, punto estratégico de la historia de esta comarca durante la guerra del francés, se sabe que estuvo habitado desde el neolítico por los monumentos megalíticos que se han ido descubriendo, inicio esta ruta por la carretera mismo recorrido que el GR-7, a las afueras veo una Cruz de hierro, último vistazo al pequeño pueblo con las ruinas de su castillo a retaguardia, nace ante mí, un gran valle de pino bajo, pino blanco, que repuebla rápido, las aéreas quemadas por los varios incendios forestales que han tenido estas tierras, pasada la subestación transformadora tomo una pista a la derecha, entre grandes torres blancas con alargadas aspas, gigantes de acero que se valen del viento para mover su corazón y es cuando esto ocurre, que nos abastecen de su energía tan valiosa, pero tan cara, nuestros dineros llenan las arcas de los siempre adinerados dueños de Acciona, entro en el parque aerólico, quiero medirme a tan necesarios monstruos, solo fue un espejismo son más altos que yo, mi caminata continua hacia el Morrocurt una elevación anterior a Sant Miquel, que desde esta cima se ve esplendoroso, retándome a una bonita ascensión, que no tardo ni un segundo en realizar, la bella reina Montserrat se deja ver entre las nubes, ya en la cima de este otero, junto a su vértice geodésico y una senyera, disfruto de una paronímica descomunal, sin horizonte, campos, ciudades y colinas hasta donde me llega la vista, momento placentero solo turbado por un edificio que veo a mis pies, es la ermita de Sant Pere de Ardesa, para llegar a ella desciendo por una senda muy vertical son algunas barandillas instaladas, gran ayuda para los que tenemos una cierta edad, a mi izquierda están los fragmentos de los muros del Castillo de Ardesa hay que poner mucha ilusión para adivinar cómo era, está muy destruido por las tantas batallas que llevara a sus espaldas, llegado a la ermita muy bien reconstruida me detengo unos instantes, templo románico, con puerta de hierro lateral y un pequeño campanario, lugar relajante, después de descansar unos minutos, continuo mi descenso por una ancha pista, que pronto cambio a senda hasta el Torrent de la Plaza de les Bruixes, en sus alrededores hubieron unos fusilamientos, temas de bandoleros, y la ruta llama a su fin, entre caminos con muros de piedra seca, de antiguas terrazas de campos de vid entro a Rubio por su cementerio, pequeña pero enriquecedora excursión y un 100 cims conquistado.