Santa Ana la Real - Riscos (por cordel de la sierra) - Bosque de las Letras - Barranco Negrito. (Sierra de Aracena - Huelva)

Ruta circular de Santa Ana la Real por el cordel de la sierra a los Riscos de Levante, la Ribera de Santa Ana, el Barranco del Negrito y vuelta a Santa Ana.

Aparcados junto a la entrada del pueblo, atravesamos Santa Ana la Real, que es pueblo bonito y serrano, con su iglesia y todas esas cosas que suelen tener los pueblos: ayuntamientos, calles y plazas, fuentes, bares, gente,… y salimos por la calle que lleva hacia Los Veneros, dejando el cerro a nuestra izquierda y bonitas vistas a la derecha. Llegamos a un mirador, o mejor un miradero (un mirador puede ser una persona que mira, o sea, un mirón) donde hay un monolito coronado por una cruz, con unos banquitos para sentarse por si apetece estar un rato de contemplación y meditación, o si simplemente se esta cansado y se prefiere mirar sentado, o lo que se quiera.
A partir de este miradero, enfilamos por el camino que nos llevará por todo el cordel de la Sierra de las Cumbres hasta los Riscos de Levante. Iniciamos la subida y pasamos por un interesante punto de observación astronómica (para miradores o mirones nocturnos de estrellas - o de ovnis, quien sabe -) donde hay un panel con un planisferio celeste y una sólida y maciza mesa de piedra con una rosa de los vientos muy útil para desnortados. Continuamos por el camino disfrutando de buenas vistas entre pinos, alcornoques y matorral (brezos, madroños, jara pringosa,…) hasta llegar al waypoint o marca “sendero dcha” y a partir de ahí el camino se vuelve sendero estrecho hasta bajar a enlazar con el camino de los Riscos (el sendero a veces está casi cubierto de maleza, por tanto, las personas que no tengan cierta experiencia en moverse y orientarse por la naturaleza quizás deban realizar otros senderos mas aptos para principiantes o inexpertos senderistas).
Una vez llegados al camino de los Riscos, lo tomamos a la izquierda y lo disfrutamos, pues es un sendero muy bonito que discurre por el estrecho valle cuyo rio da una sonoridad cantarina y relajante, que bien sabido es que el sonido del agua de los arroyos da paz y serenidad al espíritu de la gente sensible (a otras personas, en cambio, le dan ganas de orinar…, en fin, ubíquese usted mismo en el grupo más afín a su sensibilidad…). Al poco, pasamos por la zona donde aficionados a la escalada han abierto unas vías para practicar. También tres cables de acero a modo de puente como el de las vías ferratas, en el que hay unos chicos atravesándolo (sin arnés de seguridad, a pelo y a lo bravo!… en fin, ojalá no lo lamenten el resto de sus vidas por una mala caída).
Continuamos nuestro camino y a veces se puede uno acercar hasta el arroyo y es una maravilla verlo entre el bosque en galería de chopos, alisos, fresnos...el canto de las avecillas, el sonido del agua saltarina entre las piedras...muy Zen y relajante (ya se sabe, a algunas personas es posible que le entren ganas de orinar…)
Más adelante pasaremos por el Bosque de las Letras, una zona en la ribera en la que se ha creado un depósito para intercambio de libros (parece la casa de un Hobbit, pero no) y muchos poemas colgados en los árboles. Esta hermosa y bienintencionada iniciativa ha hecho que en los últimos años no haya parado de crecer la cantidad de personas que visitan el lugar (no deja de maravillarme que la fusión de literatura y naturaleza haya tenido tanto éxito, teniendo en cuenta los tiempos que corren… no todo está perdido para la humanidad). Quizás por este éxito, empiezan a surgir otras iniciativas por lugares cercanos (que quiero creer que son espontáneas) como La Casita del Ratoncito Pérez, Las Casitas de los Tres Cerditos, El Bosque Élfico...(este último me lo acabo de inventar, pero llegará…). Y digo que quiero creer son iniciativas espontáneas porque como estrategia para atraer turismo es marketing de 10 (ya sabemos que hay gente menos sensible para sentir la naturaleza pero que pueden ser muy sensibles para sentir el dinero)
Bueno, seguimos. Más adelante, cruzaremos la carretera (con cuidado, por favor) y llegaremos al Barranco del Negrito, en el cual, si lleva agua, podremos acercarnos a ver la Cascada del Joyoarancón, y si no lleva agua, pues seguimos el track y continuamos por lo que se llama la Ruta de los Hornos de Cal, y por aquí ya hay menos gente. Los hornos están en su mayoría un poco (bastante) abandonadillos, quizás porque no despiertan tanto interés como el Bosque de las Letras, Las Casitas del Ratón Perez, etc. (ya estarán algunas personas avispadas pensando que si en vez de Hornos de Cal los reconvierten en "Las Casas de los Orcos"..., vendrán todavía más turistas, si es queeee….).
Continuamos, y pasamos por un bosque de castaños que en otoño son una maravilla cromática con sus tonos rojizos, ocres, marrones, amarillos, verdes…(ojo, las castañas son un cultivo y tienen dueño). Cuando llegamos donde está el waypoint o marca del “Horno de Antonio el de la Urbana”, tomamos el sendero a la izquierda que algunos llaman camino de Los Jabugueros y otros en cambio lo llaman de Los Jugaderos. Y así, más adelante y después de una bajada, llegamos de nuevo a Santa Ana la Real donde las personas sensibles reflexionarán sobre la hermosura de la naturaleza y la literatura mientras toman una infusión o café ...

Os pongo la lista aves identificadas a lo largo del camino:
Acentor común (Prunella modularis)
Agateador europeo (Certhia brachydactyla)
Arrendajo euroasiático (Garrulus glandarius)
Buitre leonado (Gyps fulvus)
Busardo ratonero (Buteo buteo)
Carbonero común (Parus major)
Chochín paleártico (Troglodytes troglodytes)
Cuervo grande (Corvus corax)
Curruca cabecinegra (Curruca melanocephala)
Curruca capirotada (Sylvia atricapilla)
Curruca rabilarga (Curruca undata)
Escribano montesino (Emberiza cia)
Estornino negro (Sturnus unicolor)
Gorrión común (Passer domesticus)
Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus)
Jilguero europeo (Carduelis carduelis)
Jilguero lúgano (Spinus spinus)
Milano real (Milvus milvus)
Mirlo común (Turdus merula)
Mito común (Aegithalos caudatus)
Mosquitero común (Phylloscopus collybita)
Paloma bravía (doméstica) (Columba livia (Feral Pigeon))
Petirrojo europeo (Erithacus rubecula)
Pico picapinos (Dendrocopos major)
Pinzón vulgar (Fringilla coelebs)
Pito ibérico (Picus sharpei)
Serín verdecillo (Serinus serinus)
Trepador azul (Sitta europaea)
Verderón común (Chloris chloris)
Zorzal común (Turdus philomelos)

Todos los recorridos los he realizado en persona desde el mayor respeto y cuidado hacia la naturaleza así como a los monumentos, edificios y propiedades que hubiese en el camino. La calificación de dificultad de los recorridos es totalmente subjetiva. Es responsabilidad de quién decide seguirlos aplicar el suficiente sentido común, precaución y respeto del entorno al realizarlos.